Club de Poesía
mayo 23 2011

Carlos Herrera: “La poesía nos permite acceder a una vivencia de la libertad que en la cotidianeidad no podemos experimentar”

admin

 

El mexicano Carlos Herrera presenta “Vislumbres de un sueño”, un libro cargado de imágenes que recoge alguna de sus principales reflexiones como filósofo.

 

1- El libro comienza “Todo olvido es un comienzo” y, en general, toda esa primera parte del libro es una reflexión sobre el olvido, la memoria y el paso del tiempo, en la que pareces presentar estos conceptos(olvido-memoria) como falsamente absolutos, como llenos de relatividad y también de variables.

Me gustaría señalar, antes que nada, que este libro da expresión a una serie de cuestionamientos y preocupaciones que provienen de la actividad intelectual a la que me dedico principalmente junto a la literatura: la filosofía. Cuando hablo del olvido trato de distinguir dos esferas distintas. Por un lado, se habla, como bien indicas, de la relatividad de varias vivencias humanas (no tanto nociones) como la memoria y el olvido. En esta esfera no puede haber ni un olvido ni una memoria absolutas, porque la experiencia humana es necesariamente limitada. Por otro lado, sin embargo, se maneja la idea del olvido como una experiencia que trasciende las fronteras propiamente humanas. Aquí el olvido es el nombre de todo un principio que rige los movimientos de la naturaleza y la existencia en general. Este olvido sí es absoluto, porque es el nombre de un movimiento general carente de finalidad y de sentido, al que los seres humanos tienen que traducir según su propia experiencia o de otra manera no podrían ni comprenderlo ni vivirlo. Esto último es el origen de la memoria. Los humanos requerimos de la memoria para conservar los momentos trascendentes de nuestra vida, tanto los positivos como los negativos, y para darle una continuidad a nuestros actos. En este sentido hablo de la memoria como una especie de “olvido del olvido”, porque ella es una negación (en cierta medida, inútil) de ese olvido absoluto del que hablaba más arriba. Finalmente diré que ambas experiencias, la memoria y el olvido, resultan para mí fascinantes ya que me parece que en su entrelazamiento se esconden varios de los misterios de la vida.

2- Otra de las reflexiones de esos primeros poemas es la que presenta al hombre como un ser que se siente “agusto en medio de fronteras”, que vive en el seno de lo libre, pero ama las cadenas. ¿Hasta qué punto considera que esto es así? ¿Tanto nos gusta encerrarnos violentamente?

En este punto tendría que aclarar que aquí no estoy hablando de una libertad ni política ni social. Con respecto a esta cuestión me manifiesto abiertamente por una creciente libertad en todos los sentidos y por la defensa de los derechos históricos de los individuos ylos pueblos, conseguidos tras arduas luchas. Aborrezco, pues, las cadenas y los regímenes políticos que intentan limitar la vida de las mujeres y los hombres. Lo que intento hacer en este poema (Vislumbres de un sueño) es darle voz a una reflexión sobre los alcances y los límites de nuestra libertad y de nuestra experiencia en general. No se trata, pues, de decir que a los seres humanos les gusta vivir sometidos bajo un sistema opresor y violento, sino que no podemos entregarnos a todas nuestras posibilidades porque nuestra vida está conformada por lazos con los que nos comprometemos y no podemos abandonar de manera sencilla. Toda ruptura implica para nosotros un dolor, a diferencia de las variaciones constantes de la naturaleza, del mundo y del universo, los cuales no tienen “un motivo que los convoque a llorar”. Nuestros compromisos amistosos, amorosos, familiares, sociales, etc., nos limitan, pero preferimos atarnos a ellos porque son ellos los que dan sentido a nuestras vidas. Utilizo la imagen de las “cadenas”, que en verdad es un poco fuerte, para hacer más patente la diferencia entre nuestra experiencia y la del mundo y la naturaleza en general.

La poesía nos permite acceder a una vivencia de la libertad que en la cotidianeidad no podemos experimentar. Octavio Paz nombró a su obra poética central Libertad bajo palabra, justo porque la poesía es un acto de libertad que rompe los límites en los que se desarrolla nuestra vida y nos permite trascender a otro ámbito donde todo es posible y pensable.

3- Los poemas que componen esta primera parte del libro, llamada “Hacia el final”, y que son uno de los pilares del libro, muestran un tono existencialista muy pesimista, descreído (“somos un sueño que habrá de perecer”) ¿Qué papel juega la poesía en esa existencia?

