Conversación entre Cristina Álvarez Puerto e Iñaki Ezquerra en la IX Feria del Libro de Vallecas
El martes 13 de mayo a las 19:00 h, en el marco de la IX Feria del Libro de Vallecas, tuvo lugar una conversación abierta entre Cristina Álvarez Puerto e Iñaki Ezquerra, ambos escritores y figuras destacadas del panorama literario actual. El encuentro se celebró en el Bulevar de Peña Gorbea, epicentro de la feria, que este año rinde homenaje a Antonio Machado por el 150 aniversario de su nacimiento
Detalles del evento
Participantes: Cristina Álvarez Puerto e Iñaki Ezquerra
Libros presentados:
Anatomía celeste (Cristina Álvarez Puerto)
Cien sonetos de la vida entera (Iñaki Ezquerra)
Formato: Conversación abierta con el público, centrada en la creación poética, la experiencia vital y el diálogo entre lo individual y lo social, en sintonía con los temas de cambio y búsqueda de sentido presentes en ambos autores.
Contexto y ambiente
La Feria del Libro de Vallecas 2025 se desarrolla del 9 al 25 de mayo y cuenta con una programación amplia: más de 400 firmas, 50 presentaciones, entrevistas, lecturas de poesía, conciertos, teatro y actividades infantiles. La feria, con 19 casetas de editoriales, librerías y asociaciones, se ha consolidado como uno de los eventos literarios más importantes del distrito, promoviendo la cultura y la literatura en el barrio.
El homenaje a Antonio Machado impregna el ambiente, invitando a reflexionar sobre la poesía y el compromiso social, valores presentes en la obra de ambos autores protagonistas del acto del martes 13.
Imágenes del evento
Las fotografías muestran distintos momentos de la jornada:
El grupo de participantes y asistentes frente a una de las casetas de la feria, reflejando el ambiente cercano y colaborativo del encuentro.
Cristina Álvarez Puerto e Iñaki Ezquerra en la caseta, firmando y presentando ejemplares de sus libros a los lectores.
La conversación en el escenario principal, bajo el fondo de un gran cartel dedicado a Antonio Machado, con la complicidad y el intercambio intelectual entre los autores.
Un momento emotivo de cercanía y reconocimiento mutuo entre ambos escritores, que pone en valor la dimensión humana de la literatura y el diálogo.
Programación del fin de semana y próximos eventos
La feria continúa con una agenda repleta de actividades: presentaciones de libros, recitales poéticos, homenajes a autores como Ana María Matute y Carmen Martín Gaite, entrevistas a escritores y músicos, y propuestas infantiles y familiares. El evento se extiende hasta el domingo 25 de mayo, manteniendo viva la invitación a recorrer el camino entre lo individual y lo colectivo, entre la creación y el encuentro.
La conversación entre Cristina Álvarez Puerto e Iñaki Ezquerra en la Feria del Libro de Vallecas se inscribe así en una celebración de la literatura como espacio de transformación, diálogo y comunidad, en un contexto de cambio y apertura a nuevas miradas sobre el mundo y sobre uno mismo.
Entrevista con Ruth Vicente González: “La poesía como camino al autoconocimiento”
En un panorama literario dominado por la inmediatez y el consumo rápido, las voces auténticas como la de Ruth Vicente González representan un valioso contrapunto y una apuesta firme por la autenticidad y la transformación personal. La entrevista que presentamos a continuación constituye un extraordinario documento para comprender las bases creativas y vitales de una de las voces emergentes más significativas en el panorama poético contemporáneo español.
Ruth Vicente González, antigua diseñadora gráfica reconvertida en poeta y facilitadora de procesos de autoconocimiento, nos ofrece un testimonio sincero sobre su transformación vital y creativa. En 2015, ante una profunda crisis existencial, tomó la decisión radical de abandonar su carrera establecida para emprender un viaje hacia el interior, un camino que eventualmente la conduciría a la poesía como forma de expresión y sanación.
Su última obra, “(CON)TEXTO”, publicada por Editorial Poesía eres tú en 2025 (ISBN: 978-84-18893-95-7), supone la culminación de este proceso. Estructurada en seis secciones emocionales – Con Rutina, Con Amor, Con Dolor, Con Terapia, Con Valor y Con Conexión – la autora nos invita a un recorrido por las estaciones emocionales del alma humana. Su lenguaje, directo y sin artificios, busca establecer conexiones profundas con el lector a través de la vulnerabilidad y la autenticidad.
Lo que distingue la aproximación poética de Vicente González es precisamente su rechazo a los formalismos innecesarios y su compromiso con una escritura visceral, que surge directamente de la experiencia vivida. “Escribo desde el cuerpo, desde la emoción, desde lo real”, afirma en esta entrevista, dejando claro que su objetivo no es impresionar con artificios literarios sino conectar desde la honestidad más profunda.
A través de las siguientes páginas, descubriremos no solo el proceso creativo de una poeta singular, sino también su visión sobre el papel de la poesía en tiempos de aceleración y superficialidad, su concepción del feminismo como fuerza transformadora, y su apuesta por la autenticidad como valor fundamental tanto en la escritura como en la vida.
Ruth, abandonaste tu carrera como diseñadora gráfica en 2015 para dedicarte al autoconocimiento. ¿Cómo fue ese salto al vacío y en qué momento sentiste que la poesía era tu vehículo para expresar ese viaje interior?
Fue un salto sin red. Estaba atravesando una crisis existencial que me hizo replantearlo todo. Me matriculé en un máster de coaching sin saber cómo lo iba a pagar. Dejé mi trabajo, vendí mi casa y me lancé al vacío con una sola certeza: que necesitaba volver a mí. Durante ese proceso nació Concuerpo, mi primer libro, de forma casi orgánica. Los poemas no los escribía, me ocurrían. Me asaltaban mientras caminaba por la Diagonal, y tenía que grabarlos antes de que se desvanecieran. Era como si una voz más profunda tomara la palabra.
En ese momento no sabía que la poesía sería mi refugio, mi espejo, mi medicina. Contexto llegó muchos años después, desde otro lugar: desde la madurez de haber habitado mi herida. Es un libro que no escribí para sanar, sino desde la sanación. Y hoy escribo todos los días. Porque la escritura me sostiene, me revela, me recuerda quién soy. La confianza de mi editor fue ese impulso final que necesitaba para decir: “sí, esto es lo mío”.
“Contexto” está organizado en seis secciones muy definidas: Con Rutina, Con Amor, Con Dolor, Con Terapia, Con Valor y Con Conexión. ¿Por qué elegiste estructurar tu poemario de esta manera y qué buscas transmitir con este recorrido emocional?
La estructura fue casi una revelación. Al principio eran textos sueltos, pero cuando empezamos a ordenarlos vi que cada uno representaba una estación emocional, una etapa de conciencia. El orden no fue literario, fue vivencial. Cada sección es un umbral que el alma cruza: desde la alienación de la rutina hasta el reencuentro con la conexión profunda. Quise que quien lo lea no solo sienta mis versos, sino que se reconozca en ellos. Que recorra su propio contexto a través del mío.
En poemas como “HOT” o “No estoy preparada” utilizas un lenguaje muy directo, a veces coloquial y sin filtros. ¿Es una elección consciente alejarte del lenguaje poético más tradicional?
Escribo desde el cuerpo, desde la emoción, desde lo real. El lenguaje sin filtros no es una elección estética, es una necesidad de honestidad. En mí no hay separación entre vida y poema. No busco adornar, busco decir. Y muchas veces, lo que me atraviesa no tiene forma de soneto, sino de grito, de susurro, de palabra que sale cruda, tal cual la siento. La poesía tradicional me conmueve, pero la mía nace en la piel y se escribe sola. Es una conversación conmigo misma, sin maquillaje.
Has trabajado acompañando a mujeres en círculos y cursos de autoestima durante años. ¿Cómo crees que esa experiencia de acompañamiento ha influido en tu manera de escribir y conectar con tus lectores?
Acompañar a mujeres me enseñó el poder de la verdad compartida. Escuché tantas historias que eran también la mía… Me di cuenta de que cuando alguien se atreve a ser vulnerable, algo en el otro se abre. Esa energía la llevo a mi escritura: no pretendo enseñar, solo me muestro. Escribir se volvió un acto de coherencia entre lo que viví, lo que sentí y lo que decidí transformar. La autenticidad es lo que realmente conecta.
