Hoy es el primer día del que esperamos sea el fin. El primer día después de que ETA anuncie el fin de la violencia. Y como siempre en este país, se ha dicho de todo. Los hay que se alegran, los hay que intentan capitalizar esto como una victoria de la izquierda abertzale, los hay que hablan de un oscuro pacto entre Rubalcaba y ETA. Como siempre, no nos ponemos de acuerdo.
Personalmente, de quien más me acordé ayer fue de todos los cargos electos – y también los afiliados y simpatizantes, por qué no – de PP y PSOE en Euskadi. Hoy hay convocada una manifestación abertzale. Por primera vez, mucha gente podrá decir que no está de acuerdo con lo que esa manifestación pide y no sentir que eso supone, de inmediato, la posibilidad de tener una diana en la nuca. Son ellos, los que durante años se han jugado el pellejo presentándose por partidos «apestados», los que han derrotado a ETA, porque han sido ellos los que no han permitido, en ningún momento, que la libertad se ahogase. Contra las pistolas y el miedo, esos héroes a los que nadie reconocerá nunca su labor – somos un país ingrato como pocos – dieron un paso al frente y se ofrecieron casi como mártires.
Ahora es fácil ningunearles, claro. Relativizar su labor y su valor. Decir que no era para tanto. Pero había que estar allí entre el 73 y el 97, con ETA en pleno apogeo, defendiendo las ideas de unos partidos considerados «el enemigo españolista». Había que aguantar allí el odio y la exclusión social, cuando lo fácil era callarse, apoyar en silencio a los nacionalistas – aunque luego, en secreto, se votara a otro partido -. Había que estar allí y dar la cara sabiendo que eso suponía quedarse sin amigos, sin vida social, ayudado sólo por los pocos que piensan como tú.
Ahora que ETA ha decidido, por fin, dejar de matarnos – ¿Es eso un favor que nos hacen? – recomiendo ver el reportaje que el domingo pasado emitió Salvados y que podéis ver aquí http://www.salvados.lasexta.com/ deja bastante claro quién es quién y de qué pasta está hecho cada cuál hoy en día en el País Vasco.
