escritor

Poemas

Los árboles

 

Árboles erguidos

mirando siempre el cielo

imagen milenaria que mi mente siempre sueña

en los crepúsculos solitarios del invierno.

 

Árboles sosegados e inmóviles

que solo cuando el viento

azota con fuerza vuestras copas

dejáis lucir la danza más bella de la tierra.

 

Ramas, brazos, copas, nidos,

que os abrazáis en el aire

por qué os fundís con mi alma triste

por qué sois el desván de mis consuelos.

 

Árboles tupidos de neblinas amarillas

gigantes que mi vista no abarca

chopos, cipreses, abetos, robles, pinos,

autentica expresión de la tierra que habla.

 

Árboles silenciosos

callados como nubes

pensativos como águilas

fugaces como ríos.

 

Árboles frondosos de madrugadas descarnadas

hermanos de atardeceres sin cantos

de noches oscuras en el mar

de días luminosos y de rosas

 

 

de cosechas al sol

de correrías de muchachos

de amores furtivos en vuestras sombras.

 

Árboles formados de agua y luz

de estrellas y rocíos

de soledades y compañías

árboles que sois la expresión de mi lamento

y la viva imagen de mi alegría.

 

¡Decidme árboles!

En vuestro silencio.

Cuando paseo solo y melancólico por vuestras hojas.

Cuando rodeo con mis brazos vuestro tronco

y pensativo me desnudo a vuestro lado.

 

Cuando mis ojos son vuestras copas.

¡Decidme árboles y no me ocultéis este anhelo!

¿Por qué escucháis conmovidos mis pasos

y el latido pausado

de este alma que os venera?

Uno no es uno

 

Uno no es uno sino muchos

tal vez la población de un continente

rostros cansados en sudorosos días

hombres callados en inviernos fríos

lívidos niños

pletóricas madres en su alumbramiento

hojas que el viento abandona

lejos de la orilla.

 

Uno es todo y a veces es nada.

Incomprensible su versatilidad

en un mundo sin juicio

que somete al hombre a la tortura

de sentirse esclavo

habiendo nacido libre.

 

Por eso el hombre

bordea la vida como un pájaro

arrastra la corriente de su alma

siente la paz como un derecho

proclama la guerra como un hereje

mientras se lava las manos de tanta inmundicia

con el carbón perverso del olvido.

 

Por eso yo me voy en esta noche

no con este cuerpo que me cubre

ni con este rostro que conozco

ni con este alma que me aturde.

Prefiero marcharme

con la mirada frágil de un lirio

en el corazón feliz de una doncella.

 

Ustedes vayan con quien deseen

pero decidan con urgencia

su nueva máscara.

Dos lunas

 

Hoy mi corazón se partió en dos

como dos lunas.

 

El vacío y la nada tomaron

el mando cual general impasible.

 

Alerté signos inequívocos

de locura dulce y rayos

de fuego fatuo

cayeron sobre mis pupilas.

 

El cielo desplegó

una bruma densa gris espesa.

 

Pensé que era el final

y así se lo hice saber a mis allegados.

 

Pero al escuchar tu voz cálida

y cadenciosa

súbitamente

como un rayo en la tormenta

desaparecieron

de mí todos los fantasmas.

La vida

 

La vida es correr

es reír

es temblar de miedo

sentir el viento helado en la cara

el sol que abrasa en el pelo.

 

Es andar por caminos sin marcas

por montañas escarpadas llenas de maleza

es apretar los puños

respirar hondo

soltar lastres

esperar el mañana.

 

Es dormir sin sueño

amar la noche diáfana

soñar con días azules

con flores de libertad en orillas de ríos.

 

Es abrir la ventana

y ver águilas en el cielo

es vivir y es morir

es vencer y es perder

la vida es eso que se me escapa

cuando yo intento retenerla.

 

Es eso y es más

es lo inefable

lo inexplicable

pero perdónenme

por más que lo pienso

yo todavía no sé lo que es la vida.