Manuel Rey es el autor de Las Palabras del suicida libro que el autor escribió cuando contaba sólo con 17 años de edad. Las palabras del suicida es un libro confesional, en el que Manuel Rey refleja su yo poético casi como una necesidad del alma pero también como superación del hombre, pero el libro es un reflejo, casi como una fotografía de ese momento del autor y sus vivencias.
P.- En la poesía es muy difícil que el autor se separe del poema, casi inevitablemente el autor es reflejado en los poemas. ¿Es este tu caso?
R.- Creo que en este punto, el poema es una gran trampa.
No creo que el autor se vea reflejado en los poemas, sino que el autor desea verse reflejado en los poemas. Ese es un muchos casos su deseo (o hablo por mí por lo menos). Pero, ahora bien, aquí entra la capacidad de cada cual de superar el barro que supone la expresión poética, superar el propio lenguaje para llegar a la expresión. Es en este paso donde es muy fácil tropezar. Y yo, no me atrevo a decir que no sea lo que me haya pasado.
P- En Las palabras del suicida encontramos muchas veces un cuestionamiento de la realidad intima del ser humano. ¿Es la poesía una forma de cuestionar lo que nos rodea?
R.- La poesía en si puede ser todo o no ser absolutamente nada. Eso quizás es algo que si he visto: lo más destructivo y realista en el sentido más puro de la palabra, pero también lo más conformista, lo más encerrado formal y temáticamente. El cuestionamiento de la realidad no creo que surja de ningún modo de la poesía en sí, sino del poeta.
P.- “El lector/resto humano del pecado de la curiosidad/despierta a los creadores/con el hechizo aprendido” Esto es un fragmento de tu poema El lector. Quizás la poesía no pueda existir sin lectores y a pesar de ser un arte minoritario los encuentra. ¿Crees que la situación podrá cambiar un día y llegar a ser un arte que practique la inmensa mayoría?
R.- Siendo realistas, es muy difícil, hay demasiados obstáculos en el medio.
La pregunta que habría que hacer es: ¿y la culpa de quién es? ¿De los poetas o del público? Mi opinión es que de todo el mundo. Hay demasiados tópicos por derribar, demasiadas barreras, incluyendo las económicas (ya que un arte minoritario no mueve demasiado dinero y como no mueve demasiado dinero no llega a la mayoría y como no llega a la mayoría no mueve demasiado dinero y se convierte en un arte minoritario) y continuando por las que atañen a los propios poetas, a una educación que ignora casi totalmente este tipo de expresión, tanto en su práctica como en su consumo, y tantísimas otras.
Aunque quizás todo se resuma a cuestiones económicas. Si la poesía, aunque fuera una poesía de lo más mala que te puedas echar a la cara, fuera lo que se quisiera vender, se encontraría la manera. Si será por vender.
P.- Las palabras del suicida es el comienzo de una trilogía a la que aún le quedan dos libros por ver la luz. ¿Cuáles son esos libros y si podemos ver una evolución en ellos?
R.- Los otros dos libros son: “Las palabras del verdugo”, de poesía y que ya está acabado y “El mentiroso”, una novela en la que aún estoy trabajando.
Y aunque suene demasiado tópico, que voy a decir, si, hay una evolución en ellos. A esta edad en la que me muevo todavía yo, un año es una eternidad y ese es el tiempo que pasa entre un libro y otro. El segundo es un es algo más liberado, algo más radical, con versos más estirados, hasta llegar a la prosa, e influencias mucho más urbanas, con un ritmo mucho más marcado. Vamos, todo más, bastante más.
El tercero ya es prosa directamente. Es mi gran, gran proyecto que tanto puedo acabar mañana mismo como dentro de muchos años. Es un libro bastante ambicioso, que está todavía en evolución, en busca de un sentido que aun se me escapa, y jugando en terrenos muy arenosos. Si salgo vivito y coleando de este libro me puedo dar por satisfecho.
P.- Este libro lo escribiste siendo muy joven (17 años), pero tiene una madurez de un escritor mayor con mucho bagaje cultural. Quizás sea debido a que eres un lector consumado. ¿Cuáles son los libros que te han traído a la poesía y los que más te han marcado?
R.- Supongo que es un hecho que todos los libros que he leído hasta ahora me han llevado a la poesía, pero la verdad es que el hecho que escribiera poesía y no otra cosa o simplemente nada, no está en ellos, si no en mi entretenida vida de adolescente.
En cuanto a los libros que más me han marcado… pues “Una temporada en el infierno” de Rimbaud, “El hombre de arena” de Hoffman, “Crimen y castigo” de Dostoievski, “Barco sin luces” de Pimentel, “Las cartas de la ayahuasca” de Burroughs y Ginsberg y otros cuantos más. Como ya ves, equilibrado entre poesía y narrativa, pero más tirando hacia la narrativa.