El banquero anarquista – Pessoa

función de las ediciones – que narra la conversación que mantiene el narrador, duranteuna cena, con un banquero que dice haber sido y ser aún un anarquista convencido yserlo en la teoría y en la práctica.
El relato es, entonces, la explicación del banquero de cómo se puede mantener esaocupación y, a la vez, seguir considerándose anarquista. Explicación sembrada dedudas que el banquero va despejando para concluir con su tesis vital que demuestra –cómo no os lo diré, pues ese es el meollo del relato – que él es el más anarquista de losanarquistas.
Se trata de un relato inteligente, quizás no muy bien llevado en cuanto a atraer laatención del lector – a veces la concentración de ideas lo acerca más al ensayo que a lanarración y eso exige un esfuerzo de atención extra – que resume muy bien las dudasfilosóficas que pueden surgir a una persona de izquierdas, solidaria, a poco que piensesobre su ideología.
 No se trata, estrictamente, de una crítica al anarquismo y considero que su valorreside, sobre todo, en la presentación de la sociedad como un conjunto de ficciones yen la necesidad que hay de que cada individuo se comprometa con una idea desde suindividualidad y desde el conocimiento y la profundización a su doctrina – al mismotiempo que se muestra a dónde puede llevar un planteamiento excesivamente radical ycientífico de esa profundización y de aquel compromiso, sobre todo, cuando se deja delado, como factor para la toma de decisiones, la experiencia sensitiva -. 
En cualquier caso, se trata de un libro que se puede leer, tranquilamente, en un par dehoras, y que deja poso para una reflexión sobre las ideologías y el compromiso de cadapersona con las mismas.
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