De los miedos y la responsabilidad de ser padre

¿Quién me enseña el camino por el que he de pasar?
¿Quién me dice si atino, si estará mi destino al final de este mar?

¿Dónde está la luz que me trajo hasta ti?
¿Ahora que he de hacer para poder seguir?
Lo que hay dentro de ti merece lo mejor,
y yo quiero crecer por ella más que el
propio sol.

Que no le falte calor, ni amor,
qué tenga un buen porvenir,
que no le tiemble el pulso ni la voz
cuando le toque sufrir,
a cada paso que dé,
que sepa que estoy ahí,
y más que nada mi amor,
que sepa hacerla feliz.

Tú serás mi maestra,
todo en mi andadura
nacerás limpia y pura…
que poquito te cuesta
drogarme la cordura.

¡Puedo ver tu luz! Ahora puedo seguir.
Camino donde llegues y me largo junto a ti.
Mi brújula serán la huellas de tus pies,
yo solo te acompaño en tu camino,
intentaré

que no te falte calor, ni amor,
que tengas buen porvenir,
que no te tiemble el pulso ni la voz
cuando te toque sufrir
a cada paso que des,
que sepas que estoy ahí,
y más que nada mí amor
que sepa hacerte feliz.