Si soy sincero, no había notado hasta este momento que el libro transmitiera una sensación pesimista. En términos personales me considero una persona si bien no optimista (lo cual, a decir verdad, me parece un poco vulgar), por lo menos que disfruta mucho de la vida y de las posibilidades que ella ofrece. Me parece, más bien, que el tono “pesimista” que señalas proviene de otra parte, a saber, de un intento reiterado de crítica a distintos momentos de la vida y, también, de nuestra historia, en los cuales preferimos limitarnos, encerrarnos, en vez de gozar a plenitud nuestras vivencias.

Ahora bien, el poema que se llama “Hacia el final” y que da título a la primera sección del poemario, es un pequeño (muy pequeño, en verdad) esbozo de evaluación negativa de la historia de nuestra civilización, la civilización occidental, y de nuestra posición actual dentro de ella. No se trata aquí solamente de una actitud existencial ante la vida, sino de un reconocimiento de nuestra situación histórica. Lo que se dice es que nos encaminamos hacia el final de una época caracterizada por la frustración constante de nuestros sueños y anhelos, por la imposición violenta (esa sí violenta) de ciertas formas de vida sobre otras (rasgo típico de cultura occidental predominante), pero que nosotros no seremos los que inauguraremos ese “nuevo tiempo”, sino que sólo lo “vislumbraremos” y lo anunciaremos. Por eso, “somos un sueño que habrá de perecer” y que sin lograr ver el “alba”, solamente la podremos anunciar.

4- Todo ese primer libro incide en la idea de la vida como sueño apenas vislumbrado (título del libro) ¿De dónde procede esa idea, de dónde nace?

El comentario que haces es atinado: el sueño al que se hace referencia es el sueño de la vida. En este punto no soy nada original. La literatura en español ha insistido de distintas maneras en este tema, desde Calderón de la Barca (La vida es sueño) hasta Borges (Las ruinas circulares, por ejemplo). Lo interesante para mí en este caso era pensar lo que se podía intuir a partir de este sueño, es decir, lo que este sueño deja translucir más allá de lo que en un comienzo aparenta. La palabra “vislumbre” revela esta intención.

Lo que más me atrae de la palabra “vislumbre” es su ambigüedad. Por un lado significa un resplandor tenue, un reflejo de luz. Por el otro, un indicio o sospecha. Con su tenue resplandor el sueño de la vida no sólo da noticia de ella, sino que deja adivinar algo que está más allá, algo que la trasciende. La exploración de esa trascendencia apenas vislumbrada, nunca clara ni cierta, es el motivo central del poemario.

Ahora bien, ¿cuál es el origen del poema que da nombre al libro? Para mí un poema largo o de mayor extensión al poema “normal” es el resultado de un largo proceso de maduración de ideas y sensaciones, nunca el mero producto de una inspiración (aunque ésta no está excluida). En el caso particular de “Vislumbres de un sueño” la idea provino del trabajo filosófico al que me dedico. En la tesis de doctorado que estoy escribiendo el tema central es el de la libertad, en especial en la interpretación de Martin Heidegger y su crítica a la civilización occidental. En mi recuperación y crítica a dicho filósofo se anudan sobre todo tres conceptos: el de la libertad, el de la donación y el del olvido. Esos tres conceptos aparecen una y otra vez en el libro, sólo que ya no como simples conceptos, sino como vivencias y experiencias.

5- La segunda parte, “Herencias”, son tres largos homenajes, dos de ellos centrados en mitos griegos, ¿Crees que siguen siendo válidos esos mitos hoy en día? (“que a la vez que sino suyo es nuestro espejo”).

Los mitos griegos, al igual que los mitos y las leyendes de otras culturas y civilizaciones, en tanto productos fantásticos y geniales de la imaginación humana, son y seguirán siendo validos en todas la épocas, mientras siga existiendo la literatura. Lo único que varía a lo largo del tiempo es la forma en la que son abordados e interpretados. Una es la forma, por ejemplo, en la que el modernismo retomó la mitología clásica, idealizándola y llevándola, en ocasiones, a un extremo de “cursilería”, y otra es la forma en la que hoy en día se puede reflexionar sobre ellos.