En un mundo dominado por contenidos breves y consumo rápido de información, ¿qué papel crees que juega la poesía hoy y cómo puede sobrevivir a esta aceleración constante?
La poesía es una resistencia suave, pero poderosa. Es una pausa sagrada en medio del ruido. Cuando todo corre, la poesía se queda. No necesita gritar porque sabe que quien la busca, la encuentra. Hoy más que nunca, las personas necesitan verdad. Y la poesía, cuando nace desde lo vivido, no necesita formato ni tendencia. A mí me ha salvado. Porque hay palabras que no informan, sino que transforman. Y eso, ninguna pantalla puede reemplazarlo.
Muchas personas consideran la poesía como algo “difícil” o alejado de su experiencia. ¿Cómo intentas con tu obra tender puentes hacia quienes no suelen acercarse a este género?
Yo no escribo poesía buscando hacer poesía. Escribo mi experiencia. Y si al final el texto rima, tiene cadencia o se siente como un poema, bien. Pero mi intención es ser honesta. Eso abre puertas. Porque todos hemos sentido miedo, deseo, pérdida, renacimiento. Escribir desde ahí es tender un puente hacia lo universal. A quienes dicen “no entiendo la poesía”, yo les diría: “no la entiendas, siéntela. Y si no te llega, es que no es para ti. Pero cuando una palabra te toca… ahí empieza todo”.
En tu poema “La Diosa enfadada” escribes: “Ya no me hundo si me gritas…”. ¿Cómo se entreteje el feminismo con tu voz poética y qué mensaje esperas transmitir a tus lectoras?
El feminismo en mi poesía no es una consigna, es una herida abierta y un fuego encendido. He vivido, y acompañado, demasiadas historias de mujeres que se apagan para que otros brillen. Sé lo que es encogerse para no incomodar, justificar lo injustificable, cargar culpas heredadas. Por eso escribo desde la entraña: para decir “ya no”. Mi mensaje no es solo de empoderamiento, es de conciencia: date cuenta, pide ayuda, rompe el silencio, rodéate de otras mujeres. Porque el amor no duele, y la voz no debe callarse nunca más.
El último poema del libro, “Crystal”, está dedicado a tu hija. ¿Qué significa para ti cerrar el poemario con este texto y qué esperas que ella y el resto de los lectores extraigan de tu obra?
Ese poema es un canto a la verdad. A la valentía de ser quien una es, más allá de los moldes y el miedo. Cuando mi hija me dijo que era una chica, sentí el vértigo de lo desconocido y también la luz de lo real. Viví un duelo, pero sobre todo viví un despertar. Porque verla tan feliz, tan auténtica, me recordó lo que significa vivir desde el corazón. “Crystal” cierra el libro porque ella es mi maestra. Me enseñó que la identidad es sagrada, y que el mayor acto de amor es mirar al otro y decir: “te veo, te reconozco, te amo por quien eres”. Si mi poesía deja una huella, que sea esa: sé tú, sin miedo.
Tus poemas parecen surgir de un flujo de conciencia muy inmediato. ¿Cómo es tu proceso de escritura? ¿Escribes de un tirón o revisas y editas mucho?
Escribo desde el presente. Todo empieza con una pregunta: ¿qué me está pasando? El cuerpo me responde. Entonces, simplemente dejo que la mano lo escriba. Es un flujo puro, honesto. No me gusta tocar demasiado el texto porque siento que, si lo edito, lo he domesticado. Es verdad que con el tiempo he aprendido a pulir alguna repetición, pero la esencia del poema siempre nace de una emoción viva. No escribo para publicar, escribo para no explotar.
Si tuvieras frente a ti a alguien que nunca ha leído poesía y tiene prejuicios sobre el género, ¿qué le dirías para invitarle a leer “Contexto”?
No le diría nada. Le escucharía. Y después le escribiría un poema. Porque la poesía no es una cátedra, es una conexión. Contexto no es un libro para poetas: es para seres humanos. Habla de ti, aunque aún no lo sepas. Es un espejo sin juicios. Una mano en la espalda. Un “yo también sentí eso”. Y cuando alguien lee algo que ha sentido, pero nunca había podido nombrar, algo se enciende. Ese es mi único objetivo: que sientas que no estás sola, que tus emociones tienen un lugar donde respirarse.
En un contexto literario donde la poesía lucha por encontrar su espacio, Alfonso Becerra emerge como una voz auténtica que ha culminado una notable trilogía poética iniciada durante la pandemia. Su más reciente obra, “Y DE REPENTE, TODO ES AMOR”, cierra un ciclo creativo de cuatro años marcados por una intensa producción literaria donde la espiritualidad y la cotidianidad se entrelazan con singular maestría.
Esta entrevista nos adentra en el universo creativo de un poeta que, desde su rincón en Lavapiés y con raíces extremeñas, ha construido un camino literario representado por tres colores simbólicos: azul, rojo y verde. Su obra establece un diálogo con la tradición mística española, especialmente con Teresa de Jesús, sin perder la contemporaneidad de su mirada ni la accesibilidad de su lenguaje.
La conversación aborda aspectos fundamentales de su proceso creativo: la influencia de los espacios físicos en su poesía, la concepción universal del amor que trasciende lo romántico, y el papel de la poesía como acto de resistencia frente al ritmo frenético de la vida moderna. Becerra nos invita a reflexionar sobre cómo un poeta del siglo XXI puede recuperar la contemplación y el silencio en tiempos dominados por lo digital y lo inmediato.
A través de estas diez preguntas, descubriremos las claves de una obra que, según el prologuista Joaquín Pereira, evoca la mirada limpia de Alberto Caeiro, heterónimo de Fernando Pessoa, y que representa una valiosa aportación a la poesía española contemporánea.
Su nuevo libro completa una trilogía iniciada durante el confinamiento. ¿Cómo ha sido este viaje desde aquel primer impulso creativo en pandemia hasta este “Y DE REPENTE, TODO ES AMOR” que ahora presenta?
Han sido cuatro años intensos de escritura, a raíz de la pandemia no he dejado de escribir poemas casi a diario, era una necesidad de expresar sentimientos, emociones, duelos, fe, amistades, experiencias, recuerdos, vivencias y sobretodo creatividad. Los tres poemarios es un camino de tres colores, azul, rojo y verde. El azul representa las ventanas y puerta de mi estudio en Lavapiés, el rojo es la presencia de Teresa en mi escritura, y el verde es la expansión con el todo, con Dios. El primer libro iba dedicado a mi hermano, el segundo a mis Ancestros, Y de repente, todo es Amor se lo dedico a mis padres. Con este poemario cierro un ciclo de escritura donde también he notado una evolución, pero seguiré leyendo y dejándome llevar por donde me guie los sentimientos y emociones, de momento necesito un descanso, han sido tres poemarios en cuatro años.
En el prólogo, Joaquín Pereira lo compara con Alberto Caeiro, el heterónimo de Pessoa, por esa mirada limpia hacia la realidad. ¿Se siente identificado con esta comparación? ¿Qué poetas han sido fundamentales en su formación?
La verdad que me sorprendió bastante que me comparara con Pessoa, había leído algo de él que justo me regaló Joaquín Pereira cuando nos conocimos, me puse a indagar sobre Alberto Caeiro y en verdad sí que tenía parecido en mi escritura. Durante estos cuatro años he leído a bastantes poetas, Lorca, Gloria Fuertes, Miguel Hernández, San Juan de la Cruz, María Zambrano y sobre todo a Teresa de Jesús, todas sus obras.
Sus poemas transitan entre lo cotidiano (una encimera, unas sábanas colgantes, un café en Lavapiés) y lo trascendente. ¿Cómo logra ese equilibrio entre lo tangible y lo místico?
Desde pequeño siempre he sido muy espiritual y me gusta contemplar las cosas sencillas, en el barrio en el que vivo (Lavapiés) hay mucha vida, se siente muchas vidas y conviven varias religiones, eso influye. También practico meditación y oración y eso te hace ver las cosas desde otro punto de vista más místico.
Hay una fuerte presencia de la tradición mística española en su obra, especialmente de Santa Teresa de Jesús. ¿Cómo dialoga un poeta del siglo XXI con esa tradición sin caer en la mera imitación?
