Alegrémonos
Simplemente vida, paz y gozo
para alumbrarnos las tristezas ya pasadas
un día como hoy existió Dios
para flecharnos con su Cupido amor completo
de eterna esperanza.
Mientras frenéticamente desvanecen las culpas adoloridas,
de aquellos seres compartidos
ya inmortales resucitados, victoriosos
que un día fueron encarnados
en el umbral de la penumbra
del ayer, del hoy, del mañana, del infinito.
Sueños
Sombras, ya acostumbrada al devenir del tiempo
más allá de las fronteras del mar del horizonte
busco sin consuelo la hora buena para mí país
marchitado casi muerto, imperecedero
que con los bostezos, gemidos libres y las lágrimas secas del inmigrante que dejando las entrañas de su patria
continúa su vida sofocante en un atravesar de un desierto casi inmune
y aún palpitante de esperanza.