Silvia Vaquero, nos presenta su cuarto libro de poesía MAMÁ, después de SINTIÉNDOTE, REVOLTIJO, VERSOS DE FUEGO.
P.- Mamá es un poemario en el que tratas por primera vez uno de los temas mas importantes de la poesía: La muerte. ¿Cómo surge la necesidad de escribir este poemario?
R.-A raíz de la muerte de mi madre el 14 de octubre de 2020, empecé a escribir el libro para desahogarme, seguí escribiendo durante todo el año de un proceso de duelo muy duro y para también dejarla eternamente viva.
P.- Mamá es un poemario muy introspectivo, donde también aparece el amor en la ausencia del ser amado, en este caso tu madre. ¿Es un poemario que rinde homenaje a tu madre?
R.-Sí, ella ha inspirado todos los poemas y es su regalo póstumo. La tengo presente a cada instante en mi memoria y la llevaré siempre en el corazón. Hay amor aunque no la vea porque la siento aquí.
P.- ¿Te ha servido este poemario como terapia para superar el dolor del duelo?
R.-Sí, escribir es la cura de todos los males.
P.- Quizás en los momentos difíciles se valora lo que nos rodea de otra manera. ¿Te han servido estos momentos de dolor para introducir elementos diferentes en tu poesía?
R.-Sí, he introducido elementos lúgubres de los que no había hablado nunca antes en mis versos. Es la primera vez que trato la muerte en mi poesía.
P.- Has cambiado de residencia. Ahora vives junto al mar. ¿Qué significa el mar para ti?
R.- Sí, necesitaba cambiar de aires. El mar significa paz para mí. Me da mucha calma. Es libertad. Lo necesito, no podría vivir en un lugar sin mar.
P.- Trabajas dos artes, la poesía y las artes escénicas. ¿Con cuál de ellas te sientes más realizada?
R.- En las dos pero ahora me siento más realizada como poetisa que como actriz porque como actriz no me sale trabajo, dependo de un equipo de personas, no digo mis palabras, necesito hacer cástings y que me cojan. Como escritora no dependo de nadie, no sigo órdenes, digo lo que yo quiero decir, yo sola escribo el libro, es una actividad solitaria, adoro eso y además, sigo publicando.
Después de la publicación de su primer libro de poesía SINTIÉNDOTE, Silvia Vaquero ha seguido trabajando y ha publicado dos libros más REVOLTIJO y VERSOS DE FUEGO, dos libros muy diferentes que tienen en común la autoría de una de las voces más jóvenes de nuestra poesía.
P.- ¿Cómo surgió REVOLTIJO? ¿Por qué llamaste a tu segundo libro de poemas REVOLTIJO?
R.- Surgió al ver que quería hablar de todo y no solo de una temática determinada. Tengo poemas sobre muchos temas diversos y puestos en conjunto son todo un REVOLTIJO.
P.- “Dame motivos / para escribir / que se me acaban las ideas”, vivir para escribir, ¿Es la poesía una motivación más de tu vida?
R.- Sí, sigo escribiendo para seguir viviendo y sigo viviendo para seguir escribiendo.
P.- Un hecho trágico irrumpe en mitad de REVOLTIJO, la muerte de tu madre. ¿Marca este hecho tu forma de concebir la poesía y la vida?
R.- Totalmente. Mi madre muere y a partir de aquí pienso en disfrutar de la vida mucho más y en no perder el tiempo porque la vida son cuatro días y ya voy por el tercero. También escribo mucho más y soy más impetuosa, ya no me paro a estar horas y horas reflexionando, lo siento, lo hago y ya. No sé cuánto tiempo me queda de vida y quiero aprovecharla al máximo.
P.- Después de REVOLTIJO publicas VERSOS DE FUEGO un poemario que parece por su temática continuación de SINTIÉNDOTE, pero sin embargo nos encontramos con una gran diferencia. ¿Qué diferencia hay entre SINTIÉNDOTE y VERSOS DE FUEGO?
R.- La gran diferencia es que es un libro de poesía erótica en su totalidad. SINTIÉNDOTE es más romántico, suave, primerizo pero en VERSOS DE FUEGO hay un paso adelante en madurez y en atrevimiento.
P.- ¿Te has mostrado a ti misma en VERSOS DE FUEGO o te has inventado un personaje diferente de Silvia Vaquero?
R.- Me he mostrado a mí misma, mi poesía soy yo en esencia, no hay actuación ninguna, soy yo desnuda y nada más. Siempre me muestro a mí misma en todo lo que escribo. Cuando hago un personaje es solo tras la cámara, en el escenario, en el teatro pero sobre el papel no interpreto, aquí siempre soy yo.
P.- EN VERSOS DE FUEGO encontramos experiencia y deseo. ¿Hay una parte real y otra inventada en VERSOS DE FUEGO?
R.- Es una mezcla. Todo es real pero juego con imaginar escenas, inventar situaciones y fantasear pero todo esto también es real, las imágenes de un sueño son reales y suceden aunque solo pasen en tu cabeza.
P.- ¿Has empezado ya tu siguiente trabajo? ¿Has pensado ya un título?
R.- Sí, ya estoy escribiendo mi cuarto poemario que se titulará MAMÁ. Mi madre se merece un libro dedicado completamente a ella. En él habrá poemas sobre la maternidad, la muerte y sobre mi madre que era una mujer extraordinaria.
