Miedo

Tengo miedo de ti, de tenerte y a la vez de perderte,

temor de deambular por tus fotos en mi mente,

de perderme en tu mar o en tu cielo abierto,

gritando en las penumbras de mi habitación tu nombre,

ese nombre que a diario acaricio en mis pensamientos.

El sonido de tus pasos por mi mundo,

ha encendido la hoguera de deseos

hasta  hoy guardados en el volcán de mis sueños

donde me habitas cada noche, alimentando

como la furia de un huracán mis miedos,

no de tu fantasma o de tu ángel encarnado en mi delirio

sino ese miedo de perderme en tu abismo

sin poder encontrarme otra vez en este lugar donde te amo

cada noche, el único sitio donde eres mío sin preguntas,

sin por qué, sin mañanas.

A ti, mi pequeña

Cuando pienso en ti me llegan recuerdos

de nuestra niñez,

la visible diferencia de dos seres que ni aun

unidos por la hermandad se asemejan;

yo como la luz, tu como la sombra,

sin darnos cuenta que a veces la similitud

se acomoda en el alma.

Yo encerrada en mis libros, tú estruendosa,

enmarcada en tu afán de dominar el mundo,

yo queriendo parecerme a ti,

tú queriendo ser igual que yo, sin saber a plenitud

cuanto de común nos une.

Cuando pienso en ti, llegas a mi mente pequeña

pero fuerte como un roble, ocultando detrás de tu furia

esa dulzura que solo yo conozco después

de tantas veces que observando las nubes

no coincidíamos con la misma figura,

junto con nuestras carcajadas me di cuenta

que es el amor lo que nos une y nos asemeja.

Cuando pienso en ti, recuerdo aquel mundo de cristal,

producto de mi fantasía, historias guardadas en tus ojos

y en tu mente de niña, quisiera contarte un cuento,

pero sé que ya no habrá asombro en tu mirada;

aunque muy pronto volveremos a estar cerca,

se me hace urgente que sepas,

que no hay nada más hermoso en este universo,

que saberme tu hermana y tu mejor amiga.

En tu nombre

Dicen que llorar limpia el alma,

es por eso que creo que la mía debe

de estar tan clara como una mañana de abril,

y a pesar de todo lloro, lloro y me deshago

ante tu presencia.

Yo ando absorta en el deseo de olvidar lo pasado,

intentando liberarte de esos fantasmas

que se alimentan de tus pensamientos,

pero ahí estás tú, abrazando los demonios

de tu propio furor.

Déjame decirte que no se es culpable

si no existimos en el segundo de la culpa,

ni en el minuto del perdón, los errores persisten,

pero las heridas, quedarán cicatrizadas

en el momento en que expire el dolor.

Yo sé que el futuro nos traerá la respuesta

que calmará todas nuestras penas,

para que tú y yo juntos bajo el cielo azul

sellemos este capítulo con la mejor sonrisa

dejando todo lo pasado olvidado en el ayer,

lloremos pues de alegría infinita

porque nuestras lágrimas no serán

el desgarro de nuestras conciencias

sino el triunfo hecho amor en nuestros corazones.

Mirada en colores

Mírame con tu mirada azul y regálame

el cielo escondido detrás de tus pupilas

llenas de regocijo y de dudas,

en ese color magnífico que consuela

y nos devuelve la paz.

Mírame con tus miradas marrones y regálame

la tierra de donde brotan los retoños, fértil y

virgen, llena de deseos de ver sus frutos crecer

para convertirse en el alimento de los trópicos.

No hay manera de apartar esas miradas de mis sueños,

calladas y tiernas en una perfecta constelación

de colores, dos maneras exacta de iluminar mi vida;

mi luna, mi sol, agua bendita; del carmelita al verde

junto con el amarillo y el rojo, anunciando la llegada

de la primavera ,en el paraíso devastado de mi soledad.