Club de Poesía
marzo 10 2013

Pablo Villa: “Uno es poeta aunque no escriba poesía”

admin

Pablo Villa González nació en Navarredonda, un pequeño pueblo de la Sierra Norte de la provincia de Madrid, en noviembre de 1956. Luego de residir en las ciudades de Madrid y de Huesca, en la actualidad lo hace en su pueblo natal, con Almudena, su mujer.
Con una beca del entonces llamado Patronato de Igualdad de Oportunidades, que tuvo que ganar, marchó a estudiar interno a un seminario, donde cursó todo el Bachillerato.
Continuó estudios universitarios y se licenció, primero en Periodismo y, después, en Sociología.
Actualmente trabaja de funcionario en el Centro Penitenciario Madrid V, en Soto del Real (Madrid).
Con anterioridad a éste ha publicado tres libros: Bienaventurados los que trabajan, De la memoria al aire
Recitativos de tiempo,2El primero en prosa, el segundo de poesía, y el tercero en prosa poética.

Pablo Villa1º) Frente a la penetrante estupidez de los Anuncios es tu segundo poemario. ¿Qué pretendes que el lector intuya con un título tan impactante?

En la vida constantemente se dan hechos casuales. Cuando surgen, ni siquiera se piensa en ellos. Supongo que les pasa a la mayoría de las personas que escriben: los títulos de sus libros acuden a ellos de una forma fortuita. Es lo que a mí me sucedió con este título. Leía una antología de la poesía de Juan Luis Panero (que, dicho sea de paso, desconocía), y al llegar a ese verso supe que sería el nuevo título de mi libro, puesto que ya tenía otro. Es más, tomé prestado el verso para citarlo en los cinco poemas que lo forman. Con lo cual hube de modificarlos, en cierto modo, a última hora, para introducir el verso.

El título supone, en primer lugar, una síntesis de los cinco poemas, una especie de recapitulación emocionante. En este sentido es esclarecedor. Además, en segundo lugar, tiene trazas de ser un golpe bajo en la boca del estómago. Es verdad que impacta. Y es sincero, no engaña al lector. Leyendo el título ya sabe a lo que se enfrenta. Y le concede tiempo, si lo desea, de ponerse en guardia.

2º) Tu libro está estructurado en cinco partes diferenciadas. ¿Has seguido algún criterio a la hora de hacer estas divisiones?

No, no hay ningún criterio. En un principio –y puesto que los cinco poemas tienen un mismo hilo conductor- pensé en ordenarlos digamos “fotogénicamente”. Es decir, según que fueran, en mi opinión, más atractivos para el posible lector (No se puede olvidar que el primer lector –el más imprescindible- resultaba ser, además, el editor); que fueran más fáciles de leer. Pero luego pensé que si lo hacía así, estaba siendo un poco injusto con los demás. Así es que lo que al final hice fue ordenarlos por orden alfabético, según el título de cada uno. Al final sí hay un criterio equitativo: el orden alfabético.

3º) En uno de tus poemas utilizas la expresión “escribidor de versos” frente a “poeta”. ¿Qué diferencias establecerías entre los dos vocablos?

Hay una notable diferencia, en mi opinión: la del valor que se le dé al lenguaje.

Por ser de la especie humana, a todos se nos da el lenguaje por añadidura; unos pocos lo usan para fines nobles, para expresar sus emociones y sus sentires. Incluso se esfuerzan por hacerlo de una forma bella y sincera. Éstos son “escribidores de versos”.

El poeta es otra cosa. La diferencia puede ser la que Schopenhauer vio –y escribió- entre lo bello y lo sublime. El poeta tiene otra relación con el lenguaje. No solo porque la palabra poética tiene un ritmo, un sonido, una imagen, que le son propios y que constituye el compás que gobierna el movimiento de todos y cada uno de los fragmentos que conforman la totalidad: esa especie de sangre que corre por todas las formas. También porque el poeta cree en los poderes latentes del lenguaje; el lenguaje es algo más que un mero receptáculo pasivo de las emociones y voluntades del escritor. Igual que la pintura, y que cualquiera de las artes. El poeta escarba constantemente, quiere penetrar debajo de cualquier piel, tanto de las personas como de los objetos y los asuntos humanos. La búsqueda de la verdad es su brújula; el dolor es una de sus herramientas. La palabra del poema se le muestra como si siempre hubiera estado ahí, como si el poema fuese exactamente su lugar desde siempre. Es su mirada sobre el mundo la que se lo hace ver.

