El precio de la vida #2

Ya hablábamos el otro día sobre la escasa coherencia de los democristianos(!) en su defensa de la vida. Piden ahora los diputados de UPN que a las madres, antes de abortar, se les enseñe una foto del feto. Es, dicen, una medida progresista en defensa del no-nacido. Es decir, el recurso al discurso gallardoniano.
Soprende (bueno, no tanto) el interés, el trabajo, que pone la derecha en defender a los no-nacidos, como ellos los llaman, y el desprecio que sienten por esos mismos niños una vez han salido del cuerpo de su madre. Mientras están dentro son inocentes, hay que protegerlos, tienen derecho a todo. Cuando están fuera, no hay para ellos ni ayudas sociales, ni derecho a la vivienda, ni dinero para becas. Que se jodan. Que se mueran. Una vez dejan de ser no-nacidos para ser sólo nacidos, ¿a quién le importan? Su defensa ya no da votos, sino que los resta, así que a la basura con ellos. Puag.
Que se mueran los enfermos que no pueden pagar sus medicinas. Que se mueran los niños que nazcan con problemas, pues no habrá ayuda a la dependencia. Que se mueran aquellos cuyos padres no tengan dinero para darles de comer. Que se mueran los jubilados que tienen que decidir entre comer o seguir tomando la pastilla para la tensión. Que se mueran todos, menos los nacidos. 
Es como lo de esos defensores de la vida animal que lanzan comentarios en los que desean la muerte a tal o cual torero. Coherencia pura. 
A lo mejor, habría que darles a los diputados de UPN una foto de cada cadáver que su estulticia y su codicia están causando. A ver si así comenzaban a trabajar y a proponer cosas con sentido. 

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