escritor

Poemas

Sombras

Sombras, sombras oscuras,
sombras siniestras,
que tenéis mil caras,
que os retorcéis en las aceras.

Sombras, sombras amargas,
sombras temidas,
que sólo tenéis contornos
que se extienden por los suelos.

Sombras, sombras esclavas,
sombras errantes,
que os arrastráis todo el día,
que aguardáis por la noche.

Sombras que oscurecen
los gratos tonos de la imagen.
Sombras que empañáis la vida,
sombras, sombras negras…

¡Ay de quien caiga
en las verdaderas sombras!
Éstas sombras son,
sombras de muerte…

(Villalba de los Barros, 1982)

La Verdad

Vivimos en un mundo de mentiras,
en un sistema de engaños,
en una comunidad hipócrita,
donde la verdad es un sueño…

Entremezclados en una sociedad
bajo unas reglas ‘sagradas’
de religión, ética y moral,
costumbres… Todo menos verdad.

Falsos ideales, extraños lemas,
raras tradiciones, mucho odio…
Mas todos huyen de la verdad,
de la fría y cruda realidad…

Unos pocos construyen teorías
sobre lo real, sobre la verdad,
teorías que ciertas no cree
la mayoría de la humanidad.

Las verdades son infinitas,
la realidad incomprensible,
o al menos eso parece,
aun así todos lo ignoran.

Pero aquéllos que lo saben
lo ignoran a propósito, claro está,
saben que no se puede vivir feliz
cuando se conoce la verdad…
(Villalba de los Barros, 1985)

Muy filosófico, sólo que yo por entonces iba por ciencias y me decidía entre estudiar Matemáticas o Física. Sin embargo, lo que a mí más me había gustado en el Bachillerato había sido Filosofía, que es lo que después de abandonar la carrera de Física acabaría haciendo. No obstante, el poema habla de la labor investigadora de los científicos en búsqueda de la verdad.

Inquisidora Desesperación

Tiempo ha que salté las verjas de la cárcel,
¡ésas que parecían infranqueables!
Y ahora, triste y solo, mientras desespero,
me pregunto, recomido por ‘lo deseable’,
si no hubiera sido mejor permanecer en la cárcel.

Acabé solo en mi obstinada búsqueda de la libertad.
Triste terminé en mi ilusionado camino hacia la verdad.
Ni la una ni la otra alcancé a encontrar
y, desconsolado en mi eterno y vano vagar,
dejé escapar también mi propia felicidad.

¡Mis ojos lloran! ¡Nado en las lágrimas del sufrimiento!
Y en mis adentros, recomidos por el dolor,
vuelvo a plantearme, entre lamentos,
para qué franqueé los muros de la prisión…
¡Seguro estoy de no hallar más que tormentos!
(Salamanca, Marzo de 1990)

Escrito en casa de Carmen, mi novia. Hacía mucho que no componía un poema y no sé qué intuición fue la que me llevó a escribirlo en vela, mientras ella me esperaba a dos metros en la cama, hasta que se durmió. Cuando al fin lo acabé, la desperté con un beso. Pero lo que en mí estaba despertando era una angustia existencial que acabó con todo…

Hurgando en mis Heridas

¿De nuevo habré pecado?
Mi mente está corrompida
¿Qué querrán de mí los hados,
que hurgan en mis heridas?

Deseo caiga del cielo
poderosa hacha divina,
que acabe con mi anhelo,
triste llanto de mi vida.

¿Qué habrán hecho éstas?
Manos de un mal Midas,
lo que tocáis enferma,
pierde la Luz de la Vida.

¡¿Manoseas lo sagrado!?
Mala conciencia nociva…
Envuelta en tus halagos
profanas envanecida.

¡Despiértame! Luz extraña
¡Pon Claridad en mi vida!
Penetra en mis entrañas,
purifica mi alma herida.
(Salamanca, 7 de Abril de 1992)

¡Vanidad!

Buscas esa mirada
que te mire,
una persona
que te admire,
¡y sólo es vanidad!

Si el diablo existe
entonces te embauca,
si Satán te persigue
entonces te engaña.

La vanidad, el pecado,
yo, el pecador,
mi alma, el prado de la lucha,
Satanás, el tentador.

Cuando la aurora
del bienser
es pensamiento,
su brillo esperanzador
es sentimiento
y la luz parece retornar,
entonces los infiernos
suplican: ¡Vanidad!

Y la tenue vela se apaga
y el alma retorna a su vulgaridad,
y todo se torna en mentira
y la vida en no-verdad.
(Villalba de los Barros, Primavera de 1993)

Éste lo escribí en Disco-Villalba, la discoteca del “Monstruo”, donde tantos ratos he pasado ¡Cómo la echo de menos! Pero todo tiene su época y aquélla ya pasó. Imagino que se vuelve a abrir y… no, ya no sería lo mismo…

En el Inexistir

Vuelto contra mí mismo,
dudándome hasta la raíz,
asqueado de mi pensar
retorcido es mi sentir.

Vacío, inauténtico,
robándome el elixir,
negándome el bienser,
sufriendo mi huir.

¿Hasta cuándo el tormento
de no ser, de inexistir?
Y el tiempo veloz pasa
alargando el malvivir.

¡Párate! Contempla.
Vive en el malvivir,
sé consciente en la pobreza,
busca la luz en el sentir.
(As Pontes de García Rodríguez, 5 de Mayo de 2003)

Poco después regresé a mi tierra. Me habían concedido plaza en el primer destino solicitado: Jerez de los Caballeros. A principios de curso rompí con Trini. No quería sacarla de su mundo para traerla conmigo…

Limitada Existencia

Consumido por limitaciones
arribo a la mitad de mi vida
en la inconsistencia de mis dones
y con la consciencia dormida

¡En el rebufo de la existencia!
Cuando parezco perder para siempre
lo auténtico, y la apariencia
plasma el influjo que ejerce,

yo vuelvo a arrastrar el alma,
sin fuerzas, en silencioso lamento.
¡Oh, desmitificado mundo en calma:
no me despiertas del tormento!

…Sin desplegar aún mi baraja,
ni brillar por fin con mi luz.
…Apagado por una negra capa,
al triste son de mi laúd.
(Jerez de los Caballeros, 25 de Septiembre de 2007)

Acaso resuma en este poema el estado de mi ser en la fatal crisis de los cuarenta, que estaba a punto de cumplir. Pero ahora, al fin, estoy desplegando mi baraja y brillando con mi propia luz…