En este punto tengo que manifestar una cierta diferencia con lo que afirmas. No se trata en el caso de esta sección del libro de “homenajes” a héroes y personajes mitológicos, sino al contrario de una crítica a lo que dichos personajes significaron y significan en varios ámbitos de nuestra cultura. El caso más radical es el que aborda el poema sobre Heracles (el Hércules griego). Allí se describe post factum el famoso pasaje donde Heracles, en un arrebato de locura, asesina a su familia, acto que, posteriormente, según la tradición, será el motivo que llevará al héroe a realizar sus doce trabajos, como forma de expiación. Lo que trato de hacer en ese poema, que en verdad forma parte de un proyecto más ambicioso a realizar en el futuro, es conectar el horror de dicho asesinato con el horror de la “labor civilizatoria” que consiste en someter a los otros pueblos y culturas que se consideran sumergidos en un “mundo natural” y que son vistos como lo monstruoso. Por otro lado, la imitación que hago de un famoso poema de Rubén Darío (Salutación del optimista) y que se centra en la alabanza a la cultura romana y a su vinculación con la cultura española (“Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda”), tiene también este propósito crítico e irónico. Todo lo que se le aparece a Rubén Darío como digno de elogio, aparece en mi poema (llamado a propósito Lamentación pesimista) como fuente de terror y decepción. Por cierto, aquí aparece explícitamente el tema del pesimismo, pero se trata, como acabo de explicar, más de un crítica a nuestra civilización que de la mera expresión de una frustración personal.

Finalmente, sólo señalo que el nombre de esta sección, “Herencias”, hacer referencia a lo que recibimos del pasado de nuestra cultura, o de nuestras culturas, si se quiere, y que tiene que pasar por la criba de la labor crítica y literaria.

 

 

 

 

 

6- La tercera parte, “Nuevo tiempo”, se abre con una exhortación al lector en la que se le anima a buscar consuelo “en mitad de las imágenes”, aunque enseguida dices: “yo, por mi parte, te prometo nada” ¿Hay poca relación entre el propósito del poeta al escribir y el del lector a recibir el poema?

Lo primero que hay que afirmar es que la poesía no existe ni existiría si no hubiera un lector que la creara con su lectura. No se trata tan sólo de aquel viejo cliché hermenéutico que insiste en que las interpretaciones que encierra un texto sólo pueden ser descubiertas en las lecturas de los distintos lectores (afirmación, que por cierto, no por ser un cliché deja de ser cierta). No. La cuestión aquí es que la poesía nace sólo hasta el momento en que el lector toma el poema (única cosa que le puede brindar el poeta), lo lee y encuentra en él una palabra, una imagen, una sensación o una idea que lo motivan imaginar, a soñar, a sentir, a pensar e, incluso, a crear. Antes de ese momento sólo existe un texto (el poema) lleno de palabras y de imágenes que todavía no tienen el derecho a llamarse poesía. El poeta, valga la redundancia, sólo escribe poemas, pero es el lector el que crea la poesía.

Ahora bien, el escritor, el poeta, no le puede ofrecer nunca nada específico al lector, sino tan sólo esas “imágenes” encerradas en varias palabras y frases, que son el producto de una experiencia muy ajena a él. No hay nada que prometerle al lector, porque es él el que tiene que emprender el trabajo de la creación poética. El poema toma aquí la forma de un “exhortación”, nadando a contracorriente de aquel lector (un tanto idealizado, quizás) que pide que todo le sea dado de forma “sencilla” sin participar en el esfuerzo y en el juego de la creación.

 

7- Esta tercera parte es quizás la más interrogante: el tiempo, la muerte, la utilidad de la escritura…se tornan preguntas que muchas veces no hayan respuestas ¿Es ése el oficio del poeta, presentar preguntas?

No creo que el “oficio” del poeta sea el de hacer preguntas. Me parece más bien que ese sería el “oficio” del filósofo (lo cual, a veces, en  mi caso, me cuesta mucho trabajo diferenciar). Ahora bien, no creo que ni la filosofía ni la poesía tengan un “oficio” específico. Más bien ambas son el resultado de una necesidad de expresarse de cierta forma. Para mí la poesía (sin querer, por supuesto, reducir lo que cada quien hace y piensa de ella) adquiere la forma de un cuestionamiento (no necesariamente en preguntas) del lenguaje que normalmente se experimenta en la cotidianeidad (incluso cuando se utilizan en el poema anécdotas y expresiones cotidianas o “prosaicas”). Ese cuestionamiento anhela sacudir la confianza que normalmente se tiene en el lenguaje del que supuestamente se “hace uso” y dejar translucir otras posibilidades que están encerradas en él y a las cuales el poeta quiere dejar salir, dejar ver. La poesía aspira a decir lo que en la cotidianeidad se calla a toda costa.