4º) ¿Cómo llegaste a la poesía y por qué la elegiste como forma de expresarte?

Creo que el poeta lo es de forma inevitable. No lo elige, eso no tiene nada que ver con la voluntad ni con la conciencia. Uno es poeta aunque no escriba poesía, porque es la mirada sobre las cosas lo que lo distingue como tal. Está impreso también en su carácter, y el carácter de cada uno es inmutable.

Mi primer contacto con la poesía se produjo cuando era un niño. Tendría siete u ocho años cuando desde el Ministerio enviaron a la Escuela de mi pueblo algunos libros (Estamos hablando del año 1964). Uno de esos libros era Platero y yo. Nunca he olvidado ni lo haré nunca aquella profundísima impresión que su lectura me produjo. Fue un nuevo nacimiento.

Insisto en que en la vida uno pocas veces elige. Simplemente un día te descubres escribiendo. ¿Por qué poesía? Porque no tengo imaginación. Y para alguien sin imaginación, pero que a lo mejor posee la cualidad de la reflexión y el don divino de la intuición y la sensibilidad, lo apropiado es ser “escribidor de versos”.

5º) ¿Es este un poemario donde está implícito el compromiso?

Si por compromiso entendemos el esfuerzo por desvelar el absurdo y la estulticia donde se ha instalado –con normalidad y, por lo que se ve, con comodidad- el hombre que vive en la sociedad de la opulencia, entonces sí hay un compromiso.

Comencé a escribir por dos razones complementarias una de la otra: Para guardarle fidelidad a mi pasado y, sobre todo, a mis orígenes. Y por suturar de alguna forma la herida que me supone habitar estos tiempos, para mí aborrecibles. Lo que yo entendí como la vida, casi de repente me había sido negada. No voy a acostumbrarme a ese dolor. En la medida de mis posibilidades, mi escritura es un ajustar cuentas con el presente. Con este presente infectado de todas las malas cualidades del ser humano. En este sentido, sí es una escritura comprometida. Como dice uno de los poemas, lo que busco es incitar al lector a ponerse de mi parte. Y luego reconocernos ambos en la herida.

Pero soy perfectamente consciente de mi derrota.

6º) ¿En qué estado emocional piensas que fluyen mejor los versos?

Sin duda en un estado de lúcida desesperanza. En este sentido, no es poeta quien quiere, sino quien puede. Y matizando aún más: quien lo merece.

Escribir poesía es un estado del alma. Pero también es un acto de amor.

7º) ¿Qué hay detrás de la ironía de algunos de tus poemas?

Detrás de la ironía siempre hay rabia, y conciencia de tu propia debilidad. La ironía es una forma sutil e inteligente de molestar. Una licencia, no solo permitida, sino profundamente necesaria. Es una licencia que me permito, porque soy un hombre piadoso (que no pío, son dos cosas distintas). Frente al avasallamiento, frente a la penetrante estupidez de los anuncios, opongo la barrera defensiva de la moral y de la inteligencia. En este sentido la ironía es una herramienta; es una vara de medir para poner a cada uno en su lugar.

8º) ¿Dirías que tu poesía es liberadora o quizás escribes en un intento de paliar la soledad?

Es liberadora para mí. En el sentido que ya he comentado: un aflojar el nudo corredizo que los tiempos que corren me han atado al pescuezo (Por cierto, cualquier canalla tiene miedo de la inteligencia). Pero sin duda ninguna lo que es mi poesía es un intento de paliar la soledad. Al menos la mía. Lo que desearía con todas las fuerzas es que también sirviera para paliar la soledad de quien la lea. Que este libro le hiciera compañía. Nada en este mundo puede haber más importante que esto: procurar compañía, paliar la soledad.

