Poemas
Mi mar
(Soneto dedicado a mi firme escuchante)
El Mediterráneo es mi mar,
se ondula ante mí como confidente
de dudas en mi destino doliente
que le lanzo en un descarado clamar.
Pido amor que pueda consumar
ésta congoja de húmedo ambiente,
grito a la sorda ausencia insistente
de sombras de duelo por arracimar.
Busco imagen a dolores pasados
iluminada con la luz futura
del ocaso de este mar que me puebla.
Él dirige mis trazos ondulados
por papel liso y seco sin hechura
con erótica oculta tras la niebla.
Se me ha caído un beso
Se me ha caído un beso.
Ha resbalado por mi cuerpo…
como si fuera tuyo…
y ha escapado enloquecido,
buscándote,
llamándote,
rompiendo barreras y llenando páginas
con textos callados,
ocultos como tesoros de niños.
Se me ha caído un beso…
otro más de los muchos
que almacenan mis labios
día tras día,
noche tras noche,
verso tras verso.
Son besos frescos, renovados,
siempre prestos…
por si acaso abrimos el tesoro.
Se me caen los besos
en un derroche de deseos…
de ti.
Es así
Sé que no es así.
No puede ser que tu cuerpo y tu alma
me pertenezcan.
Sé que no es así pero así me siento,
dueño,
único inquilino de tus desnudos.
Mi pasión ahora recoge pruebas
de entre tus pliegues y sombras,
para analizarlas y degustarlas.
Resbalan mis dedos entre tus labios esponjosos,
primero por unos…
después por otros…
más tarde subo para ver
cómo miras…
y tu boca me provoca
y se apodera de mí.
Te pertenezco ahora,
estoy seguro, es así.