El Bosque

Y por fin, tras varios meses de trabajo entre ensayos, rodajes a bajas temperaturas y montaje, ha nacido nuestro primer cortometraje. El Bosque es uno de esos proyectos que, siendo amateur, enfocas de la manera más profesional posible. Sobra decir que los medios con los que hemos contado no han sido excesivos, pero la ilusión y las ganas de haceros pasar un buen rato (doce minutos y cuatro segundos, más concretamente) han podido más que todo lo demás.
El Bosque está basado en un relato con el mismo nombre, escrito en 2005 y publicado en Días, Ediciones Antígona, en 2010, y fue rodada entre octubre y noviembre de 2010, en Valsaín. Ignacio Vivanco dirige con acierto su primer corto que seguro será el primero de muchos…
Olvidando una vida

Tengo el gusto de presentaros un avance del nuevo cortometraje en el que hemos estado trabajando los últimos meses, titulado Olvidando una vida. Como ocurrió con el anterior (El bosque), está basado en un relato de Días (dos relatos, para ser sinceros), aunque esta vez la adaptación tiene bastantes más cambios que el original. Personalmente os diré que me está encantando el resultado, y espero que a vosotros también os guste.

Cool mola, es guay

Decir cool es guay, es decir, que mola, o sea, es cool. Ya no se dice guay, porque guay no es cool, vamos, que no mola. Y tampoco molar mola, no es cool. Decir molar, me refiero. Es mucho mejor decir cool, que es más guay.

Tampoco es moderno decir moderno, porque no es cool, ni siquiera es lo más in. Si no es cool, no es moderno, ni actual. Por supuesto, si no es cool no mola, ni es guay. Porque aunque fuera guay, podría no molar si no fuera cool, así que, según parece, ser cool es básico para ser moderno, o cool. Pero no guay, ni molón, porque siendo guay o molón no eres cool. Incluso eres algo retro, desfasado, en fin, no eres cool.

Total, que hay que ser cool para decir cool, porque guay ya no mola, y molar no es cool.

¿Y usted es cool o guay? No me diga que no mola.