Debo –debemos- reivindicar hoy aquellas olvidadas “Obras de Misericordia”, y aquellas no menos olvidadas “virtudes cardinales”. No solo es necesario, sino incluso revolucionario.

9º) ¿Llegaste a la poesía por la lectura o tal vez algún suceso en tu vida provocó en ti el deseo de escribir versos?

Ya he comentado mi experiencia infantil con Platero y yo. Aquello fue ambas cosas: lectura y suceso (Recuerdo mi congoja, el dolor sin paliativos, la injusticia absoluta que supuso la muerte de Platero). En los años que entré en la Universidad, recién muerto Franco, fue cuando descubrí a los grandes poetas “sociales”: León Felipe, Gabriel Celaya, Alberti. Miguel Hernández, Blas de Otero… Poetas con una capacidad de amar al hombre casi infinita (A lo mejor era eso lo que se quería decir cuando se les agrupó bajo ese apelativo). Después solo silencio, durante muchos años. En mi caso se ha de tener en cuenta una cuestión que resulta esencial: yo no dejo de ser un campesino. Soy hijo de campesinos. Nací y me crié en los años cincuenta, en un pueblo de menos de cien habitantes, aislado de todo. En mi casa no había ningún libro. Mis abuelos no supieron leer ni escribir. Mis padres lo hacían a duras penas. Lo que quiero decir es que el camino hacia los libros y hacia la cultura lo he debido buscar y desbrozar yo solo. Así ese camino siempre será más largo y más difícil que si hubiera contado con ayuda. A lo mejor esta respuesta no viene a cuento con la pregunta, pero tengo ganas de decirlo. Porque así reivindico a mis padres, reivindico a mi pueblo, reivindico la vida campesina. Reivindico, en fin, la pobreza, la humildad, la carencia, la “ninguneidad”. La humilde bondad de la ignorancia.

Pero lo que me impulsó a poner mis primeras palabras en el papel fue un hecho casual y trascendente: la lectura del libro de Anne Michaels Piezas en fuga. La hermosura de ese libro me rebosó y comencé a gotear palabras para dar forma a las emociones.

10º) Por último. ¿Te encuentras trabajando ya en lo que sería tu quinto libro?

Sí, y lo siento. Quiero decir que vivía más tranquilo cuando no escribía ni mucho menos publicaba. Puesto que ahora siempre vas a estar expuesto a ser juzgado. Vas a medir a los que conoces según si te han leído o no lo han hecho. Te vas a obligar a hacer otras cosas. Y sobre todo, siempre vas a verte obligado a halagar esa cosa penosa, repelente, pero consustancial que es la vanidad. La vanidad es dañina y es sobre todo sufrimiento.

Pero sí, ya está terminado un poemario que se publicará en breve, cuyo título es Al amor de las letras. También doy los últimos retoques a otro poemario con un significado para mí muy especial. Además de su vertiente emotiva por el tema que trata (un secuestro carcelario que viví muy de cerca), me he cargado con una especie de obligación de escribirlo. Como si fuera un acto de purificación. Su título será La sangre en dos orillas.

Angelina Jiménez: Mi narrativa es verosímil y real “Conversaciones con mi animal de compañía” nuevo poemario de Francisca Aguirre

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Silvia Vaquero: “Me fascinan los incendios, pueden arrasarlo todo a su paso y pueden alumbrar la oscuridad”

Incendiaria es el nuevo libro de nuestra escritora Silvia Vaquero.

 

P.- El fuego es una constante en algunos de tus títulos de poesía, uno de tus libros se llama Versos de fuego y este se llama Incendiaria. ¿Qué significa el fuego para ti? ¿Qué tiene de diferente y de similar estos dos libros?