Después de una dilatada trayectoria en poesía, el escritor y poeta Martín Paredes Aparicio, nos sorprende con un libro de relato corto dedicado a su tierra: CUENTOS Y CRÓNICAS DEL LAGARTO DE JAÉN
P.- ¿Por qué das este paso de la poesía a la narrativa? ¿Has dejado de escribir poesía?
R.- Doy el paso de la narrativa, con el objeto de explorar un nuevo campo, en el que seguir creciendo como escritor y poder contar historias (ojo, con la poesía también se cuentan). Con este libro de cuentos, pretendo hacer un ejercicio de iniciación, el primero. Para mí me resulta más difícil, la narrativa que la poesía, al contar historias o inventarlas los elementos que debes de tener en cuenta son más numerosos y ahí radica la dificultad.
P.- ¿Podrías explicar para los que no son de Jaén qué importancia tiene la figura del lagarto?
R.- La figura del lagarto , representa para la gente de Jaén, para sus ciudadanos, el símbolo de la rebelión ante el poderoso. Yo al menos lo veo así. Este animal , su leyenda, puede considerarse como la metáfora de la opresión, de la represión. La ciudad de Jaén siempre ha sido vista por sus gobernantes, como una urbe, a la que someter. En la actualidad, salvando las diferencias con épocas pasadas, seguimos igual. La ciudad del Santo Reino, la provincia es un campo propicio para los experimentos políticos, respecto la forma de la utilidad de los votos.
P.- Algunos de tus cuentos son leyendas que se han trasmitido en la cultura popular. ¿Cuáles son cuentos y cuales son crónicas?
R.- Todos los cuentos son inventados, ocurre que tomo como referencia literaria , al lagarto de Jaén. Es el protagonista de mis relatos. Utilizo la palabra crónica como un elemento reivindicador de nuestro patrimonio, a pesar de que se ha destruido más del setenta por ciento del mismo.
P.- Jaén quizás sea una de las ciudades mas olvidadas de Andalucía. ¿Hay que reivindicar la cultura de Jaén?
R.- Federico García Lorca, decía que la ciudad de Jaén, era el prototipo de capital de la Andalucía La Alta, pues de enamoró de su hermosura . Antes, ya existía, la leyenda negra de que Jaén no era una ciudad bonita; la culpa la tuvieron los escritores románticos, que la visitaron. Adjetivàndola en este sentido, sin reconocer su verdadera belleza. Entre estos escritores, podemos citar a Alejandro Dumas. Luego, el pueblo llano( que esta vez no fue sabio) hizo suya la descripción de que Jaén no es una ciudad bella.
Respecto a la cultura de Jaén, debemos de decir que es muy sana: hay grandes escritores, poetas, directores de cine y actores y actrices. Y si hablamos de pintores, en esta ciudad están los mejores a nivel nacional. Hay muchos y muchas artistas de Jaén, que superan por su buen hacer, las fronteras de la provincia.
P.- ¿Qué te resulta más fácil escribir narrativa o poesía?
R.- Me resulta más fácil la poesía, es lo que he hecho siempre. Pero no voy a renunciar a la narrativa
P.- ¿Has empezado un nuevo trabajo? ¿Por qué género literario te has decantado esta vez?
R.- Llevo varios meses trabajando con un libro de poemas. A ver que tal sale.
Después de su libro Este juego es infinito, Francisco Delgado-Iribarren nos presenta Cien epigramas del confinamiento.
P.- Un hecho insólito como es un confinamiento en una pandemia te lleva a escribir este libro. ¿Pero qué tiene de especial este confinamiento a nivel social para que te lleve a escribir este libro?
R.- La pandemia y los confinamientos están siendo experiencias nuevas para todos, nunca había sucedido algo así en el mundo globalizado y tecnológico. A nivel social, esto se traduce en comportamientos totalmente nuevos, como saltarse los confinamientos, como aplaudir en los balcones, como ponerse una mascarilla por la barbilla… En una sociedad como la española, era inevitable que esta situación provocara un nuevo humor y una nueva picaresca.
Al principio de la pandemia escribí un par de poemas de aire dramático y apocalíptico. Pero, dado que no soy científico ni sanitario, sino escritor y poeta, pronto me di cuenta de que lo que yo podía aportar tenía que ver con nosotros mismos, con el común o no de los españoles, con nuestra reacción ante la pandemia. Este libro es como un espejo que disecciona el alma de la sociedad.
P.- Tu anterior libro Este juego es infinito usaste el soneto como forma métrica para expresarte. ¿Por qué ahora usas el epigrama? ¿Qué tiene de especial el epigrama?
R.- La poesía satírica en general y la epigramática en particular me atraen mucho desde que estaba en la universidad o incluso antes. Leí las compilaciones de Alfonso Ussía y a través de libros y periódicos me familiaricé con la obra satírica de Jaime Campmany, del propio Ussía, de Juan Pérez Creus, de Manolito el Pollero, de Manuel del Palacio, y de ahí para atrás, hacia los clásicos del XVII.