Estos dos últimos años he leído bastante a Teresa de Jesús, he visitado Ávila dos veces, y he estado de retiro en Santiago de Compostela en un monasterio de Carmelitas Contemplativos, todo eso me ha calado en mi forma de escribir, por la experiencia vivida, pero sobre todo en la lectura es donde interiorizo su estilo y cercanía para llevarlo a mis verso y poemas cotidianos. En muchos poemas siento que Teresa me susurra al oído, y eso es maravilloso y emocionante, te lo puedo asegurar.
“Y DE REPENTE, TODO ES AMOR” plantea una visión del amor que trasciende lo romántico para convertirse en principio universal. ¿Qué diferencia ese “Amor” con mayúsculas del concepto más convencional que suele tratarse en la poesía?
En el poemario aparece muchísimas veces la palabra AMOR, en cada poema abarca diferentes conceptos, hay amores terrenales, amores cotidianos, amor familiar, amor a la tierra de donde soy, amor a las cosas, amor a la presencia que me acompaña, amor a las decepciones, amor a la naturaleza y sobre todo a Dios. El título del libro es un estallido en el corazón, para cerrar un ciclo de escritura, donde el encuentro con el Amor es el núcleo de la poesía, que quiero trasmitir en los tres poemarios.
Sus poemas combinan la máxima sinceridad emocional con un lenguaje accesible. En un momento donde parte de la poesía contemporánea tiende al hermetismo, ¿cómo ve el papel de la claridad en la expresión poética?
Escribo desde el corazón, casi siempre los versos me manan como música, no tiendo a corregir mucho, me dejo llevar por la musicalidad de los sentimientos de ese momento, junto con la emoción. Soy consciente que muchos poemas no son tan buenos, pero reconozco que es como estoy en ese momento del día que me toca y también quiero que aparezca como un poema malo, reflejando mi estado anímico, podría haber descartado muchos poemas, pero quiero que queden inmortales en papel.
El libro refleja una geografía emocional entre Madrid y Extremadura. ¿Qué papel juegan los espacios físicos en su creación poética y cómo influyen en su manera de entender el mundo?
Extremadura es mi raíz, Torremejía es mi cuna, cuando escribo regreso a mi infancia, al niño y todas sus tradiciones, creo que es importante plasmar de donde viene uno. Cada vez que voy al pueblo es una fuente de inspiración, escuchar a mi padre, mi madre, el acento y sus costumbres. Madrid es mi otra parte, la mitad diría yo, casi que llevo media vida viviendo en la capital y eso me ha llenado de muchas experiencias, personas y lugares para poder transmitir en mis poemas.
En una época dominada por lo digital y lo inmediato, usted ha construido una trilogía poética que invita a la contemplación y al silencio. ¿Considera que la poesía puede ser un acto de resistencia frente al ritmo frenético actual?
Sí, es un acto de resistencia pura, leer poesía es parar el tiempo, es leer emoción, es sentir, es pararse a contemplar. En estos cuatro años me ha llamado la atención personas de mi entorno que me han leído y me han agradecido lo generoso que soy compartiendo mis poemas, emocionándose, viendo la vida desde otro punto de vista.
Creo que la poesía debería de tratarse más en los colegios e institutos para fomentar su lectura y escritura a los más jóvenes.
Sus libros muestran una progresión: del despertar poético en el confinamiento, a la exploración mística, y ahora a esta visión universal del amor. ¿Hacia dónde cree que se dirigirá su poesía después de completar esta trilogía?
Siento que he cerrado un ciclo, ahora mismo necesito parar y tomarme un descanso, leer tranquilo sin pensar en crear otro libro, me dejaré llevar por los susurros de Teresa… jajaj
Finalmente, hay quien dice que la poesía está alejada del público general o que es un género para minorías. Sin embargo, sus versos parecen buscar lo contrario. ¿Qué puede aportar la poesía al lector común en estos tiempos convulsos y qué estrategias cree que podrían acercar este género a más lectores?
Creo que la poesía está bastante viva, hay muchos recitales en locales y también muchas publicaciones de todo tipo, cada uno tiene que buscar o encontrar lo que necesite en ese momento, a veces llega solo, vas un día a una biblioteca o a una librería y ahí está el libro que necesitas en ese momento, de un poeta desconocido, que te abrirá el corazón en cuanto comienzas a leer sus versos, y de repente, todo cambia.
ENTREVISTA: “LO SIENTO, TE QUIERO” – UNA EXPLORACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES DEL AMOR
La presente entrevista profundiza en el poemario “Lo siento, te quiero”, una obra que explora con notable franqueza las complejidades del amor contemporáneo. A través de diez preguntas, el autor reflexiona sobre su proceso creativo, el papel de la vulnerabilidad en la expresión poética y su visión sobre cómo acercar la poesía a nuevos públicos en una época marcada por la inmediatez.
El título del poemario encierra la dualidad fundamental que vertebra la obra: la tensión entre el arrepentimiento y el afecto, entre la decisión de luchar por alguien y la de elegirse a uno mismo. Con un estilo confesional pero equilibrado entre el simbolismo tradicional y expresiones más accesibles, el autor busca tender puentes entre la tradición poética y los lectores jóvenes.
El diálogo revela una propuesta literaria que reivindica la capacidad de la poesía para provocar la reflexión en un mundo saturado de estímulos, defendiendo su relevancia como herramienta de cambio social y conexión humana. A través de sus respuestas, el autor defiende la autenticidad emocional como valor esencial de la creación literaria y la necesidad de preservar el poder transformador de la palabra poética.
Tu poemario explora de forma muy directa las contradicciones y fragilidades del amor. ¿Qué te impulsó a escribir “Lo siento, te quiero” y qué esperas que encuentre el lector en él?
Tras la primera publicación, veía la necesidad de continuar con el proceso de descubrimiento y crecimiento que las personas atraviesan en la etapa joven de su vida. El proceso de quererse y aceptarse a uno mismo es el camino que da pie a la posibilidad de encontrar el amor en el resto. Aun así, amar no siempre es fácil, ni es una ciencia exacta. Las experiencias amorosas son únicas en su esencia, y de todas se aprende algo. En este poemario quise reflejar justamente eso, que, al igual que el amor propio, es una aventura en la que no sabes qué te vas a encontrar, cómo se desarrollará y, quizás, que el amor no es siempre como lo conocemos de manera utópica.
Muestra una realidad que la inmensa mayoría ha vivido, desde decepciones amorosas hasta historias sin final. Esto es solo un reflejo de lo que el amor nos puede brindar como personas, en continua construcción y aprendizaje.
El título refleja una tensión entre el arrepentimiento y el afecto. ¿Por qué elegiste esa contradicción como eje central de la obra?
El título es un claro ejemplo de que a veces las personas no sabemos si amar a alguien es la decisión correcta, o, por el contrario, muestra la fragilidad emocional de ser querido.
“Lo siento” es el ejemplo de la vulnerabilidad, la máxima expresión de querer cambiar por alguien que demuestra que el amor es abrazar las diferencias.
Por el otro lado, está el perdón como arrepentimiento, el dolor en la decepción, en el lado incorrecto del amor.
Las dos caras del amor se pueden reflejar en este título, pues querer en ocasiones es luchar por lo que uno quiere, y otras elegirse a uno mismo y dejar ir.
En tus versos se percibe una voz muy cercana, casi confesional. ¿Crees que la poesía debe ser siempre un acto de desnudez emocional, o también puede ser refugio y máscara?
La poesía ha sido y será siempre una forma de expresión artística a través de la palabra. El componente emocional que la conforma es su esencia, la cual cada poeta va esculpiendo con sus propias manos. En el caso de muchos, la lírica es un refugio y la manera de poder expresar todo lo que ronda su cabeza. En el caso de otros, la poesía es una forma de contar al mundo algo que nadie se atreve a decir.
Eso es lo bonito de la poesía, que, en forma y uso, cada poeta es único, ya que su intencionalidad le da su toque de autenticidad.
La poesía, tradicionalmente, ha sido vista como un género minoritario y a veces distante del gran público. ¿Cómo crees que tu libro contribuye a acercarla a lectores jóvenes o poco habituales?
La poesía se ha ido dejando de lado con el paso de los años, y, cada vez más, se está perdiendo entre los jóvenes. Este género requiere de un conocimiento cultural previo que cada vez se está olvidando más. Quizás el problema esté en que se quiera leer como si de narrativa se tratase, cuando la esencia de la poesía es descifrar aquello que se oculta entre sus versos, la pasión, su gran componente emocional.
La educación enfoca la poesía hacia algo únicamente teórico, cuando, en realidad, es todo lo contrario.