 

R.- El fuego es esencial para calentar los alimentos y para mantenerse a una buena temperatura en invierno, pero también duele, quema, y si no vas con cuidado te puede hacer daño. Veo así mi relación con la persona a la que le dedico el libro, Carlos Cuevas Sisó. Es un romance muy apasionado, pero, a veces, doloroso. Como el fuego. Y, además, en octubre de 2017 hubo un incendio en Galicia que a los dos nos marcó. La diferencia es que creo que en este libro mi escritura es más madura, noto una evolución, y también he apostado por poner más poemas en catalán, y de similar tienen que ambos son muy atrevidos.

 

P.- ¿Por qué el título de Incendiaria? ¿Te han llamado alguna vez incendiaria?

 

R.- Porque soy muy así. Sí, y también me han llamado intensa y apasionada. Tengo un stellium en escorpio. Me fascinan los incendios, pueden arrasarlo todo a su paso y pueden alumbrar la oscuridad. Y la verdad es que toda mi relación con Carlos ha sido incendiaria desde el primer momento.

 

P.- Incendiaria está entre el amor y el erotismo. ¿Crees que están relacionados estos dos conceptos?

 

R.- Sí. Yo respeto a aquellos que los conciben por separado. Lo respeto, pero no lo comparto. Para mí van unidos. Sin amor no hay erotismo y sin erotismo no hay amor. No podría tener relaciones vacías de sentimiento, solo por sexo. Y no podría estar enamorada de alguien que no me atrae. Tienen que estar las dos a la vez.

 

P.-En Incendiaria tienes poemas en castellano y en catalán. ¿Con cuál de las dos lenguas te sientes más a gusto con tu escritura? ¿Cada poema te pide un idioma?

 

R.- En castellano me veo más suelta porque es mi lengua materna. En catalán a veces me quedo: ¿qué? ¿No se dice que “olores bé”? ¿No se dice que una cosa t’apreta? Y no, no se dice “hueles bien” porque es “fas bona olor” y no se dice “t’apreta” porque es “t’estreny” … Pero sí, cada poema me pide un idioma. Puedo escribir “l’incendi” y decir “il·lusió”, y me encanta el uso de la ele apóstrofo y de la ele geminada. Me ha gustado combinar los dos. Soy bilingüe. Con mi padre siempre he hablado y hablo en catalán. Es divertido jugar con las dos lenguas, y las dos tienen palabras y letras cargadas de sensualidad.

 

P.- Pasión es quizás la palabra que mejor define tu libro Incendiaria. ¿Pones pasión en todo lo que haces? ¿Por qué es tan importante la pasión en tu poesía?

 

R.- Sí, y seguramente haré más poemarios en los que fuego tendrá un papel importante porque está muy presente en mi vida. Pongo pasión en todo lo que hago, sobre todo si lo que hago es escribir poesía. Cada día escribo un poema. La pasión es muy importante en mi poesía porque así lo es en mi vida, y la poesía no deja de ser un reflejo de mi vida. Y a mí todo o me encanta al nivel de obsesionarme o lo detesto. No me quedo a medias tintas. No soy fría porque no me sale. Va en mi naturaleza. Me nace siempre arder.

 

P.- Incendiaria es tu sexto libro de poesía. Una trayectoria ya larga para una joven poeta. ¿Qué significado tiene para ti la poesía?

 

R.- Sí. Me decían el otro día que había publicado mucho para lo joven que soy. Y pensé en todos los poetas que murieron a los treinta años como Rimbaud, John Keats, Sylvia Plath… Todos ellos con libros de poesía increíbles a sus espaldas. Hay que aprovechar el tiempo. No sabemos cuándo nos vamos a morir. Seis libros tampoco son tantos, espero escribir muchos más y vivir mucho. La poesía para mí significa expresar lo que siento yendo a la esencia de lo que siento y utilizando un lenguaje desnudo para mostrarlo. En la prosa veo que tengo que entretenerme en definiciones, en describir, en el clima, en la atmósfera, escenificar, resumir, cada escena es en un espacio diferente… Y en la poesía vas al núcleo de tu emoción y punto, sin más.