El epigrama es breve por definición y Juan de Iriarte lo comparó con el aguijoneo de una abeja. Jaime Campmany decía que de sus dos ingredientes principales, que son el humor y la mala leche, debe prevalecer el humor. Solo así es aceptable, amable y llevadero. Recuerdo que, en una conferencia que dio en mi universidad, le pregunté a la escritora Ángela Vallvey por la poesía satírica, y me gustó que dijera que uno de sus ingredientes es la compasión, porque no es fácil de detectar.
P.- ¿Están basados los epigramas en historias reales?
R.- Hay de todo. Algunos sí, como el del que paseaba a sus peces, el que se gastó una fortuna en papel higiénico (aunque fue en Australia) y la concejal que se conectó a una reunión de trabajo desde la playa. Otros se basan en situaciones generales, como los que hablan de los jardines y piscinas, de los paseos extenuantes de los perros o de los ERTE.
En algunos utilizo un chiste que he visto u oído en algún sitio y lo convierto en epigrama: es el caso del “Covid-20”, que alguien puso en una pancarta en su balcón. Y otros son situaciones totalmente inventadas, como el del “café desconfinado”.
P.- Hay mucho humor en Cien epigramas del confinamiento. ¿Se puede compaginar el humor y la poesía?
R.- ¡Por supuesto! El mejor ejemplo de ello es don Francisco de Quevedo, cuya obra humorística en verso es ingente. No es extraño que el poema satírico más famoso en español sea suyo: “Érase un hombre a una nariz pegado…” Otro muy conocido es el de “Poderoso caballero es don Dinero”.
Cervantes no solo escribe con humor en El Quijote, también en sus poemas: “¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza…!” Lope de Vega también cultiva los aspectos lúdicos y humorísticos de la poesía. Y no olvidemos que el gran satírico y epigramista del imperio romano es Marco Valerio Marcial, que nació en la actual Calatayud en el año 40 d.C.
Es cierto que, desde los satíricos del siglo XX que he mencionado antes, parece que la poesía humorística anda de capa caída. Hoy en día seguimos asociando la poesía a lo amoroso, a lo sentimental, a lo serio, a lo grave, a lo profundo y a lo trascendente. Pero es que nada de esto es incompatible con el humor.
P.- Podríamos decir que son cien epigramas y un soneto con el que empieza el libro en el que cuentas tu experiencia en primera persona. ¿Cómo viviste el confinamiento?
R.- Cuando se decretó el primer estado de alarma estaba trabajando y me vi incluido en un ERTE. Pasé el confinamiento en casa de mi madre, nos organizábamos bien: ella teletrabajaba y yo avanzaba en la oposición al Estado que estoy preparando. Nos repartíamos las tareas domésticas y aprovechamos para mejorar mis dotes culinarias. En lo personal, no fue una mala época. A los dos meses y medio volví a trabajar.
P.- ¿Tienes ya pensado tu siguiente libro? ¿Nos puedes adelantar algo?
R.- Tengo muchas ideas para libros, sobre todo novelas, y tengo muchos poemas acumulados que algún día se organizarán en libros. El último tema que me ha inspirado ya un par de poemas es el ‘caso Rociíto’. Y otra sonada entrevista, la de Megan y Harry, me inspiró un soneto contra el racismo. Pero no tengo publicación de libro prevista a corto plazo. ¡Habrá que esperar!
P.-¿Por qué el título de Alma enredada? ¿Tiene algo que ver el titulo contigo?
R.- El título de Alma enredada viene porque yo soy una persona muy extrovertida, pero es cierto que me cuesta bastante expresar mis emociones cara a cara, por lo tanto, tenía el alma enredada, y una vez que he escrito mis emociones sobre el papel, esos sentimientos se desenredan, de ahí, que en la última página del libro aparezca: “ Y escribió sus emociones y su alma, dejó de estar enredada”.
P.- El libro está dividido en secciones Y EL AMOR DERRIBÓ A LA CORDURA / Y EL CORAZÓN TEJÍA TEMPESTADES / Y TENÍA GUARDADOS SENTIMIENTOS A FLOR DE PIEL QUE HABITABAN EN SU ALMA / Y DECIDIÓ SER LIBRE Y ROMPER CON LAS BARRERAS. ¿Por qué divides el libro en estas secciones? ¿Cuentas una historia en estas secciones?
R.- El hecho de dividir el libro en secciones es porque desde mi punto de vista, creo que es más sencillo para el lector el saber que se está ciñendo a leer poemas sobre un mismo tema. Me pareció buena idea el dividirlo en estas cuatro partes y separadas por una ilustración lo que hace al libro más atractivo. Así, la primera parte habla solo de poemas de amor, la segunda son todo poema de desamor, la tercera nos habla de distintos sentimientos como miedo, alegría o envidia entre otros y la última está dedicada en cuerpo y alma a la mujer siendo esta mi parte favorita, aunque he de decir que no cuento ninguna historia en concreto.
P.- ¿Qué fue lo que te impulso a escribir poesía? ¿Y por qué poesía?
R.-Desde muy pequeña siempre he sentido debilidad por la poesía en su estado más puro, me encanta la forma en la que con unos pocos versos se puede decir tanto en tan poco espacio y siento que con la poesía puedo desnudar mi alma sin tener ningún tabú a la hora de expresarme.
P.- ¿Te consideras una poeta que escribe desde la experiencia o usas la imaginación?