La clave es la selección de los textos. Se relaciona la poesía a algo “difícil de entender” porque se escogen textos muy complejos, llenos de referencias metafóricas no trabajadas previamente y alejado de la realidad de muchas personas.
Con mi poesía trato de crear un equilibrio entre la poesía “pura”, empleando metáforas y simbolismos que plasman la esencia y estética del género, y una poesía más acercada a aquellas personas que requieren de un primer contacto con ella, centrándola en la emoción y figuras más sencillas y familiares a otros géneros literarios.
¿Qué papel crees que debe desempeñar la poesía en la sociedad actual, tan marcada por la inmediatez y la saturación de estímulos?
La literatura y en este caso, la poesía, han sido una de las principales armas de cambio en la historia de la sociedad. Su influencia en nuestras vidas es mucho mayor de lo que creemos, por lo que, como ciudadanos de una, debemos ser conscientes de lo que esto supone.
La exposición constante a estímulos hace que no tengamos tiempo para parar, pensar y reflexionar sobre todo lo que nos rodea, algo que la poesía ha representado desde su forma más arcaica.
La literatura se encarga de eso, de parar, y, en un mundo bombardeado de información, es necesario más que nunca.
Es nuestra responsabilidad controlar los estímulos y tomar consciencia del papel tan importante de la literatura, y, sobre todo, no olvidar que la poesía debe seguir siendo la principal herramienta de cambio y crítica social.
En tu obra conviven referencias clásicas y contemporáneas, desde mitos hasta canciones actuales. ¿Cómo dialoga tu poesía con la tradición y con la cultura popular?
La tradición y la cultura actual pueden convivir perfectamente en la sociedad. De hecho, así debería ser. En mi obra trato de hacer disfrutar al lector desde su más cercana realidad hasta una cultura literaria y clásica mediante la cual también sienta la necesidad de empaparse, abriendo nuevos caminos de conocimiento y de interés, algo que la literatura pretende buscar.
¿Qué técnicas literarias o recursos expresivos sientes que han sido más importantes en tu proceso creativo para transmitir emociones tan intensas?
La influencia de poetas españoles del siglo veinte ha sido algo que he reflejado en mis obras, empleando el simbolismo y la metáfora como recursos principales. La métrica es algo que también diferencia a un poeta, la manera en la que se colocan minuciosamente los versos que aporta armonía y estética al poema.
Claro está que me queda un largo camino de perfeccionamiento de mi escritura y poesía, pero para mí la esencia está en el uso del lenguaje metafórico y emocional para lograr captar las emociones y transmitirlas al lector.
¿Cómo ha influido tu experiencia personal —tanto vital como generacional— en el tono y los temas de tu poesía?
La etapa de la juventud es un camino de descubrimiento, de experiencias nuevas y de muchas vivencias por experimentar. El amor es una de ellas y de todas las formas en las que es posible experimentarlo. Siento que las generaciones están perdiendo la esencia de lo que es el amor, el cuidar a las personas, la responsabilidad afectiva. Este poemario también tiene una parte de reivindicación de eso, de la lealtad en una pareja, de que aunque amar sea un gran riesgo, no hay que negar nunca la puerta a ser querido y demostrar lo mismo.
Muchos de tus poemas parecen fragmentos de un diario íntimo. ¿Qué valor le das a la autenticidad y a la vulnerabilidad en la literatura?
Cualquier obra debe reflejar la esencia de su autor, el largo proceso por el que pasa hasta ser publicada y el esfuerzo y trabajo que lleva una publicación.
La autenticidad en una obra es el principal factor que hace que el lector quiera más, que se sumerja en la historia como si fuera la suya propia, disfrutando mientras navega por sus versos. La literatura muestra con valentía lo que el mundo no se atreve a comunicar, por eso hay que protegerla y valorarla como se merece. No debemos ensuciar el género con versos vacíos que no comuniquen o expresen, eso no es poesía.
Por último, ¿qué le dirías a quienes piensan que la poesía no tiene cabida en el mundo actual o que ya no puede cambiar nada?
La poesía es una parte esencial de lo que somos hoy en día, de nuestra cultura, de nuestra vida en sociedad. Sin la literatura no se hubieran producido cambios, protestas, estaríamos muy alejados los unos de los otros. La poesía es conexión, reflexión, es empatía. La literatura une generaciones y personas situadas a la otra punta del mundo. Son valores, esperanza, emociones, reflexiones.
Claro que la poesía tiene cabida en nuestro mundo actual, la poesía es el nexo entre etapas de la historia, entre culturas.
Ojalá fuera
estar juntos
por obligación.
Sin separarnos ni un milímetro.
Que un juez nos impusiera
tener que estar cerca.
Muy cerca el uno del otro.
Tan cerca
que tu piel se confundiera
con la mía.
Con la amenaza
de tener que ir a prisión
si incumplimos la petición
de acercarnos.
Sabiendo que iremos
a la cárcel
si no acortamos distancias.
Jamás lejos.
Obligados a estar pegados,
enganchados. Un mismo tacto.
Sin poder alejarnos.
Siempre tu mirada en mi mirada,
mezclando pupilas,
retinas que se acarician,
ojos que juegan sin detenerse.
Silvia Vaquero – Un amor sin ley
El derecho del corazón: cuando el amor invierte las leyes
Hay versos que nacen de la paradoja más hermosa y terrible del amor contemporáneo, y este poema de Silvia Vaquero es uno de ellos. Aquí la poeta construye un universo donde la justicia se vuelve cómplice del deseo, donde las órdenes judiciales se transforman en súplicas del alma enamorada. Es la inversión perfecta de la realidad: mientras en el mundo real las órdenes de alejamiento separan a los amantes, en este territorio poético la voz lírica sueña con una “orden de acercamiento” que los obligue a permanecer unidos.
La genialidad del poema radica en cómo transforma el lenguaje legal en lenguaje amoroso, convirtiendo la amenaza de prisión en promesa de intimidad. “Sin separarnos ni un milímetro” se convierte en una medida de amor más precisa que cualquier verso romántico tradicional. La poeta juega con la ironía de desear lo que normalmente se teme: la obligación, la imposición, la falta de libertad, pero solo cuando esa falta de libertad significa estar unidos.
El poema respira una sensualidad que se construye desde la proximidad física: “que tu piel se confundiera con la mía”, “obligados a estar pegados, enganchados”, “un mismo tacto”. Pero es en los últimos versos donde Vaquero alcanza una belleza casi mística: “mezclando pupilas, retinas que se acarician, ojos que juegan sin detenerse”. Aquí el amor trasciende lo físico para convertirse en una fusión visual, en un juego eterno de miradas que se tocan.
La estructura del poema, con sus versos cortos y su ritmo entrecortado, imita el jadeo de quien desea, la respiración agitada del amor prohibido. Cada verso es una súplica, cada pausa un suspiro. Vaquero ha logrado crear un himno al amor obsesivo que no se disculpa por su intensidad, que no pide perdón por querer demasiado, que transforma la patología en poesía y la desesperación en arte puro.
LA POESÍA JUDICIALIZADA: TRANSGRESIÓN Y RENOVACIÓN EN “UN AMOR SIN LEY”
Por Ana María Olivares
En un panorama poético donde abundan los versos atemperados y las metáforas etéreas, “Un amor sin ley” (Editorial Poesía eres tú, 2025) de Silvia Vaquero irrumpe como un puñetazo a las convenciones. Esta joven poeta nacida en Mataró en 1994, con formación filológica y experiencia actoral, ofrece su séptimo poemario en apenas cinco años, consolidando una voz poética singular caracterizada por la intensidad emocional y la exploración de territorios incómodos.
La obra narra, a través de fragmentos numerados que recuerdan un expediente judicial, la historia de un amor prohibido y obstaculizado por denuncias, órdenes de alejamiento y hospitalizaciones. La voz poética, identificada explícitamente como Silvia Cubeles Vaquero, documenta su relación tormentosa con Carlos Cuevas Sisó, en un ejercicio de autoficción donde los nombres propios anclan la experiencia poética en lo real mientras la elevación lírica la universaliza.
INNOVACIÓN FORMAL Y ESTILÍSTICA
El primer acierto de Vaquero es su propuesta formal. Abandona la división tradicional en partes o secciones para construir un mosaico de 59 fragmentos poéticos numerados que pueden leerse como piezas independientes o como capítulos de una historia mayor. Esta estructura fragmentaria, que recuerda al “Libro del desasosiego” de Fernando Pessoa pero con mayor narratividad, refleja perfectamente la experiencia dislocada de un amor que se vive a retazos, entre comparecencias judiciales y distancias impuestas.
