I
Mirando al espejo
Riéndome
Quizás luego llorar
Para volver a reír
¿Quién eres?
Rebotan las palabras
el silencio se las lleva
las calla y las distorsiona
las rompe
las trocea
y las esconde
Luego se las lleva al espejo
y a ti
Y la pregunta
se convierte en vida o en muerte
¿Quién eres?
sigo gritando ante el espejo
¿quién eres?
y el silencio traga
¿quién eres?
Al fin el espejo
con profunda y oscura voz,
de las que calan, destrozan y destruyen
“soy todo”
Y tu
con suave y dulce voz
de las que calan, destrozan y destruyen
“soy todo”
El espejo afirma
y apaga tu voz con un manto incierto
casi inaudible
y callas
El espejo grita
“SOY TODO”
Y callo
y grita
y grito
Mirándole fijamente
“ERES TODO”
Y el silencio no se lleva mis palabras
Esta vez
sólo por esta vez
V
Por qué
Balanceas tu cuerpo
brilla el sol por la ventana
Por qué
Me agarro fuerte al trono
y te suplico
por qué
Es extraño pensar que me lo merezco
es extraño pensar en cualquier cosa
que no sea
en ti
Baña la luz tu cuerpo
resplandeces, bajo el astro
quiere abrazarte
envidioso
Y yo, enfrente
quisiera estirar la mano
y tocarte
Pero no puedo
Divina aparición
materialización sublime
Pero no entiendo
Solo oigo que me llaman
En el centro de la tierra me están aguardando
allí esta mi sitio
dicen
Respondo a la llamada
(¿qué otra cosa puedo hacer?)
Y mientras, lentamente, desciendo
el sol
sin dejar de abrazarte
y colarse entre tus ropas
te lleva a las alturas
y yo
bajando, bajando…
me atrevo con un suave movimiento de mano
Ultima ,ínfima expresión
de todo lo que para mi es
Fuiste
sólo tu fuiste
Y con un suspiro
Mato mi intento de despedida
ahora, cuando ya te has ido, lo pronuncio
Como si con cada letra se esfumara una porción de mi
Adiós
sólo a ti
adiós
¿por qué?
IX
No
yo ya no estoy allí
Partí hace tiempo
con el viento que viene
de más allá de las montañas
No
yo ya no estoy allí
Y eso que acuchillas
es una sombra
que tu me adjudicas
No
yo ya no estoy allí
Ni allí, ni en ningún sitio
porque no soy mas que humo
que el viento hace, deshace y arrastra
a su entero capricho
Pero algún día, quizás, algún día
encuentre una forma anclada y compartida
para repartir el peso de la existencia
Y me situaré en un estante
lejos de tu recuerdo de tártaro oscuro
Entonces
¿qué importará ya
que el viento y el tiempo, envidiosos de mi quietud,
intenten arrastrarme?
Los invitaré a la recepción
para celebrar mi entrada en el selecto club de la eternidad
Y vendrá también la felicidad, y el amor,
ese dandi caprichoso, estúpido y escurridizo
pero indispensable
Entonces
¿qué importará ya?
¿qué importará?
Nada importará.
si mi forma será, y todo permanece