R.- Hay veces que escribo desde la experiencia y algunos de mis poemas reflejan sentimientos y vivencias mías, sin embargo otras veces, uso la imaginación, me viene a la cabeza una palabra o una frase, por lo que dejo que la mente fluya y siga su curso y en estos casos, no son vivencias mías, simplemente como he dicho, dejo que mi mente fluya y que salgan los versos por sí solos.
P.-Utilizas la rima consonante en tus poesías, pero sin embargo no te circunscribes a las formas clásicas de la rima. ¿Qué has intentado expresar con este efecto?
R.- Con ello, he querido escribir un libro un tanto diferente con rima consonante sin ceñirme a las formas clásicas, he querido apostar por algo diferente que no es lo común a lo que estamos acostumbrados a ver hoy en día en poesía y la verdad es que el resultado ha sido muy satisfactorio, aunque he de decir que también escribo prosa poética dejando las rimas a un lado.
P.- ¿Cuáles han sido los poetas que más te han influido en tu vida?
R.- El principal y diría que el único poeta que ha influido en mi vida ha sido Antonio Machado, ya que sin duda es mi favorito y todo un referente para mí en temas de poesía, aunque también me gusta mucho Gustavo Adolfo Bécquer.
P.- ¿Habrá un segundo trabajo después de Alma enredada?
R.- Si, habrá un segundo libro, y esta vez creo que mezclaré poemas de prosa poética con otros con rima consonante, el cual espero que vea la luz en el año 2021.
La actriz Silvia Vaquero, nos presenta su primer poemario Sintiéndote, Silvia además es letrista de canciones.
P.- ¿Por qué el título de Sintiéndote? ¿Qué has querido expresar con ese título?
R.- La poesía para mí es sentir. Escribir, igual que leer, para mí es sentir. Este libro es sentir mientras le escribo a un chico al que no puedo ver y tocar, ya que escribir es un acto solitario en el que solo estoy yo sola con el papel, frente a frente, sintiéndole. Esto es lo que he querido expresar, que puedes sentir a una persona desde lejos y en soledad mediante la poesía y mientras escribes. Con este libro he querido decir: te estoy sintiendo y así es cómo te siento y esto es lo que siento respecto a ti.
P.- ¿Es muy frecuente que acudas a la poesía para expresar tus sentimientos? ¿Cada cuánto tiempo escribes?
R.- Sí, considero que lo que siento es de gran intensidad y muy fuerte, lo tengo que sacar fuera, no podría callarlo y guardarlo dentro de mí. Mis sentimientos son volcanes y los tengo que dejar erupcionar. Escribo cada día o casi cada día. Lo necesito.
P.- También escribes letras de canciones. ¿Qué fue primero, la poesía o la música? ¿Tocas algún instrumento?
R.- Primero fue la música, empecé a escribir letras de canciones de pequeña y siempre me ha llamado la atención, no dudaría en que mis poemas fueran canciones y poder cantarlos como ocurre con las letras de Bob Dylan y Taylor Swift. No toco ningún instrumento, aunque empecé a tocar el piano pero el solfeo no me gustó nada, me recordaba a las matemáticas… Pero bueno, no descarto, en un futuro, aprender a tocar la guitarra y si además tengo un buen profesor que me enseñe… Guapo y simpático… (ríe).
P.- ¿Por qué siendo una poeta catalana eliges el castellano como forma de expresión de tus poemas?
R.- Porque es mi lengua materna. También escribo poemas en catalán pero me siento más cómoda y me gusta más en castellano, también noto que transmito más, supongo que porque es la lengua en la que me habla mi madre.
P.- ¿Qué opinas de los poetas contemporáneos? ¿Cuáles son tus favoritos? ¿Crees que es un buen momento para la poesía española?
R.- Opino que tiene mérito que hagan poesía cuando todos sabemos que no nos haremos ricos y más aún hoy en día que la gente está más entretenida mirando Gran Hermano que leyendo libros y más aún, de poesía. Mis poetas contemporáneos favoritos son Marwan, Beatriz Luengo, Taylor Swift, Bob Dylan, Jorge Drexler, Joan Margarit, Enric Casasses la mayoría de ellos también compositores y cantantes pero sobre todo, me gustan los poetas clásicos como Bécquer, Neruda, Octavio Paz, Lorca, Gil de Biedma, Benedetti, John Keats, Sylvia Plath, Anne Sexton, Emily Dickinson, Gabriel Ferrater, Rosalía de Castro, Gloria Fuertes, Wislawa Szymborska… No creo que sea un buen momento para la poesía española, ni para las artes en general, pero sobre todo en el ámbito de la literatura, me cuesta ver a nadie leyendo un libro. Hoy en día la gente está solo en Netflix.
P.- “John Keats nos miraba / sentado en una nube / y nos escribía. / Ya lo ves, / aparecemos / …en su poema ‘Lamia’.” ¿Hay mucha influencia de la poesía de Keats en tu poesía?
R.- Me encantan sus poemas. Ojalá que sí que los autores que leo, de alguna manera me influyan y haya un trozo de cada uno en mis versos, aquí un poco de Keats, allá un poco de Dickinson… Quiero pensar que sí, aunque no sé si mucha pero un poco de influencia de todos a los que leo, seguro. Inconscientemente, más aún si me gusta, tiene que haber un poco de cada poeta al que leo en mi poesía.
