Fue filtrarse que Argentina planeaba nacionalizar el 50,01% de Repsol y salir el Ministro de la cosa diciendo que de hacerse, sería un ataque contra España y los españoles. Pues yo, señor Ministro, qué quiere que le diga, soy español desde pequeñito y por lo que a mí respecta como si les nacionalizan hasta las escobillas del váter.
Da miedo ver, en cualquier caso, la identificación que hay en España entre los intereses del Estado con los de las grandes empresas. Grandes empresas que luego, llegada la hora del patriotismo, se van a las Islas Caimán a pagar impuestos o reducen plantillas a velocidad de fórmula uno, sin preocuparse ni un miaja de lo que necesita el país.
No por nada decía un informe de Amnistía Internacional que España es, después de Corea del Sur, el país donde los intereses del Estado y de las grandes empresas están más mezclados y confundidos.
Quizás, esa cercanía entre gobernantes y empresarios se deba a que una vez concluido su mandato, esos gobernantes encuentran fácil acomodo en las Repsol, Iberdrola, Fenosa, etcétera. Lo que se llama la política de puerta giratoria, pero que recuerda más a la postura del 69: tú me la chupas, yo te la chupo y todos contentos.
Bueno, todos no. Ante la escena, algunos tenemos ganas de vomitar.
Y de aplaudir – plas, plas – un poquito a Cristina.
P.S: por supuesto, El País, a lo suyo: http://economia.elpais.com/economia/2012/04/12/actualidad/1334232057_939515.html
