Poesía del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA. El escritor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA El poeta nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
I
Como la nieve, te noto
calándome por el cogote.
Inundándome,
obsesivamente cada uno
de mis paisajes.
Hasta dejarlo todo blanco…
Precioso.
Sin nada más que entregarte.
Es invierno, Y con la
nieve. Sopla un
frio, que arruina el
deseo de
esconderte hasta
mis huesos.
Con el rabillo del ojo veo
tus manos, congeladas.
Esperando, pegadas:
La suavidad de mi llegada.
I del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA Clic para tuitear
VIII
Te veo
y me deslumbra
el sentir
de Tus suspiros Muertos.
Sin dueño.
Oda,
de un amor
escapista
a tus
sueños.
VIII del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA Clic para tuitear
XIV
Escribo porque no
calló.
No duermen.
No descansan.
Las saco y se van desvaneciendo en una opaca realidad.
Más densas que fugaces si les presto la atención que merecen.
Pero olvidarse de ellas es
olvidarme.
Así que las dejo crecer en su caótico
jardín,
siendo todo.
Lascivas con lengua afilada.
Consiguen oprimir el pecho por el que laten, venciendo a la nana de la noche.
Por eso, me recojo en abrazos.
En el intento de calmar su sed.
Juego al escondite con ellas entre tus románticos susurros y así, mis pequeños monstruos se amansan.
Fuera de una derrota,
fieras volverán conmigo
su hogar
y tendré que correr a la fortaleza de tu piel
a la más alta torre…
Donde sus gritos sólo sean eco de una canción triste.
XIV de PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA Clic para tuitear
XVI
Erudita en el hechizo y obsoletos de claridad, rociabas tu cuerpo sobre el mío.
Yo,
enredada en tu inmortal pecho fingía no tener miedo al olvido.
Bruja y escurridiza,
me sumergía en tus
profundidades. Vertiendo a
escondidas, suaves gotas de mí.
Y así,
igual que tu canción favorita, en tu
boca siempre colgaría mi nombre.
Pues no hay mejor regresión que la del olor.
Quizás ahora
gracias a eso,
me acerco mucho a tu cuerpo
me pongo de puntillas y
puedo quitarte besos.
XVI del libro PRIMAVERAS EN DICIEMBRE de MACARENA GIL DE BIEDMA Clic para tuitear