Dos almas en una ciudad sin sueños
Me fui al lugar donde llegan almas huyendo
de un tiempo fatal, de lágrimas pena y lamentos.
Quería escapar del destino y vi un letrero, detuve mi andar un segundo y leí, “ciudad sin destino ni sueños”.
Solté mi equipaje, y me liberé de recuerdos.
Entonces corrí más libre, y llegué en un momento.
Allí, sin miedos ni esperanzas pasaban los días,
y ya no soñaba con nada,
tan solo vivía.
Entonces pude verte allí durmiendo, eras más bella incluso que en mis sueños,
sin nada que perder, yo me acerqué y desde la nada se hizo “el todo”,
en un big-bang que fue eterno, y aun me sigo componiendo…
dos almas en una ciudad sin sueños, y desde entonces no he dejado de soñarte.
Ni un momento.
Y todo era fácil, sin cargas, grilletes ni miedos.
Las calles repletas, y tú y yo,
en nuestro universo.
Entonces la ciudad sin sueños se quedó pequeña.
Te cogí la mano y dijimos adiós al lugar donde nunca se sueña.
Y ahora puedo verte aquí durmiendo, eres más bella incluso que en mis sueños,
sin nada que perder, me acerco a ti, pues de la nada se hizo “el todo”
en un big-bang que fue eterno, y aun me sigo componiendo…
Dos almas en una ciudad sin sueños, y desde entonces no he dejado de soñarte.
Ni un momento.