Finalmente, con respecto a la forma inquisitiva de esta sección, me parece que lo que se juega, más que un resultado de mi propia interpretación sobre la labor del poeta, es una consecuencia de lo esbozado en las otras dos secciones. Se habla aquí ya no de un presente que anuncia un final (Hacia el final), ni de un pasado que nos ha sido heredado (Herencias), sino de un futuro que se abre ante nuestros ojos: un “Nuevo tiempo”. Si los poemas de esta sección insisten en las preguntas es porque ese nuevo tiempo está por descubrirse, por crearse, y esa es una labor que trasciende al poeta. En este caso lo importante es preguntar, sabiendo que todavía no hay, ni habrá por mucho tiempo, respuestas certeras.

8- Finalmente, ¿qué poetas has tenido presentes a la hora de componer este libro?

 

Me gustaría creer que en este poemario conviven todos los poetas que, de una u otra forma, me han ayudado a encontrar mi voz (nunca plenamente conformada) a lo largo de los años. Sin embargo sé que en este libro en específico hay más peso de unos que de otros. Tal vez las influencias más fuertes hayan provenido de la poesía de Octavio Paz y de la de T. S. Eliot. Octavio Paz es para mí el más grande poeta mexicano y trato de leerlo constantemente para alimentarme de sus palabras y de sus ideas. En su poesía se conjugan, de manera feliz, el pensamiento y la lírica: cada metáfora suya estimula de manera simultánea la imaginación y la reflexión. Por otro lado, la poesía de Eliot, en especial la que se expresa en Four Quartets, es para mí el paradigma de la búsqueda de equilibrio y perfección estética. El primer poema del libro, “Vislumbres de un sueño”, sigue a su manera ese modelo. El otro tono reflexivo que nunca me ha abandonado proviene sobre todo del poeta mexicano José Gorostiza, cuyo poema Muerte sin fin sigo releyendo una y otra vez.

Hay también otras influencias inegables. En la sección de “Herencias” están muy presentes las voces herméticas de Góngora (cuya Fábula de Polifemo y Galatea releí en esa época hasta el cansancio) y de José Lezama Lima. El primer poema de esta sección, “Reminiscencia de Narciso”, es una especie de respuesta literaria al poema “Muerte de Narciso” de éste último. Por otro lado, en la imagen del olvido, presente a lo largo del libro, se halla algo de la voz de Donde habite el olvido, de Luis Cernuda.

Finalmente, creo que de alguna forma conviven también en este primer libro (o eso espero, por lo menos) la voces de dos poetas alemanes geniales: Rainer Maria Rilke y Gottfried Benn. Quizás sea éste último, de cuya poesía se desprenden imágenes terribles y grotescas, del que adopté ese tono “pesimista” que señalabas más arriba. Una última mención: un poeta francés contemporáneo de nombre Lionel Ray, al cual leí hace tiempo, por primera vez, en una antología de poesía francesa. La imagen del espejo y del extravío, presentes constantemente en mis poemas, le deben mucho a su poesía.

<!–<!–Facebook Twitter Tuenti Email Evernote Print WordPress MySpace Google Reader Share

Alberto Gómez Vaquero: “Hay que dejarse toda la sangre, todo el sudor en cada poema” Entintados Mayo 2011

Related Posts

Entrevistas

Silvia Vaquero: “Me fascinan los incendios, pueden arrasarlo todo a su paso y pueden alumbrar la oscuridad”

Incendiaria es el nuevo libro de nuestra escritora Silvia Vaquero.

 

P.- El fuego es una constante en algunos de tus títulos de poesía, uno de tus libros se llama Versos de fuego y este se llama Incendiaria. ¿Qué significa el fuego para ti? ¿Qué tiene de diferente y de similar estos dos libros?

 

R.- El fuego es esencial para calentar los alimentos y para mantenerse a una buena temperatura en invierno, pero también duele, quema, y si no vas con cuidado te puede hacer daño. Veo así mi relación con la persona a la que le dedico el libro, Carlos Cuevas Sisó. Es un romance muy apasionado, pero, a veces, doloroso. Como el fuego. Y, además, en octubre de 2017 hubo un incendio en Galicia que a los dos nos marcó. La diferencia es que creo que en este libro mi escritura es más madura, noto una evolución, y también he apostado por poner más poemas en catalán, y de similar tienen que ambos son muy atrevidos.

