Riña de Gatos (Madrid, 1936) – Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza es un buen escritor. Tiene en su nómina novelas como «La verdad sobre el caso Savolta» o «La ciudad de los prodigios» e incluso esa maravilla hilarante que es «El misterio de la cripta embrujada». «Riña de Gatos», sin embargo, no se encuentra, a mi modo de ver, a la altura de esas obras. Es entretenida, sí. Pero a ratos parece escrita con excesivas prisas – ¿quizás para poder optar al premio Planeta que finalmente le fue concedido? – y el final queda un poco deslavazado e, incluso, incoherente o, al menos, no muy bien cerrado. 
La trama, eso sí, es atractiva y cuenta con todos los ingredientes del género folletinesco: el héroe que no quiere serlo, las chicas, la gente del lumpen, la policía, los espías, los intereses nacionales e internacionales,…Suficiente número de elementos como para que el lector se vea atrapado a la espera de qué va a pasar. 
Además, como buen defensor que soy de las novelas que no ceden al moralismo – que no a la moral -, me ha gustado mucho que Mendoza dejara hablar a los falangistas si complejos. Algunos – me incluyo – quizás hubiéramos buscado un personaje que les diera la réplica, pero aún así, está bien que personajes que existieron y que tenían las ideas que tenían, sean presentados en todo su esplendor de paranoia y conspiración, tratando de convencer a los demás, mientras se muestran a sí mismos como convencidos, aunque, eso sí, algo de duda en medio del fanatismo, no hubiera sentado mal a los personajes.
En cualquier caso, y por resumir, se trata de una novela entretenida. Quizás algo falta del buen humor que suelen tener todas las de Eduardo Mendoza y algo caótica por momentos. No les llevará, si quieren asomarse a ella, mucho tiempo leerla. Pues aunque supera las 400 páginas en edición rústica, los capítulos son muy cortos y como la trama es absorbente, se puede leer perfectamente en un fin de semana o poco más. 

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