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Tres amores tengo

 

Tres amores tengo, uno desde niña,

los otros dos nacieron como nuevas vidas,

si tú me preguntaras: ¿Cómo les querrías?

sin pensarlo apenas yo te lo diría:

 

Con el corazón que late,

con el alma mía,

con el coraje de mujer,

con la sangre tibia,

con mi vida misma,

con mis alegrías,

con el puño alzado

a quien les castiga,

con mis penas rota

yo les sanaría.

 

Tres amores tengo, claveles perennes

en todos mis días, sin ellos no soy nada,

nada soy sin ellos, pues son toda mi vida.
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De claveles mis años

 

Por hechicero te tengo

para lo bueno y lo malo,

sabes hacerme reír

y sabes hacerme daño.

 

Llena entonces, pues,

de claveles mis años,

que con ortigas ya tuve

el corazón castigado.
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Cierzo del norte, levante del este

 

Tantas cosas hemos pasado juntos

que lo que no tuvimos ya no tendremos,

mas aquello que poseemos

no son los bienes de este mundo.

 

Acostumbrados a los bandazos

que la vida nos acomete,

salimos fortalecidos en

nuestro querer más perenne.

 

Tengamos por contento

el habernos conocido,

pues al unir nuestros caminos,

al cierzo del norte y al

 

 

levante del este, pudimos

juntos de sus inclemencias,

salir siempre indemnes.

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La luna tiene

 

La luna dice que tiene

algo especial conmigo,

ella es dueña de la noche

y pare estrellas en vez de niños.

 

Es la luna la que guía

en la noches de poniente

al gitano, al señorito, al verdugo,

al penitente, por la estrechas

cañadas donde la nada se pierde.

 

Bajo su influjo se han dado

los besos más ardientes,

las venganzas más sangrientas,

las heridas más dolientes.

 

La luna dice que tiene

algo especial conmigo,

ella es dueña de la noche

y yo por la noche es cuando olvido.

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Silencio

 

Escucha, cuánto silencio acude a

mí cuando no le llamo,

y escapa a esconderse cuando le requiero.

 

Escucha, lloran mis pensamientos,

metamorfosis del alma vencida

al filo de la navaja y acero.

 

No pasa un solo día,

en que no me ahogue en su recuerdo.

 

Lloro lágrimas de sangre

claveles rojos pendencieros,

acrónimas palabras que mueren

por no decir lo que quieren

mis labios resecos.

 

Escucha, cuanto silencio,

es el silencio del que vive

cuando la esperanza abandona el cuerpo.

 

No pasa un solo día,

en que no me ahogue en su recuerdo.

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La poesía es

 

La poesía y el poeta

van del corazón unidos,

yo la siento,

la huelo,

la extraño,

la toco,

la busco,

oigo su palpitar y su latido,

me alimento de su esencia

y me preña los sentidos,

poesía y poeta,

caminante y camino.

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Llévame al mar

 

Barquero, llévame al mar,

quiero estar con ella a solas,

del cielo a la mar,

de la mar a las olas.
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