Ana María Olivares Tomás
La poeta que escribe con la memoria del dolor
Una fría mañana de finales de noviembre nacía en Novelda, Alicante, una niña que estaba destinada a convertir el dolor en belleza. Ana María Olivares Tomás conoció demasiado pronto el rostro de la ausencia: a los ocho años, la muerte de sus padres la arrancó de cuajo de su tierra natal y la trasplantó a Jumilla, donde sus tíos la acogieron con el amor que solo la familia puede dar. Ese desarraigo temprano, esa orfandad que marca para siempre, se convertiría en el manantial del que brotaría toda su poesía.
Fue en las aulas de primaria donde una maestra con nombre de poeta, Ana Tomás Herrero, descubrió en aquella niña herida una sensibilidad especial y le entregó la llave que abriría todos los mundos: la literatura. Entre los clásicos españoles, Ana María encontró a su maestro definitivo en Antonio Machado, cuya melancolía castellana y hondura filosófica resonaron en su alma como un eco familiar. A los doce años ya escribía sus primeros versos, y desde entonces no ha dejado de hacerlo, convirtiendo su vida en materia poética durante casi cinco décadas.
Una voz lírica en constante evolución
La trayectoria poética de Ana María Olivares se despliega en seis poemarios que trazan el mapa de una vida: Al viento voy a contarle (1994) marca sus primeros pasos, seguido por Ausencias (1999), donde la orfandad y la memoria cobran protagonismo. Con Noches de Sándalo (2004) alcanza su madurez creativa, entrelazando amor y sensualidad con paisajes interiores, mientras que Mareas de otoño (2008) explora los ciclos vitales con tono reflexivo y sereno. En A solas con Selene (2010) profundiza en la soledad y el diálogo con la luna, consolidando su estilo intimista. Su obra cumbre, Escrito en la memoria. Antología Poética (1976-2015), publicada por Editorial Poesía eres tú, reúne cuatro décadas de creación y poemas inéditos, un viaje completo por su universo lírico.
Su poesía se caracteriza por la honestidad emocional, la musicalidad y la capacidad de transformar lo personal en universal. “Sus escritos son parte de su vida, algo íntimo. Su poesía es pura lírica. Le canta al amor, al desamor, a la familia y a la tierra con total maestría y emoción”, describen quienes conocen su obra. A pesar de su timidez natural, ha participado en certámenes literarios obteniendo premios y menciones, como las del prestigioso certamen de Lanús en Buenos Aires.
La editora que abre puertas a otras voces
Pero Ana María Olivares no solo escribe poesía: también la hace posible para otros. Como cofundadora y editora del Grupo Editorial Pérez-Ayala, gestiona sellos fundamentales en el panorama poético español contemporáneo: Ediciones Rilke, Editorial Poesía eres tú, Ediciones Amaniel y Ediciones Azorín. Su labor editorial ha sido determinante para la promoción de la poesía contemporánea y la visibilidad de autores emergentes, convirtiéndose en referente del sector.
Además, ha sido figura clave en la recuperación del patrimonio poético local al editar y prologar la antología de poetas de Jumilla, un trabajo riguroso de investigación y recopilación que rescata la memoria literaria de su tierra adoptiva. Su compromiso con la difusión poética se extiende también a formatos multimedia: grabó el CD Acordes de Melancolía junto al guitarrista Antonio Piñana Calderón, donde recita su propia obra en una fusión de poesía y música flamenca que abre nuevas vías de expresión lírica.
Miembro del grupo cultural de rapsodas “Grupo Junquillo”, Ana María Olivares representa esa rara combinación de creadora y promotora cultural, de poeta intimista y gestora incansable. Actualmente reside en Jumilla, donde continúa escribiendo y desarrollando su labor editorial, tejiendo con palabras y proyectos el legado de una vida dedicada enteramente a la poesía. Su obra es un puente entre la tradición lírica española y la sensibilidad contemporánea, donde la experiencia del dolor se transforma en testimonio de belleza compartida.

https://orcid.org/0009-0003-6861-3196


MADRID, MADRID, 28036