La mezcla de español y catalán constituye otro rasgo innovador, no como ejercicio de virtuosismo bilingüe sino como reflejo de una realidad cultural híbrida. Vaquero reserva el catalán para momentos de especial intimidad o arraigo territorial: “Aquest amor només es farà quan tu vulguis”, creando un juego de proximidad y distancia lingüística que enriquece las capas expresivas del texto.
También resulta notable la incorporación de la cultura pop y las referencias musicales contemporáneas. Si Luis Cernuda dialogaba con Bécquer o Gil de Biedma con Machado, Vaquero entabla conversación con Taylor Swift, Edward Sheeran o Mikel Izal. En el poema 45 cita directamente: “And run, like you’d run from the law, darling, let’s run, run from it all. Taylor Swift & Edward Sheeran”, integrando estas referencias no como simple decorado sino como parte sustancial del imaginario emocional contemporáneo.
RENOVACIÓN DEL LENGUAJE POÉTICO
Quizás la mayor innovación de Vaquero es la apropiación del lenguaje judicial y penitenciario para construir su metafórica amorosa. La poeta ha comprendido que para hablar al lector contemporáneo hay que actualizar el repertorio metafórico tradicional. Así, donde la tradición poética hablaba de “cadenas de amor” en sentido figurado, Vaquero habla de esposas reales, órdenes judiciales y calabozos, difuminando los límites entre la metáfora y la experiencia vivida.
“El denunciante CARLOS CUEVAS SISÓ y la denunciada SILVIA CUBELES VAQUERO. Nuestros nombres en mayúsculas, unidos en un papel que nos separa”, escribe en uno de los fragmentos más representativos. Esta transformación del aparato burocrático-judicial en materia lírica supone una renovación significativa del lenguaje poético, acercándolo a experiencias contemporáneas donde las relaciones personales están cada vez más mediadas por instancias institucionales.
DIÁLOGO CON LA TRADICIÓN POÉTICA
Si bien Vaquero adopta estrategias renovadoras, su obra también establece un diálogo con varias tradiciones poéticas del siglo XX. El tono confesional y la exploración de experiencias traumáticas personales conecta con la poesía de Sylvia Plath o Anne Sexton, mientras que la corporalidad directa y el tratamiento del deseo sexual sin eufemismos recuerda a la poesía de Gloria Fuertes en su vertiente más erótica.
La voz urgente y sin filtros de Vaquero, con su preferencia por el versículo libre y las repeticiones obsesivas (“Tranquilo. No voy a ir. No te voy a perseguir. No voy a insistir”), evoca la expresividad directa de las primeras obras de Alejandra Pizarnik, aunque sin su hermetismo. La alternancia entre castellano y catalán, por otro lado, la sitúa en la tradición de poetas bilingües como Pere Gimferrer, aunque con un propósito más visceral que estético.
En cuanto a la temática amorosa, Vaquero subvierte la tradición del amor cortés y la distancia sublimada. Si para Jorge Guillén “los amantes son inmortales, pues lo que amó es lo eterno”, para Vaquero el amor es precisamente mortal, contingente y constantemente amenazado. Su tratamiento del tiempo como enemigo (“El tiempo pasa. Los años se nos van. Date prisa, corre”) se contrapone a la suspensión temporal que caracterizaba la poesía amorosa tradicional.
ACCESIBILIDAD Y COMUNICACIÓN DIRECTA
Uno de los mayores logros del poemario es su capacidad para ser inmediatamente accesible sin sacrificar profundidad. Vaquero entiende que la poesía contemporánea debe competir con múltiples formas de entretenimiento y comunicación instantánea, y responde con un lenguaje directo que no necesita decodificación especializada.
Sus poemas son emocionalmente transparentes: “No puedo hacer nada sin tu permiso. Precipitarme a ti es precipitarme al vacío”. La inmediatez de estas declaraciones conecta con una generación habituada a la expresión directa de las redes sociales, pero Vaquero consigue elevar esta inmediatez hacia territorios de mayor complejidad mediante la acumulación y la reiteración obsesiva.
A diferencia de otros poetas jóvenes que buscan la accesibilidad mediante la simplificación conceptual, Vaquero lo hace mediante la intensificación emocional. Cada fragmento funciona como una pequeña descarga eléctrica que puede entenderse de manera autónoma pero que gana resonancia al conectarse con el conjunto.
ENTRE LA TRADICIÓN Y LA RUPTURA
“Un amor sin ley” se sitúa en un interesante punto intermedio entre tradición y ruptura. Por un lado, preserva elementos tradicionales como la estructura narrativa subyacente (hay una historia reconocible que progresa) y la centralidad de la experiencia amorosa como motor poético. Por otro, rompe con convenciones formales y estilísticas mediante la fragmentación, el bilingüismo funcional y la incorporación de referencias pop.
Comparada con algunos de sus contemporáneos como Elvira Sastre o Defreds, Vaquero muestra una mayor disposición a explorar territorios incómodos y a comprometer su escritura con experiencias límite. Si parte de la poesía joven española actual busca certezas consoladoras, Vaquero prefiere habitar en la incertidumbre y el conflicto: “De repente tengo unas ganas, y quiero darme prisa, y me impaciento, ya no puedo esperar más, quiero ir hacia ti, y otra vez tú que no, que no, que no”.
CONCLUSIÓN: UNA POESÍA NECESARIA
“Un amor sin ley” constituye una propuesta necesaria en el panorama poético actual por varios motivos. Primero, porque reivindica la capacidad de la poesía para abordar experiencias contemporáneas complejas como la judicialización de las relaciones personales. Segundo, porque demuestra que la innovación formal y la accesibilidad no son valores contradictorios. Y tercero, porque recupera para la poesía la intensidad emocional sin caer en sentimentalismos simplificadores.
Si la poesía del siglo XX evolucionó desde el hermetismo vanguardista hacia la claridad comunicativa, Vaquero representa una síntesis donde la claridad expresiva no implica renuncia a la densidad significativa. Su obra propone que la poesía contemporánea puede ser directa sin ser plana, intensa sin ser melodramática, personal sin renunciar a la universalidad.
“Un amor sin ley” no es solo un libro sobre un amor conflictivo; es una reflexión sobre las múltiples formas de prohibición que atraviesan nuestras vidas afectivas y sobre la capacidad de la palabra poética para transgredir barreras. Como escribe la autora: “Si verte es saltarme la ley, entonces me la saltaré”. En tiempos donde la transgresión parece haberse convertido en espectáculo inofensivo, la poesía de Vaquero recupera su capacidad de perturbación genuina, recordándonos que amar —y escribir— siguen siendo los actos de rebeldía más auténticos.
Por el camino de los romeros Hay flores amarillas de luceros El Horizonte es de sierra blanca Las espigas encorvan su danza
Por el camino de los romeros Regresan volando las cigüeñas El perro blanco ladra a lo lejos Fecundo marzo grita primavera
Por el camino de los romeros Tres niños corren por la pradera Suenan melodías en riachuelos Canta el canto de los jilgueros
En la brisa sutil siento tus besos He oído tu dulce voz por dentro He escuchado notas y versos Por el camino de los romeros
Suave Sol siento en mi corazón Brotes de almendro contemplo Abejas danzan, flores blancas En dirección al inmenso azul cielo
Llegando al final de este libro Has leído mi Alma encendía Caminando por versos de luz Embriagado de dulce poesía
Y de repente, Dios es Amor ¡Por el camino de los romeros!
-Alfonso Becerra Álvarez, Y DE REPENTE TODO ES AMOR (2025).
Análisis: “La peregrinación como abrazo cósmico”
El camino no es solo tierra pisada: es un surco del Alma donde germinan las preguntas. Becerra teje en estos versos una geografía sagrada donde lo cotidiano -perros que ladran, niños corriendo- se transfigura en ritual. Las flores amarillas de luceros no son metáforas, son llaves que abren portales entre Lavapiés y el huerto de Santa Teresa.
Hay aquí un diálogo entre el polvo y lo eterno. Las cigüeñas que regresan no migran, vuelven como el poeta a su Torremejía interior. El fecundo marzo no es un mes, es un útero de sílabas donde la primavera nace del choque entre el dolor y la revelación.
