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Le llamare mujer

Le llamare mujer

 

Cogió una costilla de Adán.

Le puso sentimiento y placer.

Este frágil y precioso ser.

Cuando lo termine de crear.

Le pondré de nombre “mujer”.

También madre se llamará.

De los hijos que verá nacer.

De su cuerpo amamantará.

Y día a día verá crecer.

 

Sus ojos serán su alma.

De variados tonos y colores.

Azul como el cielo inmenso.

Marrón de arena mojada.

Oscuros como el firmamento.

O verdes como la esmeralda.

Pardos como cuando cae la noche.

Grises como la marea en calma.

Como espejos que reflejan.

Mi cara cuando se acerca a su cara.

Cuando tenga ganas de besarla.

 

Su boca será manjar.

Como la fruta más deseada.

De labios tiernos carnosos.

De dátil en la palmera.

Rojos de flores hermosas.

Finos como las cerezas.

De beso fresco y sabroso.

De aires de primavera.

 

 

Su piel tersa firme y brillante.

Cual sutil tela de seda.

De varios suaves matices.

Que cuando mi mano acaricie.

Mi cuerpo desnudo estremezca.

 

Sus pechos serán colmenas.

Donde se hace pausa a beber.

El más dulce de los dulces.

El sabor y la esencia de polen y miel.

Y como el lago de agua clara.

Donde bebo y calmo mi sed.

 

Haré su cuerpo más amplio.

Para que cuando sea germinado.

Por alguna de las semillas.

Que por amor vino buscando.

Dentro de sus entrañas.

Otro ser pueda albergarlo.

Y nazca varios meses pasados.

Recién nacido deseado.

 

Y qué decir de su pelo.

De tacto fino y terso.

Rubio como el sol dorado.

Negro como la noche.

Como enredadera rizada.

Castaño, y de otros colores.

Que se alcen en su finura.

Como viento en la ladera del monte.

 

Y sus pestañas serán.

Como las hojas de gerbera.

Abiertas y delicadas.

 

Conjuntando con sus ojos.

Desprendan tan intensa luz.

Y mirándolos me sonrojen.

De vergonzosa quietud.

 

Manos fuertes les daré.

Como concha en la roca engarzada.

Para que pueda abrazar

El cuerpo del hombre que la ama.

 

Y Dios creó a la mujer.

A su imagen y semejanza.

Puso el amor de todo su ser.

Cariño, paciencia y templanza.

Regalo que nos dio al hombre.

Para ser querida y respetada.

Pero sobre todo para ser amada.

 

Nana de mi niña

Nana de mi niña

 

Mi niña no duerme.

Mi niña se queja.

A ver si esta nana.

Sus males aleja.

 

Si pido a la luna.

Su mágico manto.

Cubriría a mi niña.

Y callaría su llanto.

 

Ea, la ea ea.

Lleva madre a la niña.

A la gitana canastera.

Y que me la meza en su cestita de enea.

 

Ea esta nana, ea esta nana.

Llévatela madre junto a la ventana.

Y mécela con el fresco aire que recorre la mañana.

 

Ea mi niña, ea mi niña.

Llévala madre junto a la campiña.

Y mécela dócil, como uva en la viña.

 

Ea mi vida, ea mi vida.

Que, con esta nana, que yo canto a mi niña.

Con los angelitos del cielo se queda dormida.

 

Mi niña duerme en su humilde cuna.

A ver si soñando, la mece la luna.

Y la mar de olas con su manto blanco de espuma.

A mi madre

A mi madre:

 

Madre, fui caballero errante sin rumbo y sin razón.

Tú me ayudaste y salí adelante, poniendo tu coraje de madre y esencia de amor.

Fui la oveja negra, descarriada que no tenía futuro alguno.

Me diste respuesta acertada, y me dijiste “comete el mundo”.

Que hijo mío, tú como ninguno.

Salí de mi tierra natal, sin saber y dando tumbos.

Mas mi madre allí estaba apoyando mi camino inmundo.

Me adentré en tierra extraña, solo y sin destino.

Pero cuando desamparado estaba mi madre alumbraba mi camino.

Cuando me acordaba de ella lloraba, sin aliento y desatino.

Pasados ya unos años, con mi amada me casé.

Puse mi futuro en ella y en esta tierra me quedé.

Cuanto más el tiempo pasaba a mi madre más añoraba.

¡Madre te quiero tanto! ¿Es que no escuchas mi amargado llanto?

Madre de mi alma, siempre estabas trabajando.

Para que no nos faltase ni a mí ni a mis hermanos.

Creo que nunca pensaste, la vida es de vivir y no amargarse, llorar y sufrir.

Como tú la llevaste.

No había persona alguna, que habitase este mundo, más buena, que tú.

De muchos problemas me sacaste, obligando a tu juventud llena de pena y desgaste.

Lo que quiero decirte madre, aunque nos dejaste pronto.

Que te quiero con toda el alma, que te echo mucho de menos.

Que soy tonto, tonto, tonto.

De no aprovecharte madre, cuando te tenía a mi lado.

Hoy me tienes aquí, escribiendo, atormentado.

 

Y solamente pensando en ti.

Allá donde te encuentres, enseña lo que aprendiste.

Amor, ternura, bondad, pasión.

Nunca te olvidaremos, madre de mi corazón.

Te quiero mamá.

Allá en la lejanía

Allá en la lejanía

 

Allá en la lejanía.

Los grandes expertos comentan.

Que la mujer más hermosa.

Más alegre y salerosa.

Es la mujer malagueña.

Que quita las penas del alma mía.

Y mi sonrisa despierta.

 

De Cádiz las gaditanas.

Nacidas de sal y arena.

Su pelo acaracolado.

Dejan al viento volar.

Cuando sube la marea.

Perfuman las olas del mar.

 

A ti mujer de Sevilla.

Gracia de mujer gitana.

Amores te salen mil.

Cuando te vistes galana.

Con tus labios de carmín.

Forjando tu cuerpo estampado.

Llegando la feria de abril.

 

Ay mujer cordobesa.

Tu tez oscura y serena.

Tus ojos negro azabache.

Tu terso pelo moreno.

Que mis amores deslumbran.

Cuando brilla en la luna llena.

 

 

 

Mujer del campo en Jaén.

Danzando entre tus olivares.

Tu boca de dulce aceituna.

Comiendo a la luz de la luna.

Manjares de mis manjares.

 

De Almería la alegría.

En tus caderas desierto.

Verde de tu vegetal.

Azul de tu dulce mar.

Andares de tus andares.

Labios de fruta fresca.

Que acompañan mi mesa.

Pa cuando quiera besarte.

Mi boca perfumes de fresa.

 

Ay mi criatura de Huelva.

Tu cuerpo es como el fandango.

Cuando te miro y te miro.

Mis ojos se quedan clavados.

Como la hierba al espino.

Que a diario viene besando.

 

A la mujer granadina.

Qué garbo tiene en su cuerpo.

Sus manos de concha fina.

Apresuran mi despecho.

Cuando en la plaza desfilan.

Con ese aire torero.

Mi corazón se acelera.

Y me lleva al matadero.

Aunque mi alma respira.

Por ella a diario muero.

 

Decirles a las demás mujeres.

De otros lugares otras tierras.

Que, aunque no las pronuncie.

Bellas son todas ellas.

Porque nací gaditano.

Andalucía es mi tierra.

Y muero por mis hermanos.

 

Homenaje a las madres

 

Homenaje a las madres

 

A esa persona tan especial.

Le dedico este homenaje.

En nuestra vida esencial.

Con amor, dolor y coraje.

Nos albergó y nos dio la vida.

Aun estando la suya en juego.

Lo dio todo por nosotros.

Poniendo la mano en el fuego.

 

Cuando llorabas de noche.

Aun cansada se despertaba.

Te apretaba entre sus brazos.

Y una nana te cantaba.

Viendo tu amargo llanto.

En su pecho te acurrucaba.

 

Y así las noches y lo días.

Hasta que despuntaba el alba.

Ella al lado de tu cuna.

Por si algún mal te desvelaba.

Te cogía entre sus brazos.

Siempre feliz sonriendo.

Y te daba el dulce néctar.

Que manaba de su pecho.

 

Ahora que eres mayor.

Te voy a dar algunas razones.

Este ser tan especial.

Que todo lo que eres te dio.

Te lo dio por ser su hijo.

Sin contratos ni condiciones.

 

De todo mal te protegería.

O de enfermedad padecieras.

A tu lado ella seguiría.

Aunque su vida en juego pusiera.

Mimándote y dándote cariño.

Como cuando eras niño.

En sus regazos te cogiera.

 

Y terminar diciendo.

A los que no quieren a nadie.

Que no respetan a sus amigos.

Ni a los que son de su sangre.

Porque no hay cosa más hermosa.

Solo te digo una cosa.

Siéntete orgulloso de llamarle madre.

 

A aquellos que aun la tienen.

Cuídenla como el oro.

Yo la perdí hace tiempo.

Y siempre en mis recuerdos.

La echo de menos y lloro.

Quisiera decirle al oído.

Mamá te quiero y te adoro.

Y te doy gracias por ser tu hijo.

Quiero dedicar este libro

Quiero dedicar este libro

 

Quiero dedicar este libro.

Al cariño de mi familia.

A mi mujer a mis tres hijos.

A los amigos del día a día.

Mi familia de San Pedro.

Y a mi tierra que tanto quiero.

El puerto de Santa Maria.

Pasando por la ciudad de Marbella.

Y a mis vecinos de Nueva Andalucía.

 

Recuerdos de mi niñez.

Con mi madre y con mi abuela.

Mis hermanos a mi lado.

Que siempre me han apoyado.

Con cariño y llenos de humor.

!!Que buenos momentos pasados¡¡

 

Quiero agradecer también.

A mis tíos, cuñadas y cuñados.

A mis primos y sobrinos.

Que siempre estuvieron a mi lado.

Y a mis segundos padres mis suegros.

Que tanta estima me tienen.

Y nunca me han abandonado.

 

Y qué digo de mi padre.

Hombre en su vida descarriado.

Abuelo de mis queridos hijos.

Causa y pena de mis llantos.

Marido de mi amada madre.

Pero de su corazón apartado.

 

Cuántos años te perdiste.

De alegrías penas y llantos.

Y cuánto daño nos hiciste.

 

No te preocupes padre.

Que de la vida que tú elegiste.

Y de tantos tantos pecados.

Tu familia que te quiere.

Y tu hijo que te ha perdonado.

Porque lo cuenta es el presente.

Y ya no se vuelve al pasado.