 

P.- ¿Por qué el título de Incendiaria? ¿Te han llamado alguna vez incendiaria?

 

R.- Porque soy muy así. Sí, y también me han llamado intensa y apasionada. Tengo un stellium en escorpio. Me fascinan los incendios, pueden arrasarlo todo a su paso y pueden alumbrar la oscuridad. Y la verdad es que toda mi relación con Carlos ha sido incendiaria desde el primer momento.

 

P.- Incendiaria está entre el amor y el erotismo. ¿Crees que están relacionados estos dos conceptos?

 

R.- Sí. Yo respeto a aquellos que los conciben por separado. Lo respeto, pero no lo comparto. Para mí van unidos. Sin amor no hay erotismo y sin erotismo no hay amor. No podría tener relaciones vacías de sentimiento, solo por sexo. Y no podría estar enamorada de alguien que no me atrae. Tienen que estar las dos a la vez.

 

P.-En Incendiaria tienes poemas en castellano y en catalán. ¿Con cuál de las dos lenguas te sientes más a gusto con tu escritura? ¿Cada poema te pide un idioma?

 

R.- En castellano me veo más suelta porque es mi lengua materna. En catalán a veces me quedo: ¿qué? ¿No se dice que “olores bé”? ¿No se dice que una cosa t’apreta? Y no, no se dice “hueles bien” porque es “fas bona olor” y no se dice “t’apreta” porque es “t’estreny” … Pero sí, cada poema me pide un idioma. Puedo escribir “l’incendi” y decir “il·lusió”, y me encanta el uso de la ele apóstrofo y de la ele geminada. Me ha gustado combinar los dos. Soy bilingüe. Con mi padre siempre he hablado y hablo en catalán. Es divertido jugar con las dos lenguas, y las dos tienen palabras y letras cargadas de sensualidad.

 

P.- Pasión es quizás la palabra que mejor define tu libro Incendiaria. ¿Pones pasión en todo lo que haces? ¿Por qué es tan importante la pasión en tu poesía?

 

R.- Sí, y seguramente haré más poemarios en los que fuego tendrá un papel importante porque está muy presente en mi vida. Pongo pasión en todo lo que hago, sobre todo si lo que hago es escribir poesía. Cada día escribo un poema. La pasión es muy importante en mi poesía porque así lo es en mi vida, y la poesía no deja de ser un reflejo de mi vida. Y a mí todo o me encanta al nivel de obsesionarme o lo detesto. No me quedo a medias tintas. No soy fría porque no me sale. Va en mi naturaleza. Me nace siempre arder.

 

P.- Incendiaria es tu sexto libro de poesía. Una trayectoria ya larga para una joven poeta. ¿Qué significado tiene para ti la poesía?

 

R.- Sí. Me decían el otro día que había publicado mucho para lo joven que soy. Y pensé en todos los poetas que murieron a los treinta años como Rimbaud, John Keats, Sylvia Plath… Todos ellos con libros de poesía increíbles a sus espaldas. Hay que aprovechar el tiempo. No sabemos cuándo nos vamos a morir. Seis libros tampoco son tantos, espero escribir muchos más y vivir mucho. La poesía para mí significa expresar lo que siento yendo a la esencia de lo que siento y utilizando un lenguaje desnudo para mostrarlo. En la prosa veo que tengo que entretenerme en definiciones, en describir, en el clima, en la atmósfera, escenificar, resumir, cada escena es en un espacio diferente… Y en la poesía vas al núcleo de tu emoción y punto, sin más.

INCENDIARIA
INCENDIARIA

- book1 1 300x284 -Título: INCENDIARIA

Autor: SILVIA VAQUERO

 

 

Año de Publicación: 2023

 

Editorial: Poesía eres tú

http://www.poesiaerestu.com

 

ISBN-13: 978-84-18893-54-4

 

 

PVP: 15 Euros (IVA Incluido).

 

Págs. 134

 

 

 

 

 

RESEÑA:

 

Incendiaria es un poemario que te quema en las manos. Verso a verso las llamas te envuelven.

Es un libro de poesía pasional fruto del enamoramiento intenso de la poeta.

El primer amor, el despertar sexual, ardor, sentimientos a flor de piel, erotismo, sensibilidad y emociones desnudas rezuman de este libro de pura poesía honesta, descarnada y libre de artificios. El corazón de la autora abierto, latiendo sin control. En definitiva: fuego.

