Poesía del libro MIS DOS VIDAS de DIMITRINKA NÍKLEVA. El escritor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro MIS DOS VIDAS de DIMITRINKA NÍKLEVA El poeta nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro MIS DOS VIDAS de DIMITRINKA NÍKLEVA El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro MIS DOS VIDAS de DIMITRINKA NÍKLEVA El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro MIS DOS VIDAS de DIMITRINKA NÍKLEVA El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
MI CONCEPCIÓN
En siete días Dios su obra creó
y el octavo, agotado se durmió;
fue el día cuando a mí me concibieron
dos amantes que la pasión unió:
la eternidad del momento pidieron.
Y me quedé en el instante atrapada,
en un vacío sin futuro, atada;
la muerte, sombra de la eternidad,
rodea mi garganta atenazada
con el fuerte cordón de la oquedad.
No crezco nada, no llego a nacer,
el mañana es mi vano menester,
domicilio, el útero renegrido
de una pasión en el estar sin ser
por el ingenuo error de un Dios dormido.
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LA HERIDA QUE NO CICATRIZA
Destellos ígneos serpenteaban
en la verde majestad de la higuera,
cuyas hojas sombra me cobijaban
y fragancia esparcían a mi vera.
Un gorrión de las ramas se asomó
con su candoroso y galante trino:
niña, ¿qué en el corazón te selló
este dolor de corte firme y fino?
El dolor, gorrión, de huella clavada
no es el de un golpe, ni de una caída,
ni de una paliza o una puñalada.
El dolor cicatriza de esta herida.
Pero la palabra mala aún duele,
sangra, por el olvido repudiada,
sin alivio ni remedio aún huele
cual ciénaga de piedad rechazada.
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EL MENDIGO
Mirad al hombre allí, encogido en la acera
ante una caja sucia que vacía reluce,
un libro acurrucado en la manta a su vera
y una mirada ciega que la ausencia traduce.
Una botella abraza con amnesia piadosa
cual barriga adorada de una novia preñada
que quizá tuvo antaño: una vida borrosa
que en aquel mar de vino se disipó ahogada.
Mirad al hombre aquel de barro y luz rehecho:
su gloria como losa el barro espeso cubre,
su luz a la alevilla habla allí en el helecho,
mirando el firmamento sin ningún plan salubre.
Cambiadle los harapos por la toga de rey.
De mendigo parece el cuerpo disfrazado,
pero el alma resiste sin conocida ley
fuera del lago en lágrimas cual un pez hechizado.
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POR AHORA
Si se muere el día,
¿por qué no se iba a morir el amor?
La tierra tiene que girar
y la vida se vuelve un caleidoscopio:
turna el espectro de la luz y la gama de los colores,
la dicha esporádica y la desdicha desoladora,
el esfuerzo persistente y la suerte, a veces insolente,
la lealtad y la traición.
La tierra sigue girando.
Por eso sigues apareciendo, periódicamente.
Como un fantasma fugaz.
Por ahora…