INCENDIARIA
INCENDIARIA

- book1 1 300x284 -Título: INCENDIARIA

Autor: SILVIA VAQUERO

 

 

Año de Publicación: 2023

 

Editorial: Poesía eres tú

http://www.poesiaerestu.com

 

ISBN-13: 978-84-18893-54-4

 

 

PVP: 15 Euros (IVA Incluido).

 

Págs. 134

 

 

 

 

 

RESEÑA:

 

Incendiaria es un poemario que te quema en las manos. Verso a verso las llamas te envuelven.

Es un libro de poesía pasional fruto del enamoramiento intenso de la poeta.

El primer amor, el despertar sexual, ardor, sentimientos a flor de piel, erotismo, sensibilidad y emociones desnudas rezuman de este libro de pura poesía honesta, descarnada y libre de artificios. El corazón de la autora abierto, latiendo sin control. En definitiva: fuego.

Entrevistas

Francisco Delgado-Iribarren: “La naturaleza me aporta quietud y paz, armonía y belleza”

Francisco Delgado-Iribarren Cruz es el autor de El pescador de haikus, su segundo libro de haikus tras El cazador de haikus.

 

P.- ¿Es El pescador Haikus la segunda parte de El cazador de haikus?

R.- Sí. Como suelo decir, son hermanos. Isabel Ramos escribe en el prólogo que son hermanos mellizos, que no gemelos, mientras que yo escribo en la solapa que El cazador es el hermano mayor de El pescador. De lo que no cabe duda es de que son hermanos de un mismo padre, que soy yo, el autor, y de una misma madre, que es la musa de los haikus.

 

P.- ¿Por qué esta segunda entrega?

R.- Mi romance con la musa de los haikus fue muy fructífero, hasta el punto que entre los dos concebimos unos trescientos de ellos. Pensé que cien era la dosis adecuada para cada libro. Eso significa que aún tengo más de cien posibles haikus inéditos en mi ordenador. Son algo así como los óvulos guardados en el congelador, para más adelante, quizá.

 

P.- El pescador de haikus tiene su origen en África, ¿qué relación tiene con este continente y como lo escribiste (durante tu viaje, después del viaje)?

R.- Un buen número de los haikus están escritos en África, como ya sucede en El cazador. En concreto, en la costa keniana, adonde me han llevado el amor y la literatura. Mombasa ha sido una ciudad de poetas durante siglos, al menos eso dice la Lonely Planet, y yo tenía que sumarme a su nómina. En Mombasa me casé mientras concebía este libro y en Lamu, otro enclave suajili de Kenia, viví mi luna de miel, reflejada en los últimos cinco haikus.

Pero también hay haikus escritos en Madrid, Valencia, Benicasim, en un tren o en un avión. Lo bueno de los haikus es que se pueden escribir en un periquete; incluso aunque no tengas un cuaderno a mano (que yo lo suelo tener), es muy fácil retenerlos en la memoria.

Fue a mi vuelta a España cuando hice la selección y ordenación definitivas.

 

P.- En El pesador de haikus aparecen muchos elementos de la naturaleza que se repiten en tus poemas: Luna, noche, playa, mar. ¿La naturaleza te inspira a escribir?

R.- Muchísimo. La naturaleza me aporta quietud y paz, armonía y belleza… las necesarias para escribir haikus. Hay que tener en cuenta que, originalmente, los haikus japoneses pretenden la plasmación de una imagen o suceso de la naturaleza. Además, la naturaleza me ayuda a conectar con la espiritualidad, con mi conciencia profunda.

Particularmente, el mar, la playa, la noche y la luna me inspiran de manera especial. Me pasa como a Serrat, que nací en el Mediterráneo. Aunque yo en Valencia, no en Barcelona. Nací en la calle Manuel Candela, a dos kilómetros del mar. Yo también tengo alma de marinero y algunas otras de las características que canta Serrat en Mediterráneo.

 

P.- Hay una historia de amor o de desamor en El pescador de haikus que conduce a la soledad del poeta. ¿Cómo es ese proceso que inspira al poeta?