Entrevistas

Francisco Delgado-Iribarren: “La naturaleza me aporta quietud y paz, armonía y belleza”

Francisco Delgado-Iribarren Cruz es el autor de El pescador de haikus, su segundo libro de haikus tras El cazador de haikus.

 

P.- ¿Es El pescador Haikus la segunda parte de El cazador de haikus?

R.- Sí. Como suelo decir, son hermanos. Isabel Ramos escribe en el prólogo que son hermanos mellizos, que no gemelos, mientras que yo escribo en la solapa que El cazador es el hermano mayor de El pescador. De lo que no cabe duda es de que son hermanos de un mismo padre, que soy yo, el autor, y de una misma madre, que es la musa de los haikus.

 

P.- ¿Por qué esta segunda entrega?

R.- Mi romance con la musa de los haikus fue muy fructífero, hasta el punto que entre los dos concebimos unos trescientos de ellos. Pensé que cien era la dosis adecuada para cada libro. Eso significa que aún tengo más de cien posibles haikus inéditos en mi ordenador. Son algo así como los óvulos guardados en el congelador, para más adelante, quizá.

 

P.- El pescador de haikus tiene su origen en África, ¿qué relación tiene con este continente y como lo escribiste (durante tu viaje, después del viaje)?

R.- Un buen número de los haikus están escritos en África, como ya sucede en El cazador. En concreto, en la costa keniana, adonde me han llevado el amor y la literatura. Mombasa ha sido una ciudad de poetas durante siglos, al menos eso dice la Lonely Planet, y yo tenía que sumarme a su nómina. En Mombasa me casé mientras concebía este libro y en Lamu, otro enclave suajili de Kenia, viví mi luna de miel, reflejada en los últimos cinco haikus.

Pero también hay haikus escritos en Madrid, Valencia, Benicasim, en un tren o en un avión. Lo bueno de los haikus es que se pueden escribir en un periquete; incluso aunque no tengas un cuaderno a mano (que yo lo suelo tener), es muy fácil retenerlos en la memoria.

Fue a mi vuelta a España cuando hice la selección y ordenación definitivas.

 

P.- En El pesador de haikus aparecen muchos elementos de la naturaleza que se repiten en tus poemas: Luna, noche, playa, mar. ¿La naturaleza te inspira a escribir?

R.- Muchísimo. La naturaleza me aporta quietud y paz, armonía y belleza… las necesarias para escribir haikus. Hay que tener en cuenta que, originalmente, los haikus japoneses pretenden la plasmación de una imagen o suceso de la naturaleza. Además, la naturaleza me ayuda a conectar con la espiritualidad, con mi conciencia profunda.

Particularmente, el mar, la playa, la noche y la luna me inspiran de manera especial. Me pasa como a Serrat, que nací en el Mediterráneo. Aunque yo en Valencia, no en Barcelona. Nací en la calle Manuel Candela, a dos kilómetros del mar. Yo también tengo alma de marinero y algunas otras de las características que canta Serrat en Mediterráneo.

 

P.- Hay una historia de amor o de desamor en El pescador de haikus que conduce a la soledad del poeta. ¿Cómo es ese proceso que inspira al poeta?

R.- Tanto en El cazador como en El pescador se mezclan haikus de amor y desamor, junto con otros sentimientos. Los haikus hablan de distintas personas que están en mi corazón y me producen sentimientos diversos. Yo siempre he pensado, como luego escuché decir a Borges, que un artista es alguien que transforma su experiencia en arte. Cuando cogí el truco a los haikus, de forma natural empleé esta forma métrica para dar salida a mucho de lo que tenía por expresar. Esto hace que pueda estar escribiendo en el mismo poemario sobre un amor del presente y un desamor del pasado.

 

P.- Me resulta inevitable preguntar si estás trabajando en otro libro o hay una pausa tras El pescador haikus.

R.- Llevo tiempo trabajando en una novela… Pero ya se sabe que las novelas llevan su tiempo. En cuanto a poesía, sigo escribiendo poemas con métrica y con rima, y ya vislumbro un poemario solo de amor, sin ninguna canción desesperada.

EL PESCADOR DE HAIKUS
EL PESCADOR DE HAIKUS

EL PESCADOR DE HAIKUS

- book1 -Título: EL PESCADOR DE HAIKUS

 

Autor: FRANCISCO DELGADO-IRIBARREN CRUZ

https://nuestrosescritores.com/franciscodelgado-iribarrencruz/

 

Año de Publicación: 2022

Colección: Poesía

 

ISBN-13: 978-84-18566-31-8

 

Editorial: Rilke

http://edicionesrilke.com

 

PVP: 12 Euros (IVA Incluido).

