Hoy me he enterado del cierre de DVD Ediciones, editorial de poesía dirigida por Sergio Gaspar.
Sin meterme a fondo en la forma de gestionar la editorial – a DVD le han llovido críticas muy duras por el tema de los premios -, considero que es una mala noticia, en tanto en cuanto con DVD desaparece, no ya una editorial para el futuro, sino una editorial con un fondo de 16 años de poesía en castellano. Y eso es una pérdida muy importante.
En marzo de 2011, mandé a Sergio un cuestionario para un reportaje que estaba realizando para Diagonal. El espacio en el periódico era amplio, pero no tanto como para incluir todas las respuestas de Sergio Gaspar, algunas de ellas, como le comenté a él mismo, muy interesantes.
Creo que hoy, día en que se han cumplido algunas de las previsiones que él anunciaba entonces, conviene recuperar algunos de sus comentarios:
¿Cómo valoras la situación del mercado de la poesía en castellano en la actualidad? ¿Crees que se está viviendo un buen momento?
Se vivió un momento feliz entre los años 1995 y 2005. Desde entonces, especialmente desde 2009, el mercado de la poesía en España ha sufrido un proceso de adelgazamiento, como otros sectores del libro, y, ahora mismo, el descenso de las ventas es importante, incluso preocupante. No es descartable que, en un futuro más o menos próximo, apenas se pueda editar poesía contemporánea por editorales privadas, al menos en papel, y la edición quede en manos de fundaciones, universidades con recursos, colecciones institucionales y entes semejantes. Insisto: otros géneros literarios, y no literarios, también sufren esta caída de ventas. La poesía no es una excepción.
¿Qué ha traído de positivo y qué de negativo Internet a la poesía?
Tendríamos que hablar y escribir menos de internet, y dedicarnos más a pensar y leer seriamente. Seguro que nos divertiríamos más, además de estar mejor informados. Algunos elementos positivos: a) se puede leer gratis poesía con más facilidad que antes. Antes, había que acudir a revistas en papel, incluso había que suscribirse a ellas algunas veces, o viajar a la lejanía lejanísima de una librería y hojear la mesa de novedades y las estanterías, generalmente en la incómoda posición de permanecer de pie, o esperar a que un amigo poeta te regalase su libro, o robarlo, etc… b) Antes, tenías que convencer a tus colegas poetas y a algunos editores de que tu poesía valía la pena de ser leída, publicada y comprada asistiendo a tertulias poéticas con influencia, o aproximándote a personas o poetas de renombre, que estuviesen vinculados a revistas, a editoriales, o que fuesen antólogos reconocidos y reconocibles, o que tuviesen influencia en los suplementos culturales. Ahora, puedes ofrecer tu poesía en un blog, o en bloges amigos, y a veces -muy pocas, no nos engañemos- despiertas el interés de los demás, incluyendo el de algunos editores. Sin embargo, no nos engañemos: los pocos poetas jóvenes -muy pocos- que despiertan el interés desde internet cultivan con asiduidad el contacto directo, muy directo, poco virtual, con editores, poetas de renombre, revistas en papel -algunas quedan aún-, grupos literarios influentes, etc… Tener un blog, aparecer en cincuenta bloges, como publicar un libro en papel, por cierto, ni te salva de no ser leído ni de no ser valorado. Internet, como publicar un libro, tampoco te salva del anonimato. La gente padece un exceso de confianza en internet. La situación no ha cambiado en exceso. Algunos elementos negativos: los que he citado como positivos, puesto que toda moneda tiene su cara y su cruz.
¿Qué planes tiene tu editorial en este campo: modernización, ofertas de ebooks, etc.?
La edición privada de poesía en digital no tiene presente y, seguramente, tampoco futuro próximo, al menos concebida como venta de libros digitales. A lo mejor aparecen fórmulas nuevas, que no se centren en el concepto de libro ni de venta. Sólo es y será posible si una o varias personas, por ilusión o por lo que sea -por ejemplo, para promocionarse ellos mismos como poetas y lograr que los publiquen en papel, si quedan colecciones en papel en los próximos años, o para ganar un premio de poesía de 6.000 o 12.000 euros, si algunos premios sobreviven-, aceptan trabajar gratis, o consiguen convencer a una empresa privada o a una institución pública de que les subvencionen la edición de libros digitales, cosa improbable ahora mismo. Quizá sí tenga algún futuro la edición pública de libros digitales de poesía, pagados con nuestros impuestos. Quizá.
La entrevista era mucho más larga, pero creo que con sólo esas tres respuestas se puede ver muy bien que ya hace un año Sergio intuía el futuro de DVD que, desgraciadamente, no será la única en caer, me temo.