Atlántico – Xoel López

Por razones de ahogos, estrés y demás tristezas del siglo XXI no había podido escuchar «Atlántico», el último disco de Xoel López. ¿Qué decir? Es un disco maravilloso. De algún modo, en linea con lo que intentó Bunbury en «El viaje a ninguna parte», pero aquí lo latino está cogido por el lado melancólico. No hay casi canciones de ritmos rápidos, calientes, sino la inclusión de ritmos populares sudamericanos en el torrente folk-rock estadounidense que está en la base del disco: guitarras acústicas, oscuras, graves. 
Hay poca electricidad en el disco, poca reminiscencia de canciones como «Colillas en el suelo» (que era una de mis favoritas del último disco). La melodía es más lenta, como decía, más oscura. Por volver a Bunbury, en realidad, aunque la intención estaría en linea con «El viaje a ninguna parte», el sonido se acerca más a lo que el aragonés hozo en «Las consecuencias». 
Canciones como «postal de nueva York», «Buenos Aires», «Joven Poeta» o «De piedras y arena mojada» destacan en un disco homogéneo en su sonido y en sus letras narrativas, urbanas, que nacen de la melancolía para crecer hacia algún tipo de falta de sentido alegre. Es difícil de explicar. Hay que escucharlo. 
Porque es un buen disco. Un gran disco. Un disco magnífico.