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Reflexiones: sobre madurar y la necesidad de aprobación

Reflexiones: sobre madurar y la necesidad de aprobación

 

De un tiempo a esta parte,

procuro cuidar mejor mi yo

a base de hablarme

de buenos propósitos

para ser mejor.

Quiero cultivarme,

saber más del mundo que me vio

crecer hasta ahora,

pasado de moda,

de rosca y de alcohol,

y ahora sí que quiero ver el sol,

me da vida

con su luz y el amor que guardo

y que es para mí clorofila.

No, no me digas qué debo tener

ni guardar para mañana,

porque ya no se sí estaré,

llámame…

 

llámame lo que quieras,

que ya, no,

que ya no necesito la aprobación

de nadie

para sentirme mejor,

pues me basto yo mismo con mis ganas,

mi energía y la ilusión

que aportan los latidos del corazón,

la mano del que quiera

quererme así, con mis defectos,

mis maneras.

No voy a callarme

¿Sí grita mi alma que he de hacer?

Declaro culpable

a la incontrolable

pasión por crecer.

Y se hace más grande

lo que ha de llegar que lo que fue,

el mundo me llama,

salto de la cama

y he vuelto a nacer.