Revista ACUA – Septiembre Octubre 2012
Palabras para este tiempo es un libro de poemas de Antonio Gil de Zúniga. profesor ya jubilado de Literatura en el Instituto Calatalifa de nuestra localidad.
En los varios poemas que lo componen, Gil de Zúñiga nos muestra su mundo interior, romo hacen todos os poetas, sus inquietudes, sus destos. pero también nos habla del mundo que le rodea, nos muestra a su familia y tiene poemas cargados de ternura dedicados a sus nietos, a la esperanza que aportan sus ruevas vidas. Lo cotidiano adquiere forma de poema: sus paseos por el campo, sus encuentros con los viejos del lugar, su pueblo en fiestas. También está presente la actualidad política y social, el deterioro de la Justicia, la corrupción y echa en falta un cierto nivel ético en algunos de nuestros dirigentes, pero lambién hay poemas que nos hacen reflexionar, que nos hablan del hombre como ser transcendente y del otro que está muy presente y que es el complemento de la soledad que nos acompaña, el que la hace llevadera. La soledad del hombre se ve mitigada por la amistad y por el don de la palabra.
Nos habla de la soledad acompañada y también de esa edad a la que denominamos vejez en la que se juntan el pasado, el presente y también el futuro.
La lectura de sus poemas nos trae el recuerdo de Antonio Machado. A los dos les interesan temas filosóficos en os que se habla de la trascendencia y del devenir del ser humano, y los dos saben valorar la gran importancia do la palabra. No en vano ésta forma parte del titulo de este poemario En algún poema la palabra deja paso al canto de un ruiseñor. La palabra es lo opuesto a la guerra y la paz se consigue gracias a la palabra. Este es su mensaje humanístico. Por eso en sus poemas hace uso de la palabra y habla al hombre, al arroyo, a sus seres queridos, a los viejos que pasean por los caminos cargados de años soledad y sabiduría, al agua de una buenamente…
Pero no nos engañemos: por muy valiosa que sea la palabra, ésta se convierte en un veneno si se la utiliza mal. Por eso tenemos que despojarnos de nuestro egoísmo y tener en cuenta al otro.
Hay catorce sonetos, algunos dedicados a Isabel, su mujer y compañera, a Collioure, localidad francesa donde se encuen-tra la tumba de Antonio Machado, a una sabina centenaria, a las rosas que nacen en diciembre, al silencio «que no es ausencia de palabra», a la aurora que nos trae la luz; otro soneto se convierte en un salmo que le sirve para hablar cor Dios.
Se pueden destacar algunos poemas como Granada que versa sobre la tumba de Federico García Lorca; Función fática donde la sencillez se alia con la ternura y nos arranca una sonrisa: Collioure. soneto escrito junto a la tumba de Antonio Machado y cuya lectura deja un poso de tristeza; Primeros tiempos, poema que destila nostalgia por el tiempo que ya ha pasado y que ha dejado restos de melancolía; Mala educación, que es una critica a la forma actual de hacer política basada en el In-sulto y la descalificación simplona del adversario.
En total son 74 poemas cargados de musicalidad y ritmo, llenos de deseos de paz, amor y amistad, frutos del pensar y del sentir generoso de Antonio Gil de Zúñiga.