Caídos

Decía mi abuela que bien fácil se arregla lo que se arregla sólo con dinero. Miro a los políticos poner sobre la mesa millones de euros para reactivar la economía y pienso, si todo se limitaba a esto, ¿no pudieron hacerlo antes? ¿Y no pueden inyectar aún un poco más, sin que caigamos en la inflación? Sospechamos, y no sin razones, que su objetivo no es salvar Europa, sino esclavizarla.

Dos personas que conocía se han suicidado en el último mes: la primera por dolor mental, la segunda por enfermedad física. Ninguno de los dos quiso seguir viviendo. Lo suyo no se arreglaba con dinero.

Miro y ya no escribo. Triste, junto relatos antiguos y los echo al fuego del anonimato. Que los lea quien quiera, pero como si fueran de otro.

Ahora hay que sumergirse en las historias con esqueleto y vísceras, en historias que no sean sólo piel y superficie. Hay que estrujar la existencia y sacarle el jugo.

Ahora hay que seguir viviendo, mientras añadimos más nombres a la lista de los caídos.

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