P.- Todos tus poemas van dirigidos a una segunda persona del singular, ¿dices en tus poemas lo que te cuesta decir cara a cara?
R.- Sí, cara a cara puede dar vergüenza o cuesta más decir según qué cosas y sobre el papel, me suelto más porque nadie te está mirando a los ojos. Pero bueno, últimamente y a medida que me voy haciendo más mayor, ya no me corto nada cara a cara tampoco (risas) pero sí que a través de mis poemas es siempre más fácil.
P.- ¿Has seguido escribiendo después de Sintiéndote? ¿Habrá un segundo trabajo después de Sintiéndote?
R.- Sí, es una adicción. No dejo de escribir. Ya preparo mi segundo poemario: REVOLTIJO con poemas míos de varios temas aunque el amor seguirá siendo el claro protagonista. ¡Espero publicarlo pronto!
P.- ¿Por qué el título del libro Este juego es infinito?
R.- Borges escribió dos sonetos al ajedrez. El primero de ellos termina con este terceto: “En el Oriente se encendió esta guerra / cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra. / Como el otro, este juego es infinito”. Sus dos sonetos siempre me han fascinado y son una inspiración fundamental para este libro. Los leí por primera vez con 16 años y me alegraron la vida al descubrirme que se puede escribir poesía sobre el ajedrez.
P.- ¿Cómo se te ocurrió hacer un libro de poesía dedicado al ajedrez? ¿A qué eres más aficionado al ajedrez o a leer poesía?
R.- El ajedrez y la Literatura, incluyendo la poesía, son dos pasiones fundamentales y perennes en mi vida. Así que era cuestión de tiempo que cristalizaran en una obra así, con ambas fundidas. Antes de este poemario había escrito una Partida de ajedrez en romance que tuvo mucho éxito. Luego quise escribir un soneto de ajedrez, llevaba tiempo con el primer verso rondándome la cabeza: “Las torres que vigilan la frontera”. Cuando por fin lo saqué, me quedé muy contento y fui a por el segundo.
En cuanto a la segunda pregunta, soy un gran aficionado al ajedrez desde los 5 años, cuando me enseñó a jugar mi padre. El juego me apasionó desde el principio e intuí lo que hay en él de arte, de forma de expresar belleza. A la lectura también me enganché muy pequeño, pero la poesía no me interesó hasta los 16 años. Así que me es difícil contestar concretamente, también va por épocas: actualmente dedico más horas al ajedrez que a leer poesía.
P.- Es muy difícil hacer un libro de poesía dedicado a un tema y también es muy difícil hacer un libro con sonetos, ya que es una de las formas métricas más complejas de la poesía. ¿Por qué eliges el soneto como forma métrica?
R.- El soneto siempre me ha atraído mucho, me fascina el poder de un soneto bien acabado. Es de las formas métricas que más me interesan y, por lo tanto, mi impulso poético me anima naturalmente al soneto, que además casa bien con mis características en cuanto a su estructura, métrica y tono.
También encuentro un paralelismo entre el soneto y el ajedrez: reglas estrictas, rígidas, un escenario aparentemente encorsetado pero que en realidad permite infinitas posibilidades. Esto da un encanto especial a ambas artes, y por supuesto a su combinación.
P.- 64 sonetos y 64 casillas en el tablero de ajedrez. ¿Pensaste desde el principio que fuesen 64 sonetos o fue más adelante que redondeaste la cifra?
R.- Fue casi desde el principio: llevaba menos de diez sonetos cuando sentí que podía llegar a 64, o al menos me impuse ese reto. Que sean 64 es una forma de demostrar que había un reto, también es el homenaje redondo y justo al ajedrez. Mi convicción era, y sigue siendo, que esta obra merece fama por lo menos en ciertos ámbitos literarios y ajedrecísticos.
P.- En uno de tus poemas dices: “El ajedrez, tal vez, no tiene meta, / y seguirá creciendo eternamente. / El ajedrez, tal vez, no es más que un puente / que une las culturas del planeta.” ¿Piensas que podría ocurrir lo mismo con la poesía?
R.- Sí, creo que mientras exista la Humanidad existirá poesía, y también se conservará el juego del ajedrez. Ambas artes ennoblecen y elevan al ser humano, cultivan espíritu y mente, y nos unen.
P.- ¿Cuáles son tus poetas favoritos? ¿Los que más te han inspirado?
R.- Puedo destacar a Quevedo y Borges tanto entre mis favoritos como entre los que más me han inspirado, particularmente como sonetistas. Rubén Darío me aficionó a la poesía y luego he tenido mis épocas de Bécquer, Neruda, García Lorca, Machado, Miguel Hernández, Lope de Vega… Sin olvidar los sonetos de Garcilaso y los de Shakespeare.
P.- Hay un próximo trabajo después de “Este juego es infinito”. ¿Trataría sobre ajedrez? ¿Sería de poesía?
