Poesía del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova. El escritor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova El poeta nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Espejo
Regreso de contemplar mi imagen,
el torso, las trazas oblicuas en el espejo,
cada línea parece solo una sucesión de puntos,
aun queriendo ver en cada uno una vida.
Y el gesto obediente o tenso o capaz
llenando la mirada de tristeza solitaria,
de verdades que ahora veo reflejadas
en la inmensidad minúscula de mis pupilas.
Inmóvil, en pie, defendiendo una valentía inexistente,
contemplo los restos tangibles de tanto naufragio
que en procesión solemne desfilan ante mí,
solo un sollozo ahogaría ese vagar de extraños seres.
Ajenos ellos, impávido yo, prosiguen su marcha,
ya no palpita la piel de los tambores
y en silencio veo verdugos, luto lleno de gritos que desgarran,
noches que desgarran vidas.
La imagen roba el aire que hay hasta mí,
los cabellos ondas de unos mares lejanos,
los ojos alma de abstracta belleza incomprendida
que se resignan a habitar en este rostro yermo.
Espejo del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova Share on X
Aromas
Nebulosa de luz en mis sentidos,
ritmo cadencioso de otras voces,
latido inmenso de un vivir
pesar tamizado por todos los pesares;
serena brisa que me llena cada poro
dulces recodos de todos los caminos,
vientos,
tantos vientos, tempestades…
calma,
escuchando el latido de la luna.
Así llegan, navegando por los mares
los aromas que recalan en mi pluma.
Aromas del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova Share on X
Lágrimas de luz
Sin cerrar los ojos te sueño en blanco manantial de mediodía
sonriéndome,
y tus lagos en calma iluminándome, ceñida de entrega
ilusionada,
con tu siempre pureza refugiada en las mejillas.
Solo la paloma trazando los colores de la primavera nuestra,
solo la alfombra de azucenas acariciando tus pies adorados,
solo en mi piel el suspiro del perfume tuyo, como único aire
que respirar pudiera
el resto de mis días,
y en el palpitar de las velas tu nombre dibujado con la señal
del fuego.
Y la luna
en lágrimas de luz bañando los mares a medianoche,
ondeándonos en beso que al suave roce nos estremece,
en la textura más perfecta
que la ternura pudiera nunca mostrar,
abiertos al horizonte eterno al fin surcado en la mixtura
de todas las dimensiones.
Así, cuando anochezca se yergue el sol en brazos de su dama.
Así, el día aquel en el que nos unimos, la vida amanece
por entre la prisa del tiempo
calmando el universo todo, hasta el firmamento
de tu frente enamorada.
Lagrimas de luz del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova Share on X
Callada luz
Perdida en un punto imposible,
buscando un encuentro escondido,
vagando en un cielo pagano,
brillando sin brillo, callada luz
que oculta los suspiros.
Lejana, oscureciendo el rincón de ese bosque,
ausente como la nada a la nada asida,
herida siempre en todas las batallas,
henchida de lágrimas no lloradas,
a la razón rendida.
Triste sombra de un mar de otoños,
cálida siempre del fuego que le queda,
roto susurro del amor, a la pasión sujeta,
como ese brote de luz que por momentos regresa
al hogar de mis ojos la mirada.
Callada luz del libro Huella de un silencio de José Ramón Casanova Share on X
Sobrevolándome
Estoy esperando el anguloso chillido de tu voz,
esperando el tránsito torrencial de la tormenta,
y ese gigantesco Eolo que oree las ramas verticales
de mi callado tronco
traspasado por horizontes de acero.
Quiero verte llegar
hasta la molécula olvidada, áspera, moribunda casi,
mendiga en el universo atroz al que en consciencia devenimos,
y fecundarla.
Pero cómo llegar a ti a través de pasillos inhabitados
por el discurso,
sin razón,
volando sólo con la sangre que florece en deseo,
en el filo animal o deidad antropomorfa o ángel triste,
ternura virgen entregada en belleza cristalina,
cómo llegar a esa gota dormida por el pensamiento
sin el cauce seguro, seguido, sobrio como una selva
que inunda.
Sé que volar al éter tornasolado angustia, a los visos
luminiscentes del alba,
a la claridad sonora del vértigo que nos aterra como un límite
y nos bate intenso en los más incógnitos núcleos.
Cómo ser más allá de la sombra que nos hurta el miedo
sin anidarse en al alarido intenso del recuerdo.
Cómo llegar a ti
sin la encendidísima luz de la locura.
Sobrevalorándeme del libro Desnudos de mundo de José Ramón Casanova Share on X
Años
Entonces amargamente vestimos nuestras almas
con ropajes vistosos pero sucios,
casi desestimados del mundo que aguantamos
por no romperlo con nuestras manos sudorosas.
El consuelo es esa multitud que nos rodea,
la masa que transpira soledad por cada poro
entre gritos vacíos ya de angustia,
entre suelos enlosados lentamente por el lodo.
Y así,
dejamos de comprender qué era aquello
cuando vaciábamos los bolsillos para nada,
o compartir sólo un soplo de la vida.
Años del libro Desnudos de mundo de José Ramón Casanova Share on X
Ataraxia
Si me vieras
con la pluma de nuevo fecundando
de humo y sentimientos este libro casi azul,
que es un cuaderno que respira por mí
el aire envenenado.
Palabras para quién,
no existe al menos una nota necrológica
que anuncie el final de la muralla por mundos derribada,
escombros encalados por pausas esquizoides,
enloquecidamente serenadas por ti,
bálsamo de piel enamorada.
Ataraxia del libro Desnudos de mundo de José Ramón Casanova Share on X
Mondo
De qué sirve la saliva de un beso vértigo
abismo de esos siglos que pasaron.
Reduce los tambores latidos de tu pecho,
son ya humo entre las sienes sentenciado.
Reclama sin compasión el volumen exacto
de tu música,
la ondulación perfecta de cada uno de los poros
que te acogen,
de que servían no sirve, ¿y si eran espuma
solamente?
Alcanza la noche que te lanza de nuevo
al adarve del día,
bebe hasta rozar los deseos olvidados,
engárzate al pirsin instante que te duele ahora
y arranca el párpado piel que vela la luz del mediodía.
Celebra tu primer cumpleaños contigo,
sin la espesa cera del entonces
ya quemada.