 

Págs. 114

 

 

 

RESEÑA:

 

El pescador es hermano mellizo, que no gemelo, de El cazador, y sigue su estela de estrofas potentes y evocadoras. Francisco es observador y sensible, de ahí sus haikus precisos y elegantes. Es un poeta del desamor que busca el amor perfecto sin quimeras, y va a encontrarlo en África… En medio del amor que inunda el poemario, emergen también sus desvelos, el pesar por el dolor ajeno, la conciencia del paso del tiempo… (Prólogo de Isabel Ramos)

Entrevistas, Noticias

Los 12 mejores libros de poesía del año 2.022

Los 12 mejores libros de poesía del año 2.022

Como todos los años la Asociación de editores de poesía (A.E.P.) emite un listado de libros recomendados para su lectura. Son libros que conviene leer porque son una selección de los editores. Es una ocasión única para estar en la actualidad de la poesía.

- LibroRecomendado2022 scaled -

 

- 1 -

1.- Vivir ante todo, de Miguel Galanes

Ed. Vitruvio

9788412587463

20 €

- 2 -

2. Al borde, de José Corredor-Matheos

Ed. Tusquets

9788411071819

15 €

- 3 -

3. Un año y tres meses, de Luis García Montero.

Ed. Tusquets

9788411071475

16,90 €

- 4 -

4. 25-33, de Santiago López Navia

Ed. Visor

9788498954678

12 €

- 5 -

5. Tierra llana, de Francisco J. Castañón

Ed. Vitruvio

9788412587401

15 €

- 6 -

6. Cuaderno de septiembre, de Juan Gabriel Vázquez

Ed. Visor

9788498954739

12 €

- 7 -

7. Lujurias y Apocalipsis, de Luis Antonio de Villena

Ed. Visor

9788498954708

12 €

- 8 -

8. Las infancias sonoras, de Nuria Ortega Riba

Ed. Rialp

9788432160769

10 €

- 9 -

8. Las infancias sonoras, de Nuria Ortega Riba

Ed. Rialp

9788432160769

10 €

- 9 -

9. La trama del cielo, de José Félix Olalla

Ed. Vitruvio

9788412529623
11,98 €

- 10 -

10. Clamor en la memoria, de Dionisia García

Ed. Renacimiento

9788419231871

15,90 €

- 11 -

11. La cárcel del silencio, de Alberto Lendinez

Ed. Rilke

9788418566295

12 €

- 12 -

12. Égloga del Órbigo y otros poemas, de Jose Carlos Turrado

Editorial Poesía eres tú

9788418893377

12 €

Autores

  • Alain Yebra
  • Alba García Torres
  • Alberto Cuenca Serrano
  • Alberto Gomez Vaquero
  • Alberto Morate
  • Alejandro Ojeda Pérez
  • Ana María Olivares
  • Andrés P. Broncano
  • Angel García García
  • Angelina Jiménez Fernández
  • Anna Åström
  • Antolín Iglesias Páramo
  • Antonio Díaz Tortajada
  • Antonio Fernández Montoya
  • Antonio GIL DE ZUÑIGA
  • Antonio Mariñez Dominguez
  • Antonio Montoya Cardoso
  • Antonio Morenés Bertrán
  • Armando Nar Alsina
  • Blanca Sarasa Plaza
  • Blanca Uriarte
  • Carmen Gómez-Fayrén
  • Carmen Hernández Montalbán
  • Carmen Larrinaga
  • Ciara Giannetti
  • Coral Lao
  • Cristina Giménez López
  • Daniel Teran Fierro
  • Daniel Viñambres Martínez
  • David García Abejas
  • David Gómez Cristóbal
  • David Martínez López de Silanes
  • David Pérez Pol
  • David Romero Raposo
  • David Sánchez-Valverde Montero
  • Diego del Cid
  • Dimitrinka Nikleva
  • Doforo Emmanuel Soro
  • Dolores Antonia Giménez Gelardo
  • Elena Luna Almeda
  • Emiliano de Lucas Matarranz
  • Emilio Girón Romero
  • Enrique Gómez Caffarena
  • Enrique Sandamil García