La voz se descalza en el último tercio del poema. Los versos de luz no iluminan: queman. El Amor-Dios no es conclusión, es camino hecho de savia y llagas. Cuando escribe “Has leído mi Alma encendía”, nos convierte en romeros de su propia peregrinación. La poesía ya no es escritura: es comunión.
El genio de Becerra está en su desnudez ceremoniosa. El almendro en flor, las abejas, el azul del cielo… son liturgias mínimas que sacralizan lo efímero. No describe epifanías: las siembra en el lector como semillas de cardo borriquero -ásperas, indomables-.
Al cerrar el libro, uno no siente haber leído un poema. Siente haber masticado raíces de jara, haber sudado salivilla de cantueso, haber recorrido a pie descalzo el sendero que une el corazón humano con el latido del universo.
CRÍTICA LITERARIA: “Y DE REPENTE TODO ES AMOR” – La poesía como puente entre lo cotidiano y lo trascendente
Título y Autor
“Y DE REPENTE TODO ES AMOR” es el tercer poemario de Alfonso Becerra Álvarez, publicado en 2025 por Editorial Poesía eres tú. Becerra nació en Mérida en 1981, es natural de Torremejía (Extremadura) y actualmente reside en Madrid. Titulado en actuación y comunicación, su trayectoria poética comenzó durante el confinamiento de 2020 con “En Lavapiés Los Días Son De Poesía” (2021), seguido por “Para ellas Para ellos” (2022), conformando así una trilogía espiritual que culmina con la presente obra.
Resumen Breve
Este poemario, escrito entre 2022 y 2024, constituye un viaje interior donde el autor trasciende la concepción convencional del amor romántico para elevarlo a una dimensión universal. A través de 125 páginas de versos, Becerra dialoga con su entorno (el barrio madrileño de Lavapiés, su tierra natal extremeña), con sus seres queridos (familiares, amigos) y principalmente con lo trascendente, representado frecuentemente como “Dios”, “Amor” o simplemente como presencia vital que permea la existencia cotidiana.
Análisis de Elementos Literarios
Estructura y composición
La obra se articula como una especie de diario poético donde las fechas específicas (“27 DE FEBRERO”, “3 DE DICIEMBRE”) generan un efecto de bitácora espiritual. Esta cronología fragmentaria refuerza la sensación de autenticidad y testimonio vivencial, invitando al lector a acompañar al poeta en sus descubrimientos interiores. La alternancia entre poemas breves y extensos establece un ritmo que refleja los distintos estados anímicos que componen el viaje espiritual descrito.
La estructura no sigue un orden estrictamente cronológico sino una organización basada en resonancias emocionales que sugieren un movimiento en espiral, regresando a los mismos motivos con mayor profundidad cada vez.
Estilo y lenguaje
Becerra opta mayoritariamente por el verso libre, dotado de una musicalidad interna conseguida mediante diversos recursos:
La repetición constituye uno de sus dispositivos estilísticos más característicos, usando anáforas que crean un efecto hipnótico similar a las letanías religiosas. En “ALMA MÍA, VUELVE, VUELVE”, este recurso genera un ritmo envolvente:
“Alma mía, vuelve, vuelve
Gran placer que siento
Dudando en el infierno
Rendido recogimiento
Luz que corre el cuerpo
Alma mía, vuelve, vuelve”
La yuxtaposición de contrarios aparece constantemente, reflejando la naturaleza paradójica de la experiencia espiritual: “Es tan grande el dolor interno / que a mis noches les falta aliento”. Este recurso conecta la obra con la tradición de la poesía mística española, particularmente con San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
El poeta emplea un lenguaje directo, carente de hermetismo, pero no por ello falto de profundidad. En un panorama poético contemporáneo que a menudo privilegia la experimentación formal o la densidad conceptual, Becerra apuesta por una expresión accesible que no renuncia a la hondura emocional.
Imaginería y simbolismo
El universo simbólico de “Y DE REPENTE TODO ES AMOR” se articula en torno a elementos recurrentes:
El jardín emerge como símbolo central del espacio interior donde el alma cultiva sus vivencias. En “SOMOS UN JARDÍN”, esta metáfora se desarrolla extensamente: “Somos un jardín, mojada tierra, semillas y raíz / Brote creciente, hoja, ramas, hierba y simiente”.
La luz aparece constantemente como símbolo de lo divino y la revelación espiritual, manifestándose en diversas formas: rayos de sol, estrellas, luna, fuego. En poemas como “LUZ DE LLENO” o “LUZ DE MIEL”, esta luminosidad se asocia directamente con la experiencia de lo trascendente.
El camino simboliza el recorrido vital y espiritual, presente en numerosos títulos (“CAMINO DE LUZ”, “CAMINO VACÍO”, “CAMINO DE LOS ROMEROS”). Este símbolo adquiere connotaciones de peregrinación interior, búsqueda y autodescubrimiento.
Las aves, especialmente las palomas, funcionan como símbolos del alma y mensajeras entre lo humano y lo divino. En “SIETE PALOMAS”, estos animales conectan lo terrenal y lo celestial: “Bajando la cuesta vienen volando, siete palomas”.
Temas centrales
La búsqueda espiritual constituye el eje vertebrador de la obra, manifestándose en poemas que exploran estados de oscuridad interior (“NOCHE OSCURA”), momentos de revelación (“LA VOZ DE DIOS”) y espacios de encuentro con lo trascendente.
El amor como fuerza cósmica aparece como segundo gran tema, elevado más allá de lo romántico para convertirse en principio universal. El poema titular “Y DE REPENTE, TODO ES AMOR” sintetiza esta visión: “De repente me encuentro, empezando de nuevo, sintiendo al viento, cruzando Madrid, lloviendo, contemplando mi vida, como si fuera un cuento, un sueño, y de repente, en pasos perdidos, en calles y miradas, de repente, me encuentro.”
La geografía emocional constituye otro eje importante, con poemas dedicados a lugares significativos. Madrid y especialmente el barrio de Lavapiés aparecen como espacios de experiencia cotidiana, mientras que Torremejía representa la conexión con las raíces: “De racimos de uvas verdes nace el vino de Torremejía, dorado agosto es su tierra, dehesa extremeña, Amor y encinas.”
Interpretación y Juicio Crítico
Innovación dentro de la tradición
Lo más notable de “Y DE REPENTE TODO ES AMOR” es cómo Becerra logra actualizar la tradición mística española desde una sensibilidad contemporánea y urbana. El diálogo con Santa Teresa de Jesús, quien aparece explícitamente como figura inspiradora, se manifiesta en el lenguaje que describe los encuentros con lo divino como experiencias sensoriales, corporales e íntimas, pero trasladadas a espacios cotidianos del siglo XXI. No es en el convento sino en Lavapiés donde ocurre la revelación; no es en el huerto cerrado sino en “LA ENCIMERA” donde se manifiesta lo trascendente.
Esta integración entre tradición y modernidad representa una de las mayores fortalezas del poemario. Becerra no busca reproducir artificialmente la poesía mística del Siglo de Oro, sino que parte de su propia experiencia para establecer un puente con esa tradición, renovándola sin desnaturalizarla.
Accesibilidad sin simplificación
Otro logro significativo es cómo el poeta consigue crear una obra accesible sin caer en la simplificación. En un panorama literario donde a menudo la “poesía profunda” se asocia con la complejidad formal o el hermetismo conceptual, Becerra demuestra que es posible abordar temas espirituales complejos con un lenguaje directo y emotivo que no aliena al lector contemporáneo.
Este equilibrio entre accesibilidad y profundidad se manifiesta en poemas como “CAMINO DE LOS ROMEROS”, donde la culminación del viaje espiritual se expresa con una notable economía de medios: “Y de repente, / Dios es Amor / ¡Por el camino de los romeros!”
Limitaciones
Si bien la obra destaca por su sinceridad emocional y su capacidad para integrar experiencias cotidianas y trascendentes, ocasionalmente algunos poemas presentan cierta irregularidad en su construcción. La predilección por el verso libre, aunque permite mayor flexibilidad expresiva, en ciertos momentos podría beneficiarse de una mayor contención formal para potenciar el impacto de las imágenes.