R.- He publicado varios libros de viajes y estoy trabajando en otro. También tengo una buena idea para una novela, y tengo ganas de ponerme a escribirla. Esos son mis próximos proyectos literarios. Más adelante seguramente escriba sobre ajedrez, pero de otra forma (artículos, semblanzas, incluso novela). Y también quiero escribir y publicar más poesía. Quizá incluso intente ampliar la colección de sonetos ajedrecísticos de Este juego es infinito.
Fernando de la Rosa es el autor de Anversos, amor, reversos, Cuentas pendientes y En legítimadefensa. Sobre este último libro le preguntamos.
P.- ¿Por qué el título En legítima defensa? ¿De qué se defiende Fernando de la Rosa con este libro?
R.- Esta primera pregunta va directa a mi corazón. Y muy certera. Con este poemario me defiendo de la insolidaridad, de la deshumanización, de la falta de escrúpulos y de la falta de vergüenza torera (sí, sí, “torera”, aunque ahora suene políticamente incorrecto), que últimamente está campando por sus anchas y conquistando cada rincón de este maldito mundo, de este desalmado sistema que nos está convirtiendo a todos en meros logaritmos de redes sociales, en ecuaciones con las incógnitas muy bien sabidas de ante mano, que no tienen en cuenta ni los pensamientos ni los sentimientos de cada persona, de cada realidad.
P.- ¿Entiendes la poesía como un medio de expresión? ¿Puede ser la poesía un medio de hacer política a nivel personal?
R.- Por suerte o por desgracia, siempre he sido un animal político: nunca me ha dado reparo en exteriorizar mis ideas ni en expresar mi opinión sobre cualquier asunto mundano o social. Aunque, por supuesto, por simple prudencia o respeto, intento mantener el tono adecuado ante cada interlocutor y según cada situación. Pero con la Poesía lo tengo muy claro: lo escrito queda. Y me declaro absolutamente responsable de mis palabras. Yo las escribo, yo las asumo. Si me meto, me mojo. En eso no me van a pillar en falta.
P.- Tu estilo de poesía está marcado por tu voz andaluza. ¿Qué poetas destacarías más como los que más te han influido?
R.- Comprendo su punto de vista ante la pregunta, pero no me siento un poeta andaluz. Me siento poeta, a secas. Sigo leyendo, analizando y asimilando a aquellos autores que me han enseñado, que me han forjado, que me han convertido en poeta: Antonio Machado, Miguel Hernández, Francisco de Quevedo… Pero siempre tengo las puertas de mi mente abiertas a cualquier autor que me otorgue o me emocione con algo, siempre que sea directo y sincero. Le tengo mucho aprecio a Lope de Vega, a San Juan de la Cruz, a Bécquer, a Manuel Benítez Carrasco y a otros tantos autores foráneos. Y últimamente estoy siguiendo y aprendiendo de José Hierro, de Félix Grande, de Luis Rosales… ¡Ya ve, emocionándome con un falangista! Pero es que Rosales tiene cosas memorables. Y ese precisamente es el gran don de la poesía: la belleza de la palabra por encima de toda idea. La emoción sobre la razón. Es lo que une a los poetas.
P.- En uno de tus poemas dices “No sé si bueno o si malo, / si mundanal o si asceta, / prolongación o intervalo: / sólo sé que soy poeta.” A parte de la persona que escribe poesía, ¿ser poeta es una forma de vida?
R.- Precisamente escribí ese poemilla cuando me di cuenta de que era un autor, de que escribía lo que quería y como me daba la gana. Habrá a quien le guste, a quien le emocione, a quien vea en mí algo distinto… Y otros a los que no. Ya no reparo en las maneras, en el estilo, ya no me paro a saber qué dirán. Sinceramente, no me siento encuadrado ni limitado por ninguna escuela, grupo o generación. Las influencias, por supuesto, están ahí, ni puedo evitarlas ni quiero obviarlas, pero ya soy Fernando de la Rosa, para lo bueno y para lo malo. Ésa es mi idea de sentirse algo poeta. Lo que sí deploro, lo que me hace hervir la sangre y la mala leche, es esas especies de “enteraos”, de onanistas, de burócratas del verso, que necesitan disfrazarse, auto-engalanarse y auto-complacerse con algún distintivo, con algún pendón, con alguna medalla, con los que decirle al mundo: “¡Oye, que soy poeta! ¡Que aquí estoy!” Nunca los comprenderé. Ni los defenderé. Los mejores poetas, para mí, no son los que llevan una corona de laurel en la cabeza, sino una pluma con tinta indeleble de sencillez y dignidad.
P.- Tu poemario está dividido en cinco partes: “HARTAZGOS”, “BESTIARIO”, “SUPREMACIAS Y ANTAGONÍAS”, “EXHALACIONES” y “ANALÍRICAS”. Cuéntanos porque estos nombres de secciones y que va a encontrar el lector en cada una de estas partes.
