escritor

La princesa está enojada

La princesa está enojada
porque yo no pude ser
su caballero andante
ni su enemigo más fiel.

No le pregunté su nombre
ni me quiso responder
no entendí por qué a la noche
echaba en llanto a romper.

¿Mujer por qué te enfadas?
tengo derecho a saber
no te entregaré la luna
tal vez, pañuelos de papel.

No soy un héroe
no soy un monstruo
no seré el otro
no seré él.
“Se encontraron los amantes”

Y precipitadamente salí de su cuarto por la ventana. No sabía que vivía tan alto, aun así no me quedó otra que bajar por la cornisa.

Solo personas

Las personas son solo datos
se mata el espíritu
se vive barato.

Si es que te he visto
no me acuerdo
de nuestros buenos ratos.
“Puede que te arranquen la vida de cuajo
puede que ese día te importe un carajo”.

Odiaba ese trabajo, y cada vez que mis compañeros se acercaban a mí para relajarnos un poco, aparecía mi jefe y desaparecían ellos, miedosos.

Día y noche

Detrás del largo campo
el sol se levantaba
las hojas ondeando.

Corría entre la espesura
mi luz persecutoria
mi mundo se escondía
ya no quedaban sombras.

La niebla me ocultaba
mi esencia magullada
todos los días lo mismo
más tarde yo ganaba.
“La luz por el pasillo, la puerta está abierta”.

Con mis más y mis menos, claro. Gracias al accidente pude volver al trabajo, nunca revelé que el día anterior al ingreso no me dio la gana ir. El ambiente seguía siendo basura, por descontado, pero bueno, mis colegas me iban a recoger en un par de horas para irnos a la costa; a un garito, porque ese día hacía frío.

Su mente está dormida

Abrir cerraduras
librar de la prisión
guardarla en la noche
la tormenta cesó
mirarla a los ojos
notar que se preocupa
me siente cansado
y me hace sentir mejor.
“La luz del sol”

Aquella noche empezaba a ser divertida. No recuerdo por qué (lo que no dice nada bueno a mi favor), acabé en la barra contándole mi vida a una desconocida. Sería tímida, sospecho. No soltó una sola palabra, simplemente asentía.

Otro poema

Por más tiempo que lo pienso
no descubro el porqué
mi cabeza me da vueltas
retrocede a su niñez.
¿Qué se cree que es?
Creyendo que puede creer
derrochando la alegría
con lo cara que está este mes.
“La mente tranquila y las manos atadas
Consciente no puedo hacer nada”

La verdad es que hacía tiempo que no me reía tanto. Los viandantes debieron de pensar que estaba loco. ¡Loco estaba para permanecer en ese trabajo! No me reía porque me hiciera gracia, me reía porque mi vida iría a mejor, y lo sabía. Así que sí, me reía de algo que no tenía gracia, algo chiflado sí que se me podría considerar, ahora que lo dices.