Contexto Histórico y Cultural
“Y DE REPENTE TODO ES AMOR” se inscribe en un momento particular de la poesía española contemporánea, caracterizada por una tensión entre diversas tendencias: la poesía de la experiencia, la experimentación lingüística, la poesía social y el regreso a ciertas formas clásicas. En este contexto, la obra de Becerra representa una corriente que, sin desdeñar la tradición, busca renovarla desde la autenticidad de la experiencia vivida.
El hecho de que la trilogía poética del autor comenzara durante el confinamiento por la pandemia de 2020 no es anecdótico. Ese periodo de introspección forzosa fue para muchos un momento de redescubrimiento espiritual y de replanteamiento de prioridades vitales. La obra de Becerra documenta ese viaje desde el despertar poético inicial hasta la experiencia de un amor trascendente que abarca la totalidad de la existencia.
Comparación con Otras Obras
Conexiones con la poesía del siglo XX
La poesía de Alfonso Becerra establece interesantes diálogos con varios autores del siglo XX, aunque mantiene una voz distintivamente propia:
Con Clara Janés comparte la exploración de lo espiritual desde una mirada contemporánea, aunque Becerra opta por un lenguaje más directo y menos hermético. Ambos encuentran en la naturaleza símbolos para expresar realidades trascendentes.
Su obra resuena con ciertos aspectos de Antonio Colinas, particularmente en la fusión entre paisaje exterior e interior como espacio de revelación. Sin embargo, mientras Colinas se mueve en un universo cultural más amplio con referencias clásicas y orientales, Becerra permanece anclado en una espiritualidad más cercana a la tradición cristiana española.
La influencia de Alberto Caeiro (heterónimo de Fernando Pessoa), mencionada en el prólogo del libro, resulta reveladora. Como señala Joaquín Pereira: “Ambos son poetas naturales, ingenuos, apasionados. No escriben pensando: ¿esto le gustará a alguien?, ¿los eruditos le darán el visto bueno?” Esta aproximación despojada de artificios vincula a Becerra con cierta vertiente de la poesía portuguesa del siglo XX.
Con José Ángel Valente podría establecerse una conexión en cuanto a la búsqueda de una palabra esencial que toca lo inefable, aunque Becerra se aleja del hermetismo valentiano para ofrecer una poesía más inmediata y emotiva.
Técnicas innovadoras para el lector contemporáneo
Lo que distingue a Becerra de estos antecedentes es su capacidad para incorporar elementos contemporáneos como puentes hacia la experiencia espiritual. El poeta introduce varias técnicas que facilitan el acceso del lector actual a la experiencia poética:
Estructura de diario poético: La inclusión de fechas crea un efecto de inmediatez y autenticidad que resulta familiar para lectores habituados a formatos como blogs o redes sociales.
Espacios urbanos contemporáneos: Lavapiés, barrio multicultural de Madrid, aparece como escenario de experiencias trascendentes, demostrando que lo divino no está confinado a espacios tradicionalmente “sagrados”.
Objetos cotidianos elevados a símbolos: En poemas como “LA ENCIMERA”, objetos domésticos adquieren significados trascendentes sin perder su materialidad: “¡Qué contento estoy con mi encimera! / Ni la he limpiado, porque es nueva. / Es de un blanco único, cocina de lujo, antes era una puerta y no tenía uso”.
Hibridación de registros: Becerra combina el lenguaje de la tradición mística con expresiones coloquiales contemporáneas, creando un tejido verbal que resulta a la vez elevado y cercano.
El poema como espacio colaborativo: La inclusión del relato “Luna de Amor” de David Lavado Becerra al final del poemario rompe con la noción del libro como objeto cerrado, sugiriendo un diálogo intergeneracional y entre géneros literarios.
Opinión Personal
“Y DE REPENTE TODO ES AMOR” representa una significativa contribución a la poesía española contemporánea por su capacidad para reinventar la tradición mística desde una sensibilidad actual. Alfonso Becerra consigue lo que muy pocos: hablar de experiencias espirituales profundas con un lenguaje que no excluye al lector no especializado, sin por ello trivializar el contenido.
Lo más valioso de esta obra es su autenticidad. No hay impostura en estos versos; fluyen con naturalidad como testimonio de una experiencia vivida intensamente. En un panorama literario a menudo dominado por la ironía posmoderna o el experimentalismo vacío de contenido emocional, resulta refrescante encontrar una voz que no teme expresar sentimientos genuinos ni abordar la dimensión espiritual de la existencia humana.
Recomendaría este poemario especialmente a lectores interesados en la poesía espiritual contemporánea, pero también a aquellos que, sin ser habituales lectores de poesía, busquen una obra que les hable directamente, sin artificios ni hermetismos innecesarios. “Y DE REPENTE TODO ES AMOR” demuestra que es posible escribir poesía profunda y accesible a la vez, tendiendo puentes entre la gran tradición mística española y la sensibilidad contemporánea.
Conclusión
Alfonso Becerra Álvarez, con “Y DE REPENTE TODO ES AMOR”, completa una trilogía poética que documenta un viaje espiritual desde el despertar creativo durante el confinamiento hasta el descubrimiento del amor como principio universal que permea toda la existencia. Su mayor logro es haber creado una obra que dialoga con la tradición mística española actualizándola mediante un lenguaje contemporáneo y accesible.
En un momento en que la poesía oscila entre el minimalismo conceptual, la experimentación lingüística y la denuncia social, Becerra propone un regreso a la interioridad como espacio de encuentro y revelación, pero desde un lenguaje que no renuncia a la hondura emocional ni a la capacidad comunicativa. Como culminación de una trilogía espiritual, este poemario nos recuerda que la verdadera innovación en poesía no siempre consiste en romper con la tradición, sino a veces en renovarla desde dentro, infundiéndole la sangre nueva de la experiencia personal auténtica.
Al final, como proclama el verso final del libro, el poeta descubre que “Dios es Amor / ¡Por el camino de los romeros!” Una verdad antigua expresada con frescura contemporánea, resumiendo así la paradójica combinación de tradición e innovación que caracteriza esta notable contribución a la poesía española actual.
El cielo está llorando, está de proceso y la tristeza lo ha atrapado,
no puede parar, desconsolado, las nubes que lo ven no pueden
hacer nada, intentan juntarse más, para abrazarlo, le cantan para
animarlo, las nanas suenan por todos lados, el viento las lleva
entre los árboles, se aceleran en los valles y los prados, los
animales corren desesperados porque no se callan y el cielo no
para de llorar, no puede parar. Las gotas caen en la tierra como
espadas, agujerean la superficie plana, es su alma, golpeando el
cuerpo, la emoción lo traspasa y se acumula, el cielo está
desbordado creando esa charca en la que saltamos con botas de
agua, en la que se ahogan las historias pasadas, las malas rachas,
no puede parar, aunque se siente arropado, su pena despliega tal
tormenta que los demás le dan de lado, su bajón hace daño a los
que no entienden sus actos. Y el mar está enfadado con él, lo
mira desde abajo, las olas al chocar con las rocas quieren llegar
a tocarlo, y decirle que ya está bien, calmarlo, y no pueden, y no
puede parar, el cielo necesita ser acompañado. ¿Tanto cuesta de
entender? Todo lo que ha sacrificado pa que vivamos “bien”, al
móvil pegados, esperando la alerta, que no llegó, el mundo
colapsado, por el hacer, por el tener, mirando, siempre
multiplicando, ya no puede ser, el corazón acallado, el silencio
ensordece al que empieza a ver algo. Y ya no puede parar, y nos
empuja al cambio, a alzar la voz y ponernos en pie para no
ahogarnos en sus lágrimas. Un taladro en la consciencia que
despierta las alarmas, internas, las que encienden las linternas
para ver, que no es de hoy, es de ayer. No tiene que ver contigo,
deja de mirarte el ombligo y mira hacia arriba, y date cuenta de
que el cielo no puede parar, no puede parar de llorar, no hemos
pensado en el mañana y pasan cosas, no avisan, el volcán, la
Dana, ¿qué contaremos?, ¿qué dirán nuestros hijos?, ¿de qué
hablaremos? ¿qué futuro nos espera? Aparecen los que no tienen
corazón, ¿se puede negar la protección?, por dinero, por no salir
del caparazón, la sinrazón, qué vergüenza, ajena, o no.
