En el documental que D.A.Pennebaker hizo sobre la gira de Dylan por Inglaterra en 1965, Bob señalaba que los periódicos no contaban la verdad, porque la verdad no eran sólo los sucesos o sólo los actos de la alta sociedad, sino la foto, en una misma página, de un mendigo vomitando por un lado y del multimillonario rockefeller por otro.
Pues bien, hoy El Mundo se puede preciar de ser un periódico que dice la verdad. Vean la imagen:
En primer plano, los recortes anunciados por Mariano Rajoy, cuya consecuencia previsible es un mayor empobrecimiento de las clases populares españolas. Y en segundo plano, abajo a la derecha, una mansión de lujo de esas que con tanto regocijo nos muestran ahora todos los medios, para que veamos que en España seguimos viviendo bien. Al menos, algunos.
Pobreza y lujo en una misma portada. Sin mentiras y sin vergüenza. Falta, únicamente, la reflexión. La que el periódico no hace y el lector debería, la de por qué sigue habiendo en España gente que puede comprarse y presumir de mansiones de lujo, mientras otros no llegan a fin de mes. O, yendo un paso más allá, por qué hay gente que puede lucir tranquilamente sus posesiones inauditas sin miedo a que una masa enfurecida de parados hambrientos se las queme.
En todo caso, hoy, cuando volvamos a casa, seremos un poquito más pobres. Y algunos serán bastante más ricos. Piensen en eso y en si de verdad esto va de vencedores y perdedores o de ricos y pobres.