  • Eric Arbonés Castellví
  • Ernesto Miracle
  • Esmeralda Carroza García
  • Eva Ramírez
  • Felipe Espílez Murciano
  • Fernando Forte Mora
  • Fernando Marín Calleja
  • Fernando Vega Gómez
  • Fernando de la Rosa
  • Florentino Zapatero Acebes
  • Francisco Javier Erro
  • Francisco José Nuñez Gavira
  • Francisco Manuel Rodríguez López
  • Francisco Vicente Pulido Carcaboso
  • Frida Muñoz Plaza
  • Gabriel Humero
  • Gerardo Ferreiro Valiño
  • Guillermo González Martínez
  • Hamid Larbi
  • Horacio Felipe Rodríguez Porto
  • Ignacio Monfort González
  • Inmaculada López Verdeguer
  • Iván David Rodríguez Casais
  • Iván Montenegro Vázquez
  • Javier Korres
  • Javier Millán Mainar
  • Jerónimo Fernández Duarte
  • Jesús García
  • Joaquin C. Hermoso
  • Jorge Castro
  • Jorge David Jiménez Jiménez
  • Josep Piella Vila
  • José Fernández Carbonell
  • José Ignacio Díaz de Rábago
  • José Luis Pérez Fuente
  • José Luís López Enamorado
  • José Ramón Casanova
  • José Ángel Rodríguez Fernández
  • Juan Antonio Mota Navarro
  • Juan Carlos Macias Toro
  • Juan Eladio Palmis Sánchez
  • Juan Manuel Galeano
  • Juan Moreno Ramos
  • Juanjo Escribano
  • Julia Valiente Garrido
  • Julia de Campos Monsalve
  • Karla Ruiz Serrano
  • Koroa Batekin
  • Lallo Rosique
  • Laura Mondelo García
  • Leb
  • Luis García Alonso
  • Luis García Farrés
  • Luis Martínez Victorio
  • Luis Miguel Sanmartín
  • Luis de la Rosa Fernández
  • Macarena Gil de Biedma
  • Madalina Bajanescu
  • Maite Cabrerizo Benito
  • Manuel Díaz Pérez
  • Manuel Rey
  • Marco Castaño Meissel
  • Marcos Diéguez Cuevas
  • Marcos Ferrero Blanco
  • Maria Carmen Badillo Baena
  • Maria Pilar Rodríguez Sanchéz
  • Mariano Rupérez Pérez
  • Mariano Salcedo Mencia
  • Maricel de la Hoz
  • Mario Martín Lera
  • Marta Peral Mayordomo
  • Martha María Martínez Rodríguez
  • Martín Paredes Aparicio
  • María Concepción Cruz Pentón
  • María Luisa Arenzana
  • María Paz Cots Marfil
  • María Villar Herbello
  • María del Olmo Herrero
  • Miguel Angel Martínez Janáriz
  • Miguel Ángel Baamonde
  • Miguel Ángel Cabrero
  • Miguel Ángel Dolz García
  • Mila Cano
  • Mónica Galindo y Sara Marín
  • Najim Mouhsin
  • Nieves Díaz Hernández
  • Pablo Melgares Natoli
  • Pablo Mora Guillem
  • Pablo Villa
  • Paco Bello
  • Paco Gómez Soto
  • Paloma Granero Doctor
  • Pedro Antonio Rodríguez Fernández
  • Pedro Iván Hernández
  • Pedro Monfort Monfort
  • Pedro Paricio Damián
  • Poetas en Jumilla
  • Rafael Luis Ibáñez González
  • Ramón Garay Despujol
  • Ramón Roldán
  • Raul Elena Calvo
  • Ricardo Diéguez Aguilar
  • Rocío Calderón Conesa
  • Rogelio Guedea
  • Rosario López Benavente
  • Rubén Coiras Soto
  • Salvador Ribes Ibáñez
  • Sandra Tortajada Aragón
  • Sandro Vera González
  • Santiago Pedrosa Barrachina
  • Selena Marrero Plaza
  • Sergio R.
  • Silvia García Taboada
  • Sofía Román Barbieri
  • Susana Peña Melero
  • Thormentazo
  • Vanesa Ruiz Pérez
  • Verónica Micle
  • Victor J. Ruíz
  • Victoria Torres Villasevil
  • Yohana Anaya Ruiz
  • Yudi Miclin González
  • Yves de Saá Guerra
Club de Poesía
© Club de Poesía 2023
Powered by WordPress • Themify WordPress Themes