R.- Tanto en El cazador como en El pescador se mezclan haikus de amor y desamor, junto con otros sentimientos. Los haikus hablan de distintas personas que están en mi corazón y me producen sentimientos diversos. Yo siempre he pensado, como luego escuché decir a Borges, que un artista es alguien que transforma su experiencia en arte. Cuando cogí el truco a los haikus, de forma natural empleé esta forma métrica para dar salida a mucho de lo que tenía por expresar. Esto hace que pueda estar escribiendo en el mismo poemario sobre un amor del presente y un desamor del pasado.

 

P.- Me resulta inevitable preguntar si estás trabajando en otro libro o hay una pausa tras El pescador haikus.

R.- Llevo tiempo trabajando en una novela… Pero ya se sabe que las novelas llevan su tiempo. En cuanto a poesía, sigo escribiendo poemas con métrica y con rima, y ya vislumbro un poemario solo de amor, sin ninguna canción desesperada.

EL PESCADOR DE HAIKUS
EL PESCADOR DE HAIKUS

EL PESCADOR DE HAIKUS

- book1 -Título: EL PESCADOR DE HAIKUS

 

Autor: FRANCISCO DELGADO-IRIBARREN CRUZ

https://nuestrosescritores.com/franciscodelgado-iribarrencruz/

 

Año de Publicación: 2022

Colección: Poesía

 

ISBN-13: 978-84-18566-31-8

 

Editorial: Rilke

http://edicionesrilke.com

 

PVP: 12 Euros (IVA Incluido).

 

Págs. 114

 

 

 

RESEÑA:

 

El pescador es hermano mellizo, que no gemelo, de El cazador, y sigue su estela de estrofas potentes y evocadoras. Francisco es observador y sensible, de ahí sus haikus precisos y elegantes. Es un poeta del desamor que busca el amor perfecto sin quimeras, y va a encontrarlo en África… En medio del amor que inunda el poemario, emergen también sus desvelos, el pesar por el dolor ajeno, la conciencia del paso del tiempo… (Prólogo de Isabel Ramos)

Entrevistas, Noticias

Los 12 mejores libros de poesía del año 2.022

Los 12 mejores libros de poesía del año 2.022

Como todos los años la Asociación de editores de poesía (A.E.P.) emite un listado de libros recomendados para su lectura. Son libros que conviene leer porque son una selección de los editores. Es una ocasión única para estar en la actualidad de la poesía.

- LibroRecomendado2022 scaled -

 

- 1 -

1.- Vivir ante todo, de Miguel Galanes

Ed. Vitruvio

9788412587463

20 €

- 2 -

2. Al borde, de José Corredor-Matheos

Ed. Tusquets

9788411071819

15 €

- 3 -

3. Un año y tres meses, de Luis García Montero.

Ed. Tusquets

9788411071475

16,90 €

- 4 -

4. 25-33, de Santiago López Navia

Ed. Visor

9788498954678

12 €

- 5 -

5. Tierra llana, de Francisco J. Castañón

Ed. Vitruvio

9788412587401

15 €

- 6 -

6. Cuaderno de septiembre, de Juan Gabriel Vázquez

Ed. Visor

9788498954739

12 €

- 7 -

7. Lujurias y Apocalipsis, de Luis Antonio de Villena

Ed. Visor

9788498954708

12 €

- 8 -

8. Las infancias sonoras, de Nuria Ortega Riba

Ed. Rialp

9788432160769

10 €

- 9 -

8. Las infancias sonoras, de Nuria Ortega Riba

Ed. Rialp

9788432160769

10 €

- 9 -

9. La trama del cielo, de José Félix Olalla

Ed. Vitruvio

9788412529623
11,98 €

- 10 -

10. Clamor en la memoria, de Dionisia García

Ed. Renacimiento

9788419231871

15,90 €

- 11 -

11. La cárcel del silencio, de Alberto Lendinez

Ed. Rilke

9788418566295

12 €

- 12 -

12. Égloga del Órbigo y otros poemas, de Jose Carlos Turrado

Editorial Poesía eres tú

9788418893377

12 €

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