R.- Escribí todos y cada uno de los poemas de este libro como una persona libre, honesta y comprometida, y como tal responderé a esta pregunta: espero que cualquier lector con la mínima integridad y con la mínima inteligencia exigibles a la condición humana entienda por sí mismo dichas divisiones y dichos títulos, si es capaz de comenzar y acabar de leer mis versos desde el inicio hasta el final. Si así lo hace, creo que no harán falta mis propias explicaciones. Pero, por si acaso, doy algunas pistas: este es un tremendamente curioso país llamado España, donde al parecer sentirse español es sinónimo de ser un facha; donde ciertos representantes de un partido abiertamente fascista y franquista acusan a un gobierno elegido democráticamente de golpista y dictatorial; donde ciertos elementos nacionalistas, racistas y supremacistas (y todo supremacismo esconde un gran complejo de inferioridad) basan sus idearios en la mofa, escarnio y coacción de aquellos que no tragan sus ruedas de molino; donde ciertos herederos de una banda terrorista, del impuesto revolucionario y del tiro en la nuca hablan con absoluta naturalidad de un Estado autoritario y opresor; y en fin, de una cierta clase política que utiliza a los ciudadanos a quienes deben servir como una masa informe de esclavos, borregos y aduladores que deben plegarse a sus infalibles designios… ¡Y no pasa nada!… Pues no sé. Para esos no van ni irán jamás mis versos. Prefiero cantárselos al paisano de a pie.
P.- ¿En legítima defensa cierra una trilogía o la poesía sigue fluyendo a través de Fernando de la Rosa?
R.- Nunca tuve la intención de cerrar una trilogía, ni ningún ciclo, ni nada. Mis libros son la pura imagen de mis emociones, cada cual según mis ánimos, mis pareceres y mis circunstancias. Seguiré escribiendo y publicando todo lo que pueda. Con las musas mediante. Eso espero.
Como todos los años la Asociación de editores de poesía (A.E.P.) emite un listado de libros recomendados para su lectura. Son libros que conviene leer porque son una selección de los editores. Es una ocasión única para estar en la actualidad de la poesía. Además, este año ha sido el ganador del premio de la Asociación de editores de poesía el libro Memoria de silencios del poeta Víctor Urrutia.
Agata Kornacka es doctora en literatura, traductora y profesora de español en la Universidad de Varsovia. Ha publicado su primer libro de poesía en español con la Editorial Poesía eres tú.
P.- ¿Por qué el título Aquí donde la ves?
R.- Porque me encantan los juegos de palabras. Es una de mis debilidades, lo reconozco. Detrás de mis elecciones literarias siempre hay una búsqueda incombustible de ambigüedades, sentidos con trasfondos, arritmias lingüísticas que nos dejan sin voz propia y a veces sin aliento, en fin —estos pequeños engaños que nos hacen creer que algo es lo que no es, y que nosotros somos lo que no somos de verdad. El título de mi libro dice lo mismo que calla, o al menos este era mi objetivo. Igual me equivoco, que esto también se me da de maravilla… Contrastado con la cubierta, el nombre del poemario crea una imagen despareja, incongruente. Por un lado, si nos fijamos en el dibujo, es fácil suponer que se trata de unos poemas sumamente tristes y desoladores. Pero es aquí donde entra el título y grita: ¡pero si esta chica está más viva que nunca! Miradla, pero no la toquéis todavía. Dejadla resurgir de sus cenizas. Dejadla que flote un poco más.
El título grita: ¡pero si esta chica está más viva que nunca! Click To Tweet
P.- ¿Por qué quisiste hacer este libro en español? ¿Cuál ha sido y cuál es tu relación con España?
R.- Hacía mucho tiempo que llevaba este libro en mis entrañas. La idea de publicarlo me seguía, me reconcomía por dentro. De hecho, es un libro muy visceral. Sin embargo, al principio no me atrevía a revelarlo al mundo. Pensaba que siendo polaca no podía publicar en español, que no pertenecía allí… Y llegó un día, después de unos meses muy traumáticos que consiguieron dar más leña a mis poemas, decidí enviar los textos que tenía guardados en el ordenador a unas cuantas editoriales españolas. Me respondieron dos de ellas, escogí la que parecía más cercana a la poesía que al negocio editorial. Y aquí estoy, hablando contigo sobre un libro que ya tiene cuerpo y alma. Esta publicación me ha convencido de que no importa que el español no sea mi lengua materna. Que porque yo sea su madre adoptiva y no bilógica, la lengua de Cervantes no tiene que oponérseme o cuestionar mis intentos de hacerla más mía. Y si me preguntas por mi relación con España, esta es y siempre será mi segunda casa. Mucha gente no entiende por qué no me instalo allí, por qué no me busco un hueco en esa tierra que tanto extraño cuando estamos en noviembre y en Varsovia hace un frío que quieres decir algo y solo te sale una humareda helada. Pues la respuesta es muy sencilla. Poder escaparme a España tres o cuatro veces al año es un lujo, y tener que aguantar meses sin verla es lo que la hace tan especial. Además, para mí siempre ha habido dos Españas. Una de ellas está a unos dos mil setecientos kilómetros de aquí. La otra la llevo en mi corazón. La riego cada día, con mi trabajo y mis sueños, como regaba el Principito a su querida amiga rosa. Antonio Machado, uno de mis poetas favoritos, dice en su famosísimo poema Españolito: “Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Como si me conociera…
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P.- ¿Aquí donde la ves está dividido en tres partes: LO HICE SIN QUERER / EN TODO LO QUE RESTA / Y SE CUMPLE. ¿Cuentas una historia a lo largo de las tres partes o son independientes unas de otras?
R.- Veo que te has fijado bien. Me alegro porque esto significa que mi intención no ha sido en balde. Que hay una conexión entre la autora y el lector, cosa que cada escritor, por mucho que se empeñe en repetir que no escribe para nadie, anhela con toda su alma. Yo les doy una elección a mis lectores. Pueden leer mi libro como si se tratara de una sola historia que tiene su principio, desencadenamiento y fin. Pero si así lo prefieren, si así les parece mejor porque allí donde están se sienten más identificados con alguno de los intertítulos, pueden buscar en cada parte una historia diferente, una etapa cerrada, aunque no impermeable. Vivimos para contarlo y no importa si en algún momento la historia se corta para luego reanudarse. Que sea el lector quien recoja todas las piezas que esparzo. Yo ya no las necesito. Las tengo muy vividas.
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P.- ¿Hay muchas semejanzas y diferencias entre la poesía española y la polaca?
R.- Si te refieres a la poesía contemporánea, la llamada poesía joven, no creo que haya muchas diferencias. Hace unos días impartí una ponencia dedicada a este tema, lo cual me permitió ver y enumerar ciertos denominadores comunes entre la poesía española y la polaca. Ambas se caracterizan por una simplicidad sin precedentes. Los jóvenes poetas se están dando cuenta de que no tiene mucho sentido recurrir a palabras grandilocuentes y rebuscadas porque las más afiladas son las que usamos a diario, al hablar con nuestros amigos, al quejarnos de lo que no nos sale como debería o cuando nos entran ganas de proclamar a los cuatro vientos lo feliz que estamos. Por otro lado, la poesía contemporánea, tanto en Polonia como en España, está muy involucrada socialmente, pretende luchar con nosotros y por nosotros, por un mundo más llevadero. Es un fenómeno que tiene mucho futuro porque, tal y como yo lo veo, al ensancharse el horizonte de nuestras esperanzas, el de la palabra se agranda para cobijarnos a todos. Esto no quiere decir que la poesía de antes pierda su valor, que de un día para otro dejemos de admirar a Federico García Lorca o Czesław Miłosz. Desde luego que no, pero la forma que adquiere la poesía de hoy, como respuesta a la irrefrenable pauperización del idioma, permite suponer que con el paso del tiempo habrá cada vez más poetas, más personas cualesquiera que se animen a escribir con sus propias palabras, mientras que la frontera que separa la prosa de la poesía, trazada con ahínco por aquellos que ya forman parte del canon literario, se irá disminuyendo, hasta —quizá desaparecer…
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P.- ¿Tus poemas los podíamos calificar de hiper breve? ¿Por qué elegiste este formato?
R.- Podría decirte que me encanta el refrán que dice que lo breve, si bueno, dos veces breve. Pero me da la impresión de que no te quedarías satisfecha con tal respuesta. Verás, la poesía es lo que me pasa cuando menos me lo espero. Hace más de un año mi vida dio un giro de ciento ochenta grados. Me dolió mucho lo que ocurrió y si no acabó conmigo fue porque me aferré a lo más valioso que tengo —mis pasiones. Gracias a ello entendí que en un plisplás acaba y termina todo. Que un pequeño paso puede ser el mayor salto de tu vida. Mis peldaños de poesía, además de ser un juego de palabras, en apenas tres escalones me condujeron donde no esperaba llegar. Esta forma tan minúscula y extraña es un experimento poético. No espero que a mis lectores les guste. Espero que les haga pensar. Y que se muevan después de leerlos porque la vida es una, y lo peor que podemos hacer con ella es quedarnos allí donde nos dejaron.
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P.- ¿Cuáles son tus poetas favoritos y qué libro o libros recomendarías a los lectores?
R.- Tengo muchos poetas favoritos, no sabría darte una lista cerrada porque otros tantos se quedarían al margen y no se lo merecen. Admiro a Antonio Machado, Jorge Luis Borges, Roberto Juarroz, a mis maestros argentinos cuyas obras he traducido al polaco, a José Hernández y Rafael Obligado, a muchos poetas contemporáneos, tales como Elvira Sastre, Miguel Gane, Saray Alonso o Defreds. A este último por llegar con su poesía a todos los rincones de la vida, y no hablo de aquellos vasos, velas o agendas que hacen eco de sus textos e inundan las librerías de toda España, pero más bien de lo mundana y alcanzable que nos parece la poesía al leerlo.
De los poetas polacos soy muy fiel a los representantes del romanticismo y modernismo, a Juliusz Słowacki, Adam Asnyk o Maria Konopnicka. Asimismo, me conmueve la poesía de la época de la segunda guerra mundial, la de Krzysztof Kamil Baczyński o Julian Tuwim, pero no me detengo en el pasado porque a diario descubro a nuevos autores que, sin haberlo pretendido, saben leerme. Es que siempre me busco en los poemas que leo y si me veo reflejada en alguno de ellos, es como si el autor me leyera a mí, como si me retratara. Y ya no hay forma de que nos separen.
A los lectores les recomiendo que lean. Así, sin más. Que nunca se cansen de leer.
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P.- ¿Habrá un segundo poemario en español de Agata Kornacka?
R.- Por supuesto que sí. Los peldaños de poesía no paran de escribirse. Son muy pesados, tendré que soltarlos algún día. La poesía es mi mayor compromiso y mi mejor forma de ser. Lo que no soy, jamás lo escribiría.
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