Ruth Vicente González, del libro “Contexto” (2025)
El cielo que sangra lágrimas: cuando la naturaleza grita lo que callamos
¿Quién no ha mirado alguna vez la lluvia caer y ha sentido que el cielo llora? Vicente nos sumerge en esta metáfora universal pero la transforma en un grito desgarrador, en un llanto que se niega a cesar. Me estremece cómo la poeta convierte al cielo en un ser doliente, en una entidad viva que no puede contener más su sufrimiento, como tampoco podemos nosotros guardar eternamente nuestras penas. Ese cielo desconsolado me recuerda a todos los que hemos llorado hasta quedarnos vacíos y aun así seguimos manando lágrimas.
Las gotas que caen “como espadas” me atraviesan el alma cuando leo este verso. No es agua lo que cae, son heridas que se clavan en la tierra, son emociones que perforan la coraza que hemos construido. ¡Qué hermoso resulta ese contraste entre la suavidad del agua y la violencia de su impacto! Como nuestras propias lágrimas cuando destrozan las máscaras que llevamos.
Me conmueve profundamente ese cielo que necesita ser acompañado, esa soledad en medio del dolor. Vicente logra que sienta ternura por el firmamento mismo, que quiera extender mis brazos para abrazarlo, para sostenerlo en su llanto interminable. Y entonces comprendo que no es solo el cielo quien sufre – somos nosotros, es nuestra Tierra herida quien grita a través de la lluvia.
La palabra “Dana” resuena como un eco terrible, una referencia a las catástrofes climáticas que ya no son abstracciones sino realidades que nos ahogan. El poema se transforma ante mis ojos en una elegía por lo que estamos perdiendo, en un lamento por nuestra propia ceguera. “Deja de mirarte el ombligo y mira hacia arriba”, nos implora la autora, y siento que sus palabras me sacuden de mi letargo cotidiano.
¿Cuántas veces hemos ignorado el llanto del cielo? Vicente me obliga a contemplar mi propia indiferencia, mi pequeñez ante el dolor cósmico. Y sin embargo, también me regala esperanza en ese “alzar la voz y ponernos en pie” – una invitación a la acción, a no ahogarnos pasivamente en las lágrimas celestiales.
Este poema me recuerda que llorar es también un acto revolucionario cuando viene del cielo, cuando nos obliga a mirar hacia arriba, cuando se convierte en ese “taladro en la consciencia” que perfora nuestras comodidades. La lluvia ya no será nunca más para mí solo un fenómeno meteorológico – será este llanto incontenible, esta advertencia líquida, este amor desesperado que cae desde las alturas para recordarnos que formamos parte de algo mucho mayor que nosotros mismos.
LA POESÍA DEL SIGLO XXI: UN PUENTE ENTRE LA INTIMIDAD Y LA CONTEMPORANEIDAD
Título y Autora
“Contexto” (2025), obra de Ruth Vicente González, poeta barcelonesa nacida en el barrio de Casas Pallejá. Vicente dejó su carrera como diseñadora gráfica en 2015 para embarcarse en un camino de autoconocimiento, formándose en coaching, PNL, hipnosis eriksoniana y chamanismo. Entre 2017 y 2022 acompañó a mujeres en procesos de transformación personal, experiencia que impregna profundamente su voz poética. Madre de dos hijos y con un primer poemario autopublicado en 2017, Vicente representa una voz emergente que conecta la tradición poética con las inquietudes existenciales contemporáneas.
Resumen Breve
“Contexto” ofrece un viaje íntimo estructurado en seis secciones temáticas: “Con Rutina”, “Con Amor”, “Con Dolor”, “Con Terapia”, “Con Valor” y “Con Conexión”. A través de 48 poemas confesionales, Vicente explora con honestidad la experiencia humana contemporánea: desde la monotonía de la vida diaria hasta las relaciones amorosas, pasando por el duelo, el proceso terapéutico, el empoderamiento femenino y la búsqueda de conexión auténtica con otros seres y dimensiones superiores del ser.
Análisis de Elementos Literarios
Progresión Temática
A diferencia de la poesía tradicional, “Contexto” estructura sus contenidos como un viaje vital y terapéutico. Comienza con la alienación en “Con Rutina”, donde poemas como “Otro día” retratan la monotonía existencial. Esta sección inicial establece el punto de partida: un malestar existencial propio de la vida contemporánea.
El recorrido continúa explorando el amor como posible salvación pero también como trampa en “Con Amor”, para luego sumergirse en el dolor y la pérdida en “Con Dolor”. A partir de ahí, la obra inicia un ascenso gradual a través de “Con Terapia”, pasando por el empoderamiento en “Con Valor”, hasta alcanzar un estado de mayor plenitud en “Con Conexión”.
Esta estructura ascendente representa un proceso terapéutico completo, desde el reconocimiento del malestar hasta la reconexión con lo esencial.
La Voz Poética
La voz que articula los poemas es intensamente personal y confesional. Vicente construye un personaje poético que se presenta en sus múltiples facetas: mujer, madre, amante, amiga, buscadora espiritual. Esta voz evoluciona a lo largo del poemario: desde la alienación inicial hasta la autonomía y empoderamiento de las secciones finales.
Es notable la ausencia de pretensión lírica. La voz poética parece hablar directamente al lector, como en una conversación íntima.
Temas Centrales
Los temas que atraviesan “Contexto” son universales, abordados desde una perspectiva contemporánea:
La alienación moderna: Reflejada en la rutina laboral y las redes sociales.
El amor como experiencia transformadora: Abordado sin idealizaciones.
El duelo y la pérdida: Explorados desde la resistencia inicial hasta la aceptación.
La maternidad contradictoria: Presentada con sus luces y sombras.
El empoderamiento femenino: Como proceso de autodescubrimiento.
La espiritualidad contemporánea: Una búsqueda que integra elementos diversos.
Estilo y Lenguaje
El aspecto más innovador de “Contexto” es su lenguaje. Vicente adopta un estilo conversacional, directo y crudo. Sus poemas carecen casi por completo de puntuación convencional, creando un efecto de flujo de conciencia.
Vicente incorpora elementos del lenguaje digital contemporáneo, jerga coloquial e incluso expresiones malsonantes, rompiendo la barrera entre el lenguaje poético “elevado” y el habla cotidiana.
Ambientación
Los escenarios de “Contexto” alternan entre espacios físicos reconocibles y paisajes emocionales internos. La ciudad contemporánea aparece como un espacio de alienación, mientras que los espacios naturales e íntimos se presentan como ámbitos de reconexión y autenticidad.
Interpretación y Juicio Crítico
Interpretación
“Contexto” puede leerse como una cartografía emocional del ser humano contemporáneo, especialmente de la mujer. Vicente utiliza el poemario como herramienta terapéutica y de autoconocimiento.
La progresión desde la rutina hasta la conexión sugiere la posibilidad de trascender la alienación contemporánea mediante un proceso de autoconocimiento.
Juicio Crítico
La principal fortaleza de “Contexto” es su autenticidad emocional. Vicente aborda temas como la sexualidad femenina, la maternidad contradictoria o la salud mental sin idealizaciones, lo cual resulta refrescante en el panorama poético español.
Sin embargo, esta inmediatez conversacional a veces sacrifica la densidad poética y la capacidad evocadora que caracteriza a las grandes obras.
Contexto Histórico y Cultural
“Contexto” se inserta perfectamente en las tendencias actuales de la poesía española contemporánea, marcadas por la exploración subjetiva de la experiencia personal, el uso de un lenguaje accesible y coloquial, y la preocupación por temas sociales.
Comparación con Otras Obras
La poesía de Ruth Vicente puede situarse en la tradición de ruptura iniciada por autores como Gloria Fuertes. Comparte con Antonio Colinas la voluntad de poetizar lo cotidiano, pero lo hace desde una perspectiva más cruda y despojada de elaboración formal.
Opinión Personal
“Contexto” representa una propuesta valiente en el panorama poético actual. Su mayor virtud es la honestidad con que aborda temas que suelen quedar fuera de la poesía convencional.
Recomendaría esta obra a lectores jóvenes y de mediana edad que buscan en la poesía una expresión honesta de las contradicciones de la vida contemporánea.
Conclusión
“Contexto” de Ruth Vicente González representa una apuesta decidida por acercar la poesía a la experiencia cotidiana del lector contemporáneo. Su principal innovación consiste en eliminar la distancia entre la voz poética y el lector mediante un lenguaje conversacional.
Si bien esta apuesta por la inmediatez a veces sacrifica la densidad poética, gana a cambio una autenticidad emocional impactante. “Contexto” nos recuerda que la poesía puede ser una herramienta de conexión humana y transformación personal.