Elmore James fue un esprinter con alma de corredor de fondo. Nunca tuvo un gran éxito, un número uno, ni tampoco grandes cifras de ventas. Sin embargo, su música aún permanece como una de las muestras más raciales y maravillosas del blues, lo que es mucho si tenemos en cuenta que Elmore murió con sólo cuarenta y cinco y tocó durante menos de veinte.