Entrevista realizada por la Editorial Poesía eres tú a José Ramón Casanova

José Ramón Casanova es el autor de HUELLA DE UN SILENCIO un poemario donde el lenguaje juega un papel muy intimo con el amor. Al leer el poemario el lector se dará cuenta que José Ramón no es un poeta casual y que su relación con la poesía es intensa y muy rica en matices.
P.- Me sorprendió mucho al leer tu poemario la intensidad de los poemas y esa forma de tratar un tema tan difícil como es el amor. No parece para nada una primera obra de un poeta, sino más bien la obra de un poeta con experiencia. ¿Cómo has llegado a la poesía y que trabajo previo has hecho de lecturas?
R.- Mi encuentro con la poesía nace a través probablemente del hado y la pregunta que yo me hago sería cómo ha llegado la poesía a mi no yo a ella. He pensado en muchas ocasiones acerca de ello y nunca encontraba respuesta, porque buscaba una respuesta lógica, equivocándome. Cuando se siente la necesidad de escribir preguntarnos esto es como preguntarnos por qué respiramos, por qué amamos. Ella vino despacio, suave, seduciéndome. Solo tuve que dejarme envenenar y hacer de sus deseos tinta.
Fue a partir de ahí cuando se intensificó mi afición por la lectura, pero la poesía en un primer momento no es tanto el fruto sino la culpable, el germen. Desde ese momento ya todo se conjuga y todas las lecturas habrán de influir en mi escritura, no tanto en la creación como en el desarrollo, claro.
P.- En estos tiempos en los que vivimos, la poesía parece el último refugio que le queda al hombre para tener un espacio de intimidad con el ser humano. ¿Es la poesía una mejor manera de conocer al ser humano?
R.- Es posible que sí. Contamos, por un lado con una vorágine de avances científicos que nos descubren cada vez con mayor velocidad todo aquello que forma parte de la estructura material del hombre adentrándose incluso en ese mas allá de lo material, o más bien buscando dentro de los límites físicos explicaciones a todo tipo de comportamientos e ideas; es posible que cualquier día nos sorprendan con un aparato capaz de fotografiar el alma. Por otra parte tenemos aquellas inquietudes con las cuales, a través de lo desconocido, hemos ido dando formas diversas, y que al interactuar con el más acá, con lo real, se han convertido generalmente en piedras contra nuestro propio tejado; las religiones a lo largo de la Historia no han conseguido plasmar en el hombre el azul del cielo, al que ya podemos fotografiar sin ver otra cosa más que ese azul.
En ambos casos las fotografías podrán ser maravillosas, espectaculares, pueden hablar incluso. Pero la poesía destroza el dicho de que una imagen vale más que mil palabras. Porque en un poema, una palabra puede tener mucho más valor que todas las imágenes que existen. Por tanto puede valer más para conocer al ser humano, a ese ser humano que la deja recostada en el papel y a ese ser humano que la recoge para hacerla suya. Probablemente nadie se adentre tanto en el ser como un poeta en el acto creativo, más allá de los mimbres que utilice para expresarse aunque en mi opinión ninguno tan certero como la palabra. Cosa diferente es la capacidad para expresarlo y la profundidad a la que se esté dispuesto a bajar.
P.- En tu poema Eddnes hay unos versos que dicen: “Así vivo / olvidado, / escribiendo desde donde nace el silencio” ¿Es quizás la poesía ese espacio de silencio que el poeta necesita para desarrollar su arte?
R.- A veces identificamos el silencio con la nada, la ausencia, la soledad impuesta, suele tener mala fama el silencio. Pero yo lo he visto siempre como algo maravilloso. He conocido espacios físicos donde habita, de una manera absoluta, de hecho este verso nace intrínsecamente ligado a un lugar físico, para luego ampliar su significado con otras acepciones o ámbitos no físicos, espirituales, etéreos, igual o más intensos.
El poeta necesita ese espacio, tal vez no tanto para desarrollar su arte, que normalmente también, sino para engendrarlo en esa primera estructura profunda, en esa lucha primigenia por enharinar a las ideas para hacerlas visibles y darles forma.
P.- Siempre me ha sorprendido mucho la labor de los poetas y como compaginan su trabajo (en tu caso eres empresario) con el arte de la poesía. Verdaderamente parece difícil llevar una vida ajetreada y después buscar ese momento para escribir poesía. ¿Cómo compaginas estas dos cosas?
R.- A través de ese silencio del que hablaba en la respuesta anterior. El momento de escribir no es tan importante, la calma necesaria para ese instante siempre se encuentra y es posible hallarla en los lugares y situaciones más insospechados, pero lo realmente importante es ese conjunto de otros momentos en los cuales se está gestando la poesía; son los anhelos, las sensaciones, las caricias, los chispazos de vida o las negaciones de ella que te vas encontrando a cada paso, es aquella mirada o aroma que después ya forman parte del acervo tuyo, es lo que guardas en la nevera después de ir al mercado, el ajuar o esa cajita con tus tesoros. Cuando se revela ya no necesitas tanta calma. Pero cuando se vislumbra, en ese momento en medio de la tormenta o la locura, buscas esa paz de la mano de las palabras, ya que solo ellas te calman.
P.- De los libros que lees cuales son los poetas que más te han marcado y cuáles son tus poetas favoritos?
R.- Los del 27 en primer lugar, Aleixandre en particular, esa abrumadora fuente de metáforas en la que no me canso de beber, ese bisturí certero guiado por el pulso de, a mi entender, un genio. Creo que la gran mayoría de los poetas a los que he tenido la suerte de saborear me han aportado algo en mayor o menor medida. Tengo que nombrar ineludiblemente a Bécquer, a Tagore, pero también a Keats, Quevedo, a Juan Ramón. Cuando surge esta pregunta siempre quedan tantos atrás, Hierro, Goytisolo, Valente y Bonald, Loinaz. Me encantan Pessoa, Neruda. Se que pertenecen a corrientes muy diferentes, pero todos ellos y muchos otros han rellenado huequecillos de mi alma.
Chopin ha sido un grandioso poeta, pero eso abriría otro interesante debate…

P.- ¿Por qué crees que surge la necesidad de sacar a la luz una obra o creación artística?
R.- Creo que es una cuestión muy personal y que además, como ha ocurrido en mi caso, es algo que puede variar a lo largo del tiempo, mas bien a lo largo de las sensaciones, en mi fue la culminación de un despertar. En todo caso mi opinión es que generalmente esta necesidad va a nacer tarde o temprano cuando se intenta transmitir algo a través de cualquier medio de expresión, sin dar a conocer no hay transmisión, no hay comunión, no hay nada al otro extremo del hilo; dependiendo de ciertas circunstancias puede no necesitarse, o buscarse expresamente esa no conexión, pero independientemente del impulso que provoque la creación, generalmente se necesitará comunicarla.

P.- ¿Qué es la musa para un poeta? ¿Existe la inspiración?
R.- Existe la poesía y para encontrarla necesitamos que nuestros sentidos se abran en una dimensión diferente que comprende a todas las conocidas, eso es la inspiración. A veces alguien nos ayuda en esa tarea, ese alguien es la musa, que no siempre está ahí.
Hay quién no cree en nada de eso, que todo es fruto de un intenso trabajo, de una preparación. En mi opinión ese trabajo y esa preparación coadyuvan al mismo objetivo, forman parte de aquellas dimensiones conocidas, pero que es necesario un algo mas, ¿cómo suena esa gota de rocío que sentimos posarse en un pétalo, al amanecer…?, se necesita la inspiración para expresarlo.