Redención (amor y nitroglicerina) o un poema sobre las oportunidades perdidas

Redención (amor y nitroglicerina) 

La cadencia lenta de la noche,
partitura de besos no dados;
sueños que embravecidos golpean
las duras rocas de lo real.

Solía verte en plazas donde otros
te nombraban, te abrazaban, te querían;
sólo una vez estuve a punto de tenerte:
bajo un cielo de otoño,
en un pueblo vecino.

El compás era amor y nitroglicerina,
calles de fiesta, restos de verbenas,
melodía de ron de boca en boca,
el rítmico mirar de tus pupilas ámbar.

¿Esto es el dolor o es sólo recuerdo?
Quizás tan sólo ardiente
memoria,
fuego esclavo.
saber que no te tuve y no te tendré nunca,
saber que ya no somos dos jóvenes sin dueño.

Ahora ya es el tiempo de las casas pobladas,
de los difuntos recuerdos, de palabras caducas,
–pues queremos a otros, otros que nos quieren–.

Ahora ya no veo en tu mirada llamas,
sólo algún rescoldo del sentir perdido,
y ese poso viejo que van dando los años
cuando no eres estúpido y no cierras los ojos.

¿Y esto es el dolor o es sólo recuerdo?
Los relojes se desangran, se oxidan los veranos:
los árboles no abrigan nadie bajo su sombra,
las manos que se abrían, son hoy puños bien prietos.

¿Y esto es el dolor o sólo carne vieja?
No poder volver a los espacios nuestros,
herirnos por los besos que no dimos a tiempo
y que ahora inquietos bailan, gritando,
en nuestros labios.

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