Pletóricamente pletórico

Enfrentarse a la mañana con determinación, audacia, amor, dulzura e ironía no es tan sencillo. Paco Bello lo hace magistralmente agazapado tras el despertador de “Buenos días, Don Pletórico” Edit. Poesía eres tu, 2009.
Arranca el árbol para contarnos lo que sus raíces esconden, luego descubre que se lo ha cargado y acude a toda prisa a plantarlo de nuevo, o sea, a replantarlo, y en el mientras tanto aquí nos tiene en esa tensión, en esa magia que cada uno de sus poemas mantiene hasta el desenlace. Algo al alcance de muy pocos.
Otras veces no llega a esos extremos, le basta con andarse por las ramas para ir al grano, bueno, al fruto o a la flor que desea mostrarnos.
Todo ello con la compleja sencillez de la palabra exacta, a veces cotidiana, a veces recuperada, reciclada o reencarnada, como seudo metáforas o máscaras a cara descubierta.
Pero la clave está en la genialidad. No le basta a este cantautor acariciar la guitarra y regalar melodías e historias, cuentos y canciones. Con su poesía regala sensaciones, colores y sonrisas. Y, cuando lo desea, los pensamientos y sentimientos más profundos a toda pastilla, a bote pronto, a contrapelo y siempre cara a cara.
Fresco y hondo. Como un manantial Don Pletórico nos llama a vivir y a leer para contarlo.

Jrc

Poesía Mayor

   Contemplar (como él a través de su ventana) el último libro de Javier Pérez-Ayala (“Poeta menor” AEP, 2011) parecería sencillo. Recordar sus anteriores obras no es suficiente ya que hay una evidente inflexión en su expresividad, no tanto tal vez en lo que quiere contarnos sino en cómo desea hacerlo. Es como si los rayos de su tormenta se refractaran ahora en una bóveda personal más consciente, más prematura o presurosamente madura, más llena de otras palabras, otras voces, otras vidas.
   Admirar su capacidad para fotografiar verso a verso la sorda cadencia de la ciudad que lo envuelve, es inevitable. Y por entre las páginas del libro danzan constantemente la soledad, el hogar, el tiempo (Frontera irrevocable de la juventud, Oscuro jardín…), los temores, esos pies de barro que a veces sienten los gigantes, la añoranza y los recuerdos de niñez y, claro, el amor (Nada grave, Atardece, Septiembre, Todos los días…), esa espina inerte y viva, tan honda, tan imposible de sacar porque la piel ya la hizo suya.
   Hay una luna nueva iluminando los espacios que, sin querer, se han ido mostrando entre el poeta y su obra, tal vez por eso este libro ha nacido blanco. Hay quizás una renovada ilusión o, al menos, una esperanza escondida entre las páginas. Hay una mayor presencia de la personalidad del poeta, de su propio hacer, de una forma de decir más suya, más independizado de lo supuestamente correcto, más libre en definitiva. Algo que también asoma en el fondo, no solo en la forma, porque la libertad cuando nos toca nos va impregnando poco a poco a todo el ser hasta conseguir que nos acabemos mostrando por completo.
   Más poeta, más sincero, más abriendo una ventana que nos muestra un interior lleno, temeroso de mostrarse todavía. Un potencial abrumadoramente esquivo pero veladamente presente. Una madurez solo prematura en apariencia, falta tanto por llegar y tan bello…Te esperamos.
Jrc

Huella de un Silencio en La Voz de Galicia

La Voz de Galicia

Fecha de hoy: Domingo 24 de octubre del 2010

Vigo

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El vigués José Ramón Casanova edita un poemario titulado «Huella de un silencio»

Autor: J. L. Localidad: VIGO/LA VOZ.
Fecha 24/10/2010
El vigués José Ramón Casanova González se ha estrenado en el mundo editorial con la publicación del poemario Huella de un silencio . El libro ha sido editado dentro de la Colección Poesía, perteneciente a la editorial Poesía eres tú.
Según explica el autor, «los poemas de este libro conforman un único corpus porque corresponden a un único ser, aunque no siempre a un mismo estar».
Aunque sí había escrito para él otros poemarios, José Ramón Casanova jamás había publicado anteriormente, ni tampoco se había presentado a premio alguno con el fin de abrir las puertas de alguna editorial. Algo alejado de su profesión vinculada al mundo empresarial, José Ramón Casanova se ha lanzado en este libro a «una búsqueda constante del amor, y el hallazgo del amor verdadero, infinito».
Presentación en Madrid
El libro será presentado próximamente en Madrid, pero ya se puede encontrar en La Casa del Libro de Vigo y a través de la dirección electrónica de la editorial Poesía eres tú.
Confianza oline. Enlace a más información sobre el certificado © Copyright LA VOZ DE GALICIA S.A.
Polígono de Sabón, Arteixo, A CORUÑA (España)

Ese Rostro Casi Violento, libro de Javier Pérez-Ayala

Buenos días libro. Perdona que te haya cogido por las solapas en un gesto ansioso al conocernos. Ahora ya desde tu interior todo cambia cobijado por tus letras, las que en cada estancia te han ido colocando con amor, sí, no lo niegues, el amor está en el aire. Todavía he recorrido poco tus pasillos, los corredores de tu alma. He pasado de puntillas, a vuela pluma encaramado en palabras por el vestidor, ese que tu autor ha usado para desnudarse, para descalzarse y para, aún así, profanar el espacio en blanco que es tu casa. Te recorro entero y ¡vaya profanación!, bien sabe él (él  lo dice) que al fin queda belleza en el papel.
Buenas tardes libro, libro de poesía. Dices tantas cosas, se ven tantas imágenes en tus pupilas, se revelan tantas ideas tras el telón de tu teatro en este acto de destrucción (primer acto) y en aquel acto creativo (segundo acto). Hasta yo lo dije  (a mí sí llámame nada) “…Recitadla y veréis como va llenando/ de la misma manera que vaciando va al poeta cuando la exhala”.  No es la destrucción baudeleriana sino la que exprime hasta el último aliento las entrañas del alma, el amor y el pasado, el amor o destino, el amor…
Buenas noches libro, libro de poesía, libro de Javier Pérez-Ayala. Cuanta vida, cuantas sensaciones en cada una de tus estancias: “Ahora que estoy solo”, “Perdóname mundo”, “Semana Santa”, “Hay un hombre” , “A veces sucede”… Y luego un silencio para dormir, no quiero nada, que me recuerda unos versos de Pessoa “Nao quero nada. Sou um mendigo cego que vou / batendo, numa vila deserta, a todas as portas… (No quiero nada. Soy un mendigo ciego que voy / llamando, en una ciudad desierta, a todas las puertas).
Mañana te diré nuevamente buenos días libro, buenos días a ese rostro casi violento que esconde un brillo violeta vivo y sonoro, luz y palabras que no son promesas que desembocan en decepción, sino destellos (y belleza, sí) del alma de un poeta.

Jrc