escritora

Archivo mensual: febrero 2018

ESPACIO

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ESPACIO

 

Hoy me permito el espacio,

dejo fluir lo que siento.

Me acomodo en mi regazo,

me sorprendo en mis silencios.

No atiendo a ningún mandato

si no lo escucho aquí adentro.

QUIMERA

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QUIMERA

 

Me intuyo en una frase inacabada,

en las tormentas de verano,

en mil colores pixelados,

entre los pliegues de mi falda.

 

Me cuelo entre paisajes inventados,

en un vendaval que me arrasa,

en el café de las mañanas,

en tu suspiro apasionado.

 

Me escuchó en el tañer de las campanas,

en el rugido de mi fiera,

en el silencio de mi alma.

 

Me siento en el dolor de cada espera,

en el susurro de tu boca,

en el fluir de la existencia.

 

Soy noche, fuego, vida… soy la nota

que aporta melodía a esta quimera.

ABRAZO ETERNO

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ABRAZO ETERNO

 

Abrázate a la Luz.

Abrázame en la sombra

donde sigo siendo tú.

Tan grande, tan hermosa

que florezco en tu regazo.

¡No me niegues el abrazo!

Soy lo mismo al otro lado,

la presencia que no ves

por el miedo a ser negado.

 

Fúndete conmigo, Amor.

¡No más sueños inventados!

 

Ignoremos el futuro

olvidemos el pasado.

En la Luz no somos dos,

¿lo recuerdas?… ya has estado.

 

AQUELLOS

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AQUELLOS

 

A los que nunca estuvieron,

a los que siempre tienen algo mejor que hacer,

a los que se pierden en cientos de excusas

y le dan esquinazo a la vida.

 

A los que nunca les sobra un minuto,

a los que odian los lunes

y adoran los viernes,

a los que hacen de su existencia un lamento.

 

A los que fingen, mienten, atacan,

a los que ya se acostumbraron

al hedor de las cloacas,

a los que, en cualquier parte,

solo ven carencia.

 

A los que pujan en la subasta del sacrificio,

a los que sobreviven

sin darse la opción de aprender a vivir,

a los que permanecen en el engaño del victimismo:

¡Piérdanse en su abismo!

 

Y cuando, al fin, me libero,

vuelvo a disponer de un mundo entero.

Extiendo mis brazos en son de bienvenida:

¡Pasen y vean!

 

A los que cantan, a los que bailan, a los que vibran,

a los que se tropiezan porque así es la vida

y empiezan, de nuevo, con más alegría.

 

A los que aman, a los que nada esperan

entregados al instante de una vida entera

que es hoy, es presente y, a la vez, eterna.

 

A ellos: mi puerta está abierta.

¿QUÉ PASA?

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¿QUÉ PASA?

 

¿Qué pasa?

El amor me atrapa,

me invita a salir,

despacito,

saltando la tapia vieja.

Elijo ver la vida

desde la ventana,

salir de la casa

sin cerrar la puerta.

 

Me regalo el tiempo

que gozo contigo

encerrada en la alcoba.

Le canto, bajito,

a mi vientre vacío,

canciones de cuna…

lo lleno de notas.

 

Invento que existes,

que mi fuego extingues,

al saciar tu boca.

Ignoro otro mundo,

más allá del muro

que acoge mi historia.

Dime ¿qué pasa?

INVITA LA VIDA

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INVITA LA VIDA

 

La vida me invita a su fiesta:

siempre lo hace. Yo,

muerta de ganas, declino.

 

No sé por qué insiste,

por qué me resisto.

Si ya tengo el carruaje,

los zapatos, el vestido.

 

Me asusta el tiempo,

su reloj.

¿Y si llego tarde?

¿Y si no regreso?

¿Y si caigo de amor,

rendida,

en la fiesta de la vida?

 

Se inicia de nuevo el ciclo.

Esclava en la servidumbre,

revuelta en la indecisión,

soñando, otra vez, despierta.

 

La vida llama a mi puerta:

acepto la invitación.

PALABRAS

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PALABRAS

 

Palabras.

Cada letra un límite

en su poder ilimitado:

hablan sin tinta,

susurran entre líneas,

alzan la voz

en los espacios en blanco.

 

Las cito, las leo,

las grabo en el papel.

Las más íntimas, las siento

en cada poro de la piel.

 

Unas invitan

a la reflexión de lo profundo.

De otras, me irrita

su sabor a hiel.

 

Palabras que se intuyen,

que se huelen,

que te acarician como lo haría el viento:

no puedo verlas, pero ahí están

y yo las oigo.

TU PLUMA Y TU VOZ

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TU PLUMA Y TU VOZ

 

Tu prosa me sabe a verso,

un verso agridulce, doliente,

que agita la bandera de la esperanza.

 

Me conmueven tus líneas;

esa manera tuya de sentir,

de expresar,

de relatar la crónica

de un país agotado, que resiste.

 

Te siento a lo lejos:

guerrera incansable,

nómada inquieta en tierra de nadie

y profundo arraigo.

 

Tu voz acuna el desasosiego

de las niñas que venden café

y otras cosas;

tu pluma es el alambique

que destila el cambio.

 

¡A las armas!

No hay otras más poderosas

que la pluma y la voz…

tu pluma, tu voz.

SEMILLAS DEL HAMBRE

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SEMILLAS DEL HAMBRE

 

Semillas del hambre.

De la carencia

se nutre tu sangre

y su maldita herencia.

 

Hijos del destierro

jugando a la rueda

en tierra de nadie.

 

La risa en tu boca,

la vida en tus ojos

atrapando el aire.

 

Bendito el infante.

No entiende de herencias,

destierros, ni sangre.

Tan solo se queja

cuando tiene hambre

o el sueño le apresa

y no encuentra a la madre

que vele su siesta.

PADRE NUESTRO

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PADRE NUESTRO

 

Padre nuestro que volverás al cielo,

sombra difusa de lo que un día fuiste.

Trovador de un pasado

fraudulento, reinventado.

Dictador de mandatos retrógrados

que agriaron tu estirpe.

¿Cuándo te perdiste?

 

Vino a mí tu reino,

mientras duraron las tardes de juego y playa,

los cuentos inspirados en litografías

que adornaban el pasillo,

la magia de San Nicolás

y sus panecillos,

el trotar a caballito,

colgada de tu espalda.

 

Se hizo tu voluntad cuando te fuiste.

Te suplantó el vástago del resentimiento;

perdí el galón del reconocimiento

sin darle tregua siquiera a la esperanza

ni al transcurrir plomizo de los tiempos.

 

No faltó el pan nuestro de cada día;

Ni las heridas profundas

y órdenes supremas.

Más hice acopio de alegría

en otras tierras y alcé el vuelo,

soltando el lastre amargo de la pena.

 

 

Perdono todas tus ofensas.

Me duelo al verte escuálido,

atrofiado, decadente,

verdugo y víctima

de un desamor permanente

que ha derrotado todas tus defensas.

 

Y perdona tú, a quienes te ofendieron.

El tiempo apremia,

el diagnóstico es urgente.

Hoy ya no importa

porque escogiste el miedo.

Impregna de amor

el momento presente.

 

Amén.