Poemas
flores, lágrimas, sueños…
siguen sus loados caminos
sin prisas ni término
añorando y anhelando otras generaciones más serenas.
Ésta vive sin otra espera
que el fluir imparable de su sangre
y el ruido inmediato de sus actos
mientras el amor vende sus acciones
para pagar su sed constante.
Estas palabras intentan llegar hasta ella. En tropel buscan, débiles y desnudas, entrar en cada corazón… Aunque únicamente fuera en uno solo ya sería suficiente, habría bastado.
Un ser humano es mucho más que el mundo entero.
La libertad
Llega despacio por la delgada línea que divide
el nacimiento del aura y el fin del crepúsculo
para ser luz y guía.
Cruza los arenales que almacena
el tiempo empeñado
y las cimas que hiere el viento
trayendo el fin de gestos cobardes,
la santidad de la piadosa mentira
o la útil borrachera del verdugo
en el frío ambiente de su hogar.
Su palabra no es una ciega centella
sino la tela donde se inscribe luminoso
todo aliento de esperanza que va
mucho más lejos que la ausencia
con pasos que alguna vez la dispersaron.
Ánade orgulloso posando sobre las heridas
viene por la línea visible de la salida del alba
para cautivar al crédulo horizonte infinito
que morirá finalmente somnoliento y desnudo
en algún sitio indiferente.
Renacer
El cariño flota y renace
en el ambiente y los sentidos
que no sucumben al peligro de las tinieblas.
Buscaré respirar sin que nada ocurra,
paciendo en silencio y mirando más allá de mí
para tomar el suave aire que cierre las puertas
al vacío y las sombras y se lleven su tortura
al alba de otro día.