Hoy se ha conocido que el Premio Nacional de Poesía de este año ha recaído en Paca Aguirre. Pocas cosas me habrían puesto hoy más contento que esta noticia. En primer lugar porque Paca, que hasta ahora había sido ignorada por los premios nacionales, se merece no sólo éste premio, sino también el Cervantes y todos cuanto le den. En segundo lugar, porque Paca es una persona generosa y amable que, me consta, nos ha ayudado a muchos a crecer en la dura labor de la poesía. Honesta, alegre y culta, siempre es un placer estar con ella y aprender de cuanto dice. Y en tercer lugar, porque el libro porque el que lo ha recibido – «historia de una anatomía» – es un ejemplo magnífico de la poesía que Paca ha venido haciendo toda su vida, desde que publicara «Ítaca», y estoy seguro de que va a enganchar a mucha gente a la obra de esta poetisa magnífica.
En resumen, que me alegro mucho por Paca, porque se lo merece y porque tengo